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Primero la lluvia, luego el estallido de magia e ilusión

La Cabalgata, que se demoró media hora por dos chaparrones, recorrió con gran lucimiento una ciudad entregada. El Ayuntamiento y el Ateneo trabajan para encontrar una sede permanente.

Foto: Antonio Pizarro
Juan Parejo

05 de enero 2016 - 17:08

De la lluvia al sol. De la frustración a la ilusión. Nunca se había quedado la Cabalgata de Reyes Magos sin salir por la lluvia y ayer no iba a ser una excepción. Muy claro lo tenían los miembros del Ateneo de Sevilla cuando un importante chaparrón comenzó a descargar con fuerza sobre la antigua Fábrica de Tabacos. "Salimos sí o sí", aseguraba su director, Manuel Sainz. La lluvia que cayó ayer antes de que el cortejo de la ilusión se pusiera en marcha evidenció la necesidad de encontrar una sede digna que pueda servir como museo durante todo el año, en el que se puedan montar las carrozas y desde el que se pueda salir sin tener que estar expuestos a la lluvia. El año próximo es el del centenario y el presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero, sabe bien qué espera de sus majestades: "Sí, le hemos pedido a los Reyes una sede permanente. A ver si nos la conceden. Para el centenario toca una nueva sede". La lluvia de la madrugada del martes hizo que las carrozas no se pudieran trasladar desde la nave del Porvenir a la Universidad hasta las siete de la mañana.

Por primera vez este año niños y niñas en sillas de ruedas han podido subir a una carroza de la cabalgata de Sevilla. Con el nombre de Un mundo más accesible acogió a 20 niños, 10 de ellos con algún tipo de discapacidad, cinco en silla de ruedas. La iniciativa ha sido posible gracias al proyecto común de la Fundación Caser, el Ateneo de Sevilla y la asociación de Parálisis Cerebral de Sevilla (Aspace).

Ni la lluvia ni el incómodo viento que bailaba con las esbeltas palmeras de los jardines de la Madrina pudieron disipar ni un gramo de la emoción y la ilusión del amplísimo cortejo de la Cabalgata: más de 3.000 personas. Hay pocas cosas en la ciudad que generen tanta unanimidad como los Reyes Magos. No lo hace la Semana Santa, ni la Feria, con espantada generalizada a partir del jueves. Los Reyes Magos son otra cosa y ayer volvió a quedar claro. El paisaje de la Cabalgata antes de la salida es muy similar al de una cofradía que apura los minutos para hacer su estación de penitencia. Las bandas afinan en los alrededores, los responsables de cada carroza, como diputados de tramo, pasan lista, hay gente corriendo de aquí para allá con walkies... En la Universidad también hay un hermano mayor, Antonio Piñero, de los Estudiantes, que disfruta de la salida. También había ayer pregonero, o pregoneros. El de este año, Rafael González Serna; y el de 2015, Lutgardo García, que llevaba a su hija Inés en la carroza de la Estrella de la Ilusión. Los dos tuvieron la oportunidad de conocerse momentos antes de la coronación de los Reyes.

En uno de los patios hablan en animada tertulia los foteros Joaquín Corchero y Antonio Sánchez Carrasco, junto a Pepe Ríos, bofetero de pro que sale de beduino. En la lonja, la Policía Local identifica a los conductores de los todoterrenos que tirarán de las 33 carrozas del cortejo, diez de ellas de nuevas factura. Hay que destacar el gran trabajo realizado durante los últimos años por Jesús Corral, diseñador de la Cabalgata, para ponerla a la altura de lo que la ciudad se merece. Se esperan grandes sorpresas de cara al próximo año.

A las tres y media, el primero de los dos chaparrones desbarata la idílica escena. Los niños, ya subidos en las carrozas, son metidos a toda prisa dentro de la Universidad, mientras que otros buscan refugio bajo los árboles. La cara de Pedro Lissén, diputado mayor de gobierno de esta gran ilusión, no disimula la preocupación. Su teléfono echa humo: "Llevo además dos walkies y seis baterías".

