Salud sin fronteras
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Un buen número de policías nacionales de Sevilla a los que se puso ayer la vacuna contra el covid-19 han causado baja para el servicio en las últimas horas, al sufrir reacciones que les han imposibilitado acudir al trabajo o les han hecho marcharse a casa una vez que habían empezado el turno. Esta ha sido la incidencia más destacada de la noche pasada, que ha sido muy tranquila en la ciudad y apenas ha habido incidentes dignos de mención, pero que ha estado marcada por las bajas de muchos de los policías vacunados.
La campaña de vacunación para las Fuerzas de Seguridad comenzó este miércoles en Sevila, con los primeros agentes de la Policía Nacional pasando por las instalaciones deportivas de la Universidad Hispalense en Los Bermejales, convertidas estos días en un centro de vacunación masiva. Este jueves continuarán vacunando a los policías nacionales y se espera que toda la plantilla de este cuerpo en Sevilla esté vacunada ya en un par de semanas.
Este jueves ha comenzado la vacunación para los policías locales de Sevilla, mientras que en los próximos días iniciarán el proceso los guardias civiles. Las Fuerzas de Seguridad son consideradas un colectivo de riesgo, al estar sus miembros continuamente trabajando en la calle y muy expuestos al virus. Desempeñan, además, un trabajo fundamental para garantizar el cumplimiento de las medidas impuestas por las autoridades sanitarias para frenar la expansión del coronavirus, como los cierres perimetrales y los toques de queda, entre otras.
De hecho, ha habido brotes importantes entre los agentes de todos los cuerpos y, aunque en Sevilla no ha habido por fortuna ningún agente fallecido, sí que los ha habido que pasaron una buena temporada ingresados al contraer el Covid-19.
Las reacciones a las vacunas contra el coronavirus entran dentro de lo normal, y no suelen durar más de 24 horas. En cualquier caso, suponen una gran dificultad para cumplir con un trabajo que exige una buena forma física, como es el que desempeñan la Policía y el resto de fuerzas de seguridad. Los efectos secundarios de las vacunas suelen ser picos de fiebre, cansancio y dolor muscular.
Los policías están recibiendo la vacuna de AstraZeneca, que es precisamente la que más reacciones suele dar. Sólo los agentes mayores de sesenta años se han quedado por el momento a la espera y no recibirán esta vacuna, sino que los llamarán más adelante para administrarle otra, probablemente la de Pfizer, que genere menos efectos secundarios.
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