El Puente del Centenario se mira en el gallego de Rande para su ampliación
Infraestructuras
La obra en el puente sobre la ría de Vigo, de 401 metros, es un referente para la reforma de la infraestructura hispalense
De un pico máximo de 21.588 vehículos diarios se consiguió capacidad para absorber hasta 95.000
La ampliación del Puente del Centenario, anunciada el miércoles por el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, tiene un modelo en el que mirarse: la que se realizó en el puente de Rande. Atirantado, de 401 metros sobre la ría de Vigo, fue el primer puente del mundo de esa envergadura en ser ampliado.
Fue una obra de ingeniería extremadamente compleja que se realizó, sin embargo, sin necesidad de interrumpir el tráfico y sin incidencias reseñables, gracias al proceso constructivo que se empleó para su reforma. Participaron más de 500 obreros y técnicos y un total 213 empresas. El pico máximo de afluencia de vehículos fue de 71.588 vehículos diarios antes del proyecto y pasó a tener capacidad para absorber hasta 95.000 vehículos al día.
La ampliación del puente de Rande consistió en adosar terceros carriles adyacentes al exterior de la plataforma inicial, de la que estaban separados 6.75 metros. La base de los carriles ampliados fue una estructura formada por un cajón y una celosía exterior metálicos y una losa superior de hormigón armado. La estructura se unió al tablero mediante celosías interiores metálicas espaciadas entre sí aproximadamente cada diez metros en sentido longitudinal. En el cajón metálico se anclaron los extremos de los nuevos tirantes que a su vez quedaron fijados en su otro extremo en las cabezas de las pilas actuales.
Fuentes del Ayuntamiento de Sevilla reconocieron ayer que el modelo del puente gallego es un modelo idóneo para acometer la compleja obra del puente hispalense. El propio alcalde, Juan Espadas, anunció que "habrá noticias" acerca de la ampliación del Puente del Centenario.
En la idea primigenia, tanto el puente como la SE-30 iba a constar de seis carriles: tres en cada sentido. Primó el criterio del Ayuntamiento de entonces. La ley obligaba a atender las exigencias municipales y el PGOU en vigor obligó a reducir a dos en cada sentido. La insistencia del equipo dirigido por Emilio Miranda, responsable de Planificación del Ministerio de Obras Públicas a finales de la década de los ochenta, hizo posible que, finalmente, al menos la ronda de circunvalación contara con tres carriles en cada sentido. No pudo hacerse con el puente, ya que se habían levantado las pilas y cualquier cambio en ese sentido colisionaba frontalmente con los plazos a los que obligaba la Expo 92.
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