La Policía impide a tiros que un joven atropelle a una multitud en la Cartuja
La rápida intervención de los agentes, uno de los cuales fue atropellado, resultó clave para que no hubiera más heridos. El suceso se produjo a las puertas de la discoteca Antique.
Lo ocurrido la madrugada del lunes al martes en la isla de la Cartuja pudo ser una verdadera tragedia, de no haber sido por la intervención de dos policías nacionales que se jugaron la vida para reducir a un individuo que estuvo a punto de atropellar a decenas de personas. Los agentes tuvieron que disparar hasta cinco veces contra un coche que se dio a la fuga a toda velocidad, después de intentar arrollar también a uno de los policías que le dio el alto. La zona estaba en ese momento repleta de público, que esperaba para entrar en la discoteca Antique haciendo botellona en las inmediaciones del local.
Los hechos ocurrieron sobre las cuatro y diez minutos de la madrugada del martes 1 de noviembre. Una patrulla de la Policía Nacional, adscrita a la comisaