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Prematuros: El éxito de llegar a tiempo

salud | ATENCIÓN TEMPRANA

Los niños que nacen antes de las 37 semanas requieren de un seguimiento

La Atención Temprana les facilita unas habilidades que deben adquirirse durante la infancia

José Antonio Cruz abraza a su hijo Mario tras una sesión de fisioterapia en Udiate. / BELÉN VARGAS
Noelia Márquez

23 de octubre 2017 - 08:50

Mario, un pequeño sevillano de 16 meses, sintió prisas por nacer. Llegó 21 días antes de cumplir las 40 semanas de gestación. "No abrió los ojos hasta una semana después; y al abrirlos, tenía un párpado caído", recuerda su padre, José Antonio Cruz. Poco a poco comprobaron otras señales de alerta: tono muscular bajo, inflamación en los riñones, dificultad para coger objetos. Una actuación rápida por parte de los especialistas que atienden a Mario ha favorecido su evolución. "Poco a poco mi hijo pequeño ha conseguido levantar las piernas; ahora puede dar pasos", explica con satisfacción José Antonio.

Mario recibe la atención de distintos especialistas (cardiólogo, neurólogo, oftalmólogo y nefrólogo) y comenzó sesiones de Atención Temprana con cuatro meses de vida, lo que ha favorecido su tono muscular y sus capacidades en general. Recibe sesiones de fisioterapia y más adelante será atendido por un logopeda en el centro integral de Atención Temprana Udiate, ubicado en el Hospital Victoria Eugenia de Cruz Roja Española. Sus padres cambiaron el chip se adaptaron, con serenidad, a las necesidades de su pequeño. Como Mario, todos los niños prematuros requieren controles y un seguimiento especial durante los primeros años de vida.

"La prematuridad es un factor de riesgo, y esto no quiere decir que todos los niños prematuros vayan a sufrir trastornos, pero sí es necesario que reciban controles", explica Ana Gómez, coordinadora de Udiate y fisioterapeuta. La primera infancia es esencial para que los pequeños con secuelas vinculadas a la prematuridad, u otros factores, tengan la oportunidad de mejorar sus capacidades mediante la fisioterapia, la logopedia, educación especial y la psicología, según las necesidades en cada caso.

"Los niños son de sus padres y la participación de las familias en su evolución es esencial", asevera Gómez. A través del juego inteligente, la fisioterapia persigue que estos niños refuercen los músculos que presentan dificultad de movimiento, parálisis o bajo tono. Es esencial que los padres practiquen los ejercicios en casa para reforzar los logros de las sesiones.

Clara Talegón durante su sesión de fisioterapia / Belén Vargas

"La Atención Temprana es una especialidad que actúa hasta los seis años para favorecer el desarrollo normal de los niños", asevera la coordinador de Udiate. Luis Miguel tiene dos años y también acude a este centro integral. Este pequeño sevillano nació a tiempo, pero sufrió una displasia de cadera al nacer a causa de su posición en el parto. "Cuando comenzó la Atención Temprana, hace un año, apenas tenía fuerza en los músculos; hoy puede hacer cosas que antes ni intentaba, y ya no se frustra", asevera su madre, Ana Delgado.

Otros pequeños que necesitan esta asistencia carecen de un diagnóstico que, a veces, se hace esperar por requerir estudios genéticos u otras pruebas. Mientras tanto, los expertos en Atención Temprana están dedicados a lograr que los pequeños adquieran habilidades básicas, a tiempo. La precocidad de las terapias es una garantía del éxito.

Algunas señales de alerta que requieren especial atención: dificultad en el movimiento, problemas al tragar, dolores, momentos de ausencia y problemas para fijar la mirada, entre otros. "Cada niño tiene su propia evolución, algunos comienzan antes a andar o hablar", añade la especialista, al incidir en que las señales de alerta saltan cuando se rebasan determinados límites a la hora de adquirir determinadas capacidades. Por ejemplo, en torno a los dos meses los niños deben tener la capacidad de llevarse la mano a la boca, de controlar la cabeza, mantener fija la mirada y mostrar sonrisa social; entre los cuatro y seis meses deben tener capacidad para sentarse. "Los niños prematuros tienen dos edades: la edad cronológica y la edad corregida. La evaluación de sus habilidades debe realizarse teniendo en cuenta la edad corregida. Por ejemplo, si una madre se extraña cuando un niño que ha nacido con siete meses de gestación no comienza a andar al año de nacer, le recuerdo que su hijo realmente tiene diez meses (edad corregida), y no doce. Si nace con siete meses el niño tiene que completar el desarrollo -que habría tenido en el útero- dos meses más, en el exterior", añade Ana Gómez.

Una valoración precoz de los problemas por parte de los especialistas y la Atención Temprana son cruciales para los pequeños que presentan problemas del desarrollo y para impedir que las dificultades (movimiento, lenguaje, etcétera) se conviertan en obstáculos irreparables, y en dependencia, en la edad adulta.

El paciente más delicado

El recién nacido gran prematuro (menos de 750 gramos de peso o menos de 24 semanas de gestación) es considerado como uno de los pacientes más delicados y complejos en la asistencia hospitalaria. Los avances tecnológicos, en los cuidados de la Neonatología permiten hoy recuperar a niños en situaciones que, hace apenas treinta años, eran consideradas inviables para la supervivencia.

Antonio Pavón, director de Neonatología

"Tratamos de recrear una atmósfera similar al útero materno para favorecer el desarrollo"

"Si hace 30 años los niños que nacían con menos de 1.000 gramos de peso (en torno a la 26 ó 27 semanas) tenían una supervivencia baja; los avances permiten que la situación límite para la viabilidad se sitúe hoy en los 500 gramos y las 23 semanas de gestación", explica el doctor Antonio Pavón, director de la Unidad de Neonatología en el Hospital Virgen del Rocío.

La humanización de estos cuidados es clave en esta área tan sensible del hospital. "Los avances no vienen sólo de la tecnología y del desarrollo de nuevas incubadoras o de las técnicas, además, está demostrado en varios estudios que el cuidado de los estímulos ambientales favorece el neurodesarrollo".

El pequeño Luismi refuerza sus músculos con una pelota / Belén Vargas

La Unidad de Neonatología Virgen del Rocío trata de recrear atmósferas para simular, en la medida de lo posible, las condiciones del útero materno durante la gestación. Una luz tenue, evitar los ruidos en la unidad de Neonatología, profesionales que hablan en voz baja; colocar al bebé en posición fetal, en una situación de recogimiento en el interior de la incubadora, a modo de un pequeño nido, y favorecer el contacto con los padres son aspectos que pueden resultar cruciales para que los pequeños completen el desarrollo, en la medida de lo posible, como si se encontrara en el vientre de su madre.

Durante la gestación, las semanas 13 y 14 son críticas para el desarrollo del sistema nervioso, que continúa una vez que el niño ha cumplido las 40 semanas y nace. "El sistema nervioso continúa en desarrollo tras el nacimiento y, en el caso de los prematuros, lo hacen antes y en un ambiente que es hostil, fuera del útero", explica el especialista, al recalcar la gran importancia de que los recién nacidos mantengan una atmósfera que contribuya a completar su neurodesarrollo. Otros aspectos que han favorecido la supervivencia y la calidad de vida de los prematuros son "los planes de atención a la embarazada desde los centros de salud, que han mejorado en los últimos años la accesibilidad de esta población a las nuevas técnicas", recuerda el doctor Pavón.

Los partos prematuros tienden a aumentar desde hace años. La prematuridad está vinculada al retraso en la edad de las mujeres que dan el paso para tener el primer hijo y a la calidad de vida.

Ana Gómez, atención temprana (Udiate)

"La participación de los padres es fundamental para reforzar en los niños las habilidades"

Según datos facilitados por la Consejería de Salud, el pasado año los hospitales públicos de Sevilla vieron nacer a 12.109 niños, de los cuales el 4,8% fueron prematuros; es decir, 589 bebés nacieron antes de cumplir las 37 semanas de gestación. Este porcentaje fluctúa cada año.

La tendencia a la baja en la maternidad registrada en los últimos años es paralela a la disminución de los partos prematuros: en 2015 nacieron en los hospitales públicos 13.524 niños, de los cuales 878 fueron prematuros (el 6,4%); y en 2014 se registraron en Sevilla 13.974 partos, de los cuales 893 fueron prematuros (el 6,3%).

Los cuidados que requieren estos pequeños dependen especialmente del peso al nacer. "Los niños con más de 34 semanas de gestación no necesitan, por lo general, ingreso hospitalario", explica el responsable de Neonatología en el Virgen del Rocío. Los pequeños que nacen entre las semanas 32 y 34, suelen ingresar en el hospital, pero su evolución normalmente es favorable, aunque depende de cada caso. La prematuridad extrema o también denominado como el recién nacido gran prematuro no llega a cumplir las 24 semanas con un peso inferior a los 750 gramos. Dentro de este grupo, los más delicados son los pequeños con menos de 22 semanas y un peso al nacer extremadamente bajo.

En todos los casos, los niños que nacen antes de cumplir las 37 semanas de gestación "necesitan un seguimiento durante los primeros años y Atención Temprana, al menos, hasta los siete años", añade el doctor Pavín. El impacto de estos cuidados en el desarrollo del niño prematuro es "mayor cuanto antes comienza la Atención Temprana", añade el experto. Este seguimiento durante los primeros años de vida debe ser multidisciplinar a través de revisiones, con la participación de los especialistas en desarrollo madurativo.

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