El Puerto enciende la chispa entre el alcalde y Herrero

El Puerto enciende la chispa entre el alcalde y Herrero
El Puerto enciende la chispa entre el alcalde y Herrero
D. J. G. / Sevilla

14 de enero 2014 - 05:03

La presentación de Invertir en Sevilla iba camino de convertirse en una mera declaración de intenciones y buenos propósitos cuando saltó la chispa que evitó que el acto se tornara en soporífero. El Puerto abrió la brecha entre el alcalde y el presidente de la Cámara de Comercio justo en el momento en el que muchos de los presentes miraban de reojo el reloj o el móvil para saber cuánto tiempo debían permanecer más en un espacio que se había quedado pequeño (la imagen de los periodistas sentados en la escalera era la prueba evidente de que alguien se había equivocado en la previsión de asistencia).

Una vez desgranadas las virtudes del citado plan, se abrió un turno de palabra para que los empresarios allí presentes formularan sus preguntas o dudas sobre la iniciativa. Al principio todo fueron elogios a la propuesta municipal, pero el presidente de la institución cameral no se limitó al simple aplauso y dejó en el aire la conveniencia de que el Puerto de Sevilla tuviera un tratamiento especial respecto a los de costas al ser el único de España que es de interior. Por tal motivo, recordó a Zoido que las competencias en materia portuaria la tiene el Ministerio de Fomento, al que calificó de "buen interlocutor para este tema".

A ello el alcalde respondió que "la Junta de Andalucía es la que pone al presidente", una afirmación que no detuvo a Herrero, quien le contestó que "la Junta es la que propone el presidente a Madrid, pero tú sabes cómo surgió aquello. Pero en fin, vamos a dejarlo".

La respuesta del presidente cameral logró que los asistentes dejaran de mirar el reloj y el techo de la sala. El alcalde tampoco calló: "No, no vamos a dejarlo". Y Herrero continuó: "Tú sabes que aquello fue una concesión a CIU cuando el PP no tenía la mayoría absoluta [en referencia al primer mandato de Aznar]". Acto seguido, el presidente de la institución cameral retomaba el turno de palabras de los empresarios y el aire parecía cortarse con su compañero de mesa ante la huidiza mirada del concejal Landa.

Zoido esta vez no pudo colocar la pelota en el tejado de la Junta. Herrero se la había metido en su propia portería. Un gol con el que no contaba y con el campo lleno. Eso sí, después de este rifi-rafe pocos se acordaban ya del plan.

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