Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
El Puerto de Sevilla ha puesto en marcha medidas para impedir que continúen los robos y saqueos de piezas metálicas del puente de Alfonso XIII, más conocido como el puente de Hierro. Y lo ha hecho con el objetivo de poner fin al expolio que sufre este monumento de su propiedad desde que hace 12 años se trasladó a la parcela que ocupa desde entonces al final de la avenida de la Raza. El nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, el político socialista Manuel Gracia, comunicó a las entidades que luchan desde hace años por su protección y conservación las mejoras que se han hecho en septiembre y éstas elogiaron "el cambio de actitud" que observan en la administración portuaria respecto a este bien patrimonial de interés.
Aparte de las cámaras que se colocaron este verano en la parcela contigua, las actuaciones han consistido, por un lado, en dificultar con bloques de hormigón el acceso incontrolado de coches o furgonetas (donde se cargaba el metal robado) al recinto donde se localiza el puente, como muestra la imagen junto a estas líneas. En segundo lugar, se ha colocado una valla metálica que dobla en altura el muro lateral que había sido destrozado por los cacos habituales.
La reunión se celebró el pasado 23 de septiembre con la asistencia del presidente, Manuel Gracia, y del director del Puerto, Ángel Pulido, a petición de las entidades. Por parte de las asociaciones acudieron Julián Sobrino (Asociación Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial, TICCIH-España), David Gómez (Ecologistas en Acción) y Antonio Fajardo (Asociación Parque Vivo del Guadaíra). El representante de Planuente, Carlos Fernández, no pudo asistir pero también solicitó la reunión.
Gracia avanzó asimismo a los asistentes su intención proponer al Ayuntamiento de Sevilla la creación de un grupo de trabajo con la participación de distintos especialistas para que desde el conocimiento del estado actual del puente y su entorno se valoren las distintas alternativas para esta infraestructura: la de trasladarla para reutilizarla como pasarela, o la de convertir la parcela donde ahora está en mirador sobre el río, conectado con el vecino Parque del Guadaíra, para lo cual habría que resolver el problema de su accesibilidad, y su relación con los usos portuarios previstos para las parcelas colindantes.
Otro compromiso del presidente es organizar con las entidades una visita conjunta para conocer el estado actual del puente y el almacén donde se guardan otros elementos que formaban parte del puente cuando fue desmontado para su traslado desde el muelle de las Delicias. El traslado a la parcela portuaria próxima al Muelle de Tablada donde está ahora fue en agosto de 2003.
Las asociaciones ciudadanas venían reclamando desde hace años reuniones con la dirección del Puerto ante la constatación de que el recinto donde se localiza carecía de protección, lo que facilitó que en los últimos meses el proceso de expolio del puente haya continuado, pese a las advertencias que estas asociaciones hicieron en otoño de 2014, cuando se observaron los daños más graves.
Las entidades escribieron este verano tanto al Puerto como al Ayuntamiento reclamando la efectiva protección de este bien singular, así como que de una vez se revierta el proceso para despejar el futuro de esta estructura, facilitando su reutilización y uso público, bien integrándolo en el vecino Parque del Guadaíra, o estudiando la viabilidad de un posible traslado para que el puente recuperase su funcionalidad como pasarela para peatones y ciclistas, dado que su uso como puente levadizo ya no es posible.
Las entidades que velan por este puente coinciden en la urgencia de conservar y proteger este bien construido en 1926 por Delgado Brackenbury. No obstante, difieren respecto a su uso. El profesor de la Escuela de Arquitectura Julián Sobrino aboga por reutilizar el puente como pasarela en algún lugar del río, una posición que también comparte Planuente. Coinciden, pues, con la opinión del responsable provincial del Colegio de Ingenieros de Caminos de Sevilla, Agustín Argüelles, quien abogó en agosto por darle un uso activo reutilizando el puente como pasarela peatonal o ciclista en una zona del río donde no pasen barcos y no sea necesario levar el tablero.
Por parte de Ecologistas en Acción y de Parque Vivo del Guadaíra prefieren que el puente se quede donde está y se cumpla el histórico compromiso del Puerto de convertirlo en un mirador sobre el río al mismo tiempo que se conecta con el Parque sobre el antiguo cauce del Guadaíra.
Las asociaciones han pedido sin éxito explicaciones a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y al área de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla sobre el cambio en la protección del puente: tenía una protección total (nivel A) en el PGOU de 1987 y fue rebajada en 2001 a un nivel B de protección global sin que conste ningún documento oficial que explique este cambio. En el documento de avance de 2001 del Plan Especial del sector 27 (Puerto-lámina de agua) ya aparece con protección B.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Alhambra
Contenido ofrecido por INDI & COLD