Los que son veteranos de los que no lo son se identifican muy fácilmente. Los primeros llevan los zapatos cuidadosamente forrados con cinta o cubiertos directamente con una bolsa. "Un truco para despegar los caramelos es cubrir media suela con agua fría. Se despegan divinamente", advierte una madre con experiencia. Muy comentados fueron los cubrezapatos de Juan Alberto García Acevedo, fotógrafo de Artesacro. Tras este primer chaparrón se reparten impermeables entre los niños.

Cesa la lluvia y vuelven las prisas. Parece que todo va más lento que en años anteriores. "Baltasar todavía no está maquillado, ni muchos beduinos". Son las 16:12. Un segundo aguacero vuelve a poner en jaque los preparativos. A esa misma hora está anunciada la coronación de los Reyes. Todos otra vez a buscar refugio. "Deja que meta el banderín que se estropea", pide un músico de Virgen de los Reyes al vigilante que custodia celosamente la puerta de la antigua facultad de Filosofía. Antonio Rivera, empleado del Consejo de Cofradías, muestra en una aplicación de su teléfono móvil el frente que está cruzando la ciudad. "Hay agua hasta las 16:45". El hermano mayor del Gran Poder, Félix Ríos, también espera la salida junto a la carroza del Nacimiento, que representa este año la fachada de la basílica del Señor.

Cuando todavía no ha dejado de llover, comienza la coronación. Como siempre, Luis Miguel Martín Rubio ejerce de speaker en el balcón. "A la diosa Palas Atenea le pedimos que se lleve el agua". El rector magnífico de la Universidad, Miguel Ángel Castro, "dueño del palacio de Oriente", corona a Melchor. Gaspar recibe la presea de manos del presidente del Ateneo. Al sevillista Baltasar se la impone el alcalde, Juan Espadas, que se estrena. "Adelante la Cabalgata. Abrid las puertas y ventanas de las casas que van a llegar los Reyes". La salida se retrasa media hora. Hasta las cinco de la tarde.

El sol le ha ganado la batalla a las nubes cuando la banda que abre paso comienza a hacer las delicias de las personas que se encuentran en Palos de la Frontera. El alcalde está ilusionado por poder vivirlo todo en primera persona: "Estoy muy emocionado. Estoy con la responsabilidad lógica, pero hemos hecho los deberes. La lluvia es lo único que no se puede coordinar, pero ya hemos tenido cabalgatas con lluvia. La ilusión no se puede truncar". Espadas comparte la necesidad de encontrar junto al Ateneo una sede permanente para el cortejo y ya trabajan en algunas opciones: "Sí es necesario buscar un mejor emplazamiento, con independencia de que la salida desde la Universidad es emblemática. Estamos mirando opciones".

Pese a la media hora de retraso, el cortejo sale con mucha celeridad. Son las 17:42. Sale la última carroza, la del rey más esperado. La Cabalgata recorrió las abarrotadas calles de la ciudad con gran lucimiento llevando la ilusión a niños y mayores y sin incidencias destacables. Palas Atenea disipó la lluvia, como le pidió Luismi. Se llevó el agua y, por fin, llegó el ansiado frío. Tras inundar de magia la ciudad, los Reyes Magos (Melchor lo encarna el abogado José Manuel García-Quílez, Gaspar el industrial José Ramón Estévez Puerto y Baltasar el presidente del Sevilla, José Castro Carmona) protagonizaron la otra cabalgata: la visita al hospital de Valme.

La del año próximo será la edición cien de la Cabalgata. Después de pasar por muchas sedes provisionales (La Cartuja, el antiguo cuartel de la Alameda, la Estación de Cádiz, Eritaña o las antiguas cocheras de Tussam en el Porvenir) es la hora de contar con un espacio fijo. Los Reyes Magos ya tienen el encargo.

Vídeo: Ángel Vilches

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