La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
El Ayuntamiento defiende sus actuaciones contra la movida aunque reconoce que no es una tarea fácil. Las actuaciones de la Policía Local para combatir el botellón en la ciudad se han multiplicado en los últimos años, según los datos facilitados este martes por el Consistorio. Si en 2010 se realizaron 1.746 actuaciones, en 2013 fueron 5.541. El total de denuncias impuestas por los agentes suma más de 16.200. Es en el último trimestre del año donde se concentran la mayor parte de las actuaciones al coincidir con el inicio del curso. En lo que va de octubre ya se han efectuado 259 y en septiembre hubo 187. Por barrios, es el Casco Antiguo, con 3.739 intervenciones desde 2011, donde más se actúa. Le sigue Nervión (3.348), Los Remedios (2.225), Bellavista-La Palmera (2.197), Sur (1.299) y Triana (882).
El alcalde, Juan Ignacio Zoido, reconoció este martes que la situación "no es fácil" pero se mostró dispuesto a "combatir el botellón y esas concentraciones de consumo de alcohol en la calle". Avanzó que se invitará a todas las plataformas vecinales a participar en las reuniones que se celebran los martes con el responsable de Seguridad, Juan Bueno. "Hay un derecho a poder pasarlo bien, pero también hay un derecho sagrado como es al descanso y eso hay que respetarlo y hay que velar por que se cumpla". Aseguró que se hará "con la Policía y con las multas". En este sentido, además de las actuaciones y denuncias, fuentes municipales destacaron el trabajo "disuasorio" que realiza con los patrulleros que se sitúan en el Salvador, la Pescadería o la Alfalfa. En el caso de grandes concentraciones, esta presencia policial serviría para que las personas se marchen por sí solas.
Por su parte, los numerosos colectivos vecinales, unidos para hacer un frente común y exigir al Ayuntamiento que acabe con los ruidos y molestias ocasionadas por la movida, afirman sin tapujos que se ha dado un gran paso atrás en los últimos años. Lo primero que harán una vez constituida formalmente la asociación será pedir una reunión con el alcalde, Juan Ignacio Zoido. También van a presentar mociones en las juntas municipales de distrito para que se debata sobre la problemática del ruido. Otra de las acciones a llevar a cabo será la realización de su propio mapa de ruidos de la ciudad con las herramientas que facilita la Agencia Europea de Medio Ambiente, puesto que denuncian que el Ayuntamiento no ha elaborado el suyo. Están dispuestos a todo y, por supuesto, amenazan con acudir a los tribunales, como ya hizo la Asociación Torre del Oro, del Arenal, cosechando un gran triunfo.
El problema del ruido atañe a buena parte de la ciudad. En unos casos es derivado de los botellones, otra de la acumulación de veladores bajo las viviendas, o por la concentración de personas a las puertas de los locales. La decepción vecinal con el alcalde es palpable, como ilustra el testimonio de José María Márquez-Espiau, de la asociación de vecinos Guadalquivir de Los Remedios, un barrio que es un auténtico granero de votos para el Partido Popular: "El alcalde me dijo personalmente en campaña que los votáramos porque iba a acabar con el botellón en Sevilla. ¡Mentira cochina! Sólo pedimos poder dormir, descansar, que nuestros hijos puedan estudiar... que se cumpla la ley". Este representante vecinal es muy duro con las actuaciones del Ayuntamiento. Asegura que el problema de ruidos en el barrio, "con botellones casi a diario en la zona de la Feria, o en el Parque de Lipasam", se ha agravado en los últimos tres años: "El alcalde ha quitado la madeja del escudo de la ciudad y ha puesto el mostrador de aluminio de un bar". También asegura que en Los Remedios hay un gran problema con los veladores y con las tiendas de conveniencia que venden alcohol: "La industria local es la tapa, el velador y la cerveza. Eso no crea empleo".
De Los Remedios a la Avenida Jiménez Becerril, donde el presidente de la asociación de vecinos, Víctor Díaz Salgado, incide en el problema generado por los veladores y cómo se ha silenciado la voz de los residentes: "Se le está quitando todo el protagonismo y la voz a los vecinos. La gente está muy cabreada". En esta zona, que está declarada acústicamente saturada, afirma que se siguen dando nuevas licencias de veladores: "En las ordenanzas nuevas se comete la barbaridad de no contemplar el velador como emisor acústico". Advierte que algunos locales, no cumplen los horarios de cierre, la delimitación de las zonas de veladores, o no limpian.
Otra de las zonas históricamente más castigadas por la movida es la Alameda de Hércules. El presidente de la asociación Alameda Norte denunció hace unas semanas en este periódico cuál era la situación. Ahora va más allá: "El 4 de noviembre vamos a manifestarnos ante la Casa de las Sirenas porque se reúne la junta municipal de distrito. También exigimos un teléfono directo con la Policía. El 112 es una tomadura de pelo". María José Trujillo, de la asociación Casa de la Moneda y Entorno, pone el foco en la escasez de inspectores. Los vecinos de esta zona tienen algunos problemas de botellona, como en la calle Habana, o sufren los efectos de los veladores, como los del edificio Cristina: "Nos parece muy bien la creación de esta plataforma para meter presión. Vemos que el Ayuntamiento no tiene personas para salir por las noches".
Lola Dávila, de la asociación Estación de Córdoba, fue pionera hace más de 15 años en la lucha contra el ruido. Advierte que se ha dado un "gigantesco" paso atrás: "Ahora tenemos la botellona, más una enorme cantidad de veladores, la mayoría ilegales". Esta zona de la ciudad está muy afectada tanto por la concentración de personas a la puerta de los bares de copas, como en Marqués de Paradas, como el Paseo de Colón, que concentra a muchas personas en su tramo entre Reyes Católicos y Adriano, como por la botellona que se produce en Marqués de Contadero o Radio Sevilla: "También tenemos el Capote, que es una discoteca al aire libre, cuando eso está prohibido".
Todas estas asociaciones, y muchas otras, pretenden llegar hasta las últimas consecuencias en su lucha contra el ruido. Como altavoz van a valerse de las redes sociales, como están haciendo los vecinos de la Alfalfa.
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