El Pumarejo pide ayuda
Los familiares de José Vázquez Muñoz, asesinado en la plaza, exigen la intervención "inmediata" del Ayuntamiento
Tras el fatal suceso ocurrido el pasado 23 de diciembre, que se saldó con el asesinato de José Vázquez Muñoz a manos de un sujeto con 57 causas delictivas y del que no se tenía constancia de su situación mental, los vecinos han convocado una manifestación el día 24 de enero para recordar al fallecido y para pedir que la administración "no sólo se dedique" a mantener la presencia policial en casos de desalojos y problemas puntuales en el mercadillo cultural Pumarejo o para la identificación de las personas que habitan la plaza, sino que también garantice la seguridad de los vecinos del barrio durante todo el año.
"Los ciudadanos no somos los que tenemos que asumir las obligaciones de la administración", explicó la representante de la Asociación Casa del Pumarejo, Rocío Pozo Haro. Tras la muerte de uno de sus amigos, los vecinos denuncian que el Pumarejo sufre más de 20 años de desatención y que "carece" de centros de formación e integración social.
Los vecinos y amigos de José Lorenzo Vázquez Muñoz, que murió apuñalado en la plaza del Pumarejo, manifestaron ayer que la administración y la Justicia tendrían que velar por la seguridad de los ciudadanos. Joselito, como conocían sus más allegados a la víctima de la reyerta, era una persona "amable, cariñosa y que no tenía inconveniente en dar cobijo en su propio domicilio a aquellos que lo pudieran necesitar, incluso llegó a acoger en su casa durante algunos días al que terminaría por convertirse en su asesino", explica su sobrina Esperanza Sáez.
Los familiares de José quisieron recalcar que éste no era un indigente, que tenía su propio domicilio. Colaborador en las actividades culturales desarrolladas en el barrio y amante del flamenco, como recuerda uno de sus amigos, los vecinos aseguran que era una persona pacífica que intermediaba en cualquier conflicto que se pudiera originar en las inmediaciones de la plaza.
"Mi tío amaba y cuidaba un espacio abandonado por la administración y que desde 1980 asiste a un proceso de auto organización social y cultural. Nos hemos esforzado por lograr una mejor convivencia y una mayor cohesión de uno de los barrios más típicos de Sevilla", señaló Esperanza.
La sobrina de José explicó que la familia ha tenido que reponerse de este golpe y afirmó que no se sienten representados por la asociación de vecinos de San Luis-Pumarejo y acusan a su presidente de no convocar desde 2003, año en el que se creó la asociación, ninguna asamblea ni actividad para potenciar el desarrollo social del barrio.
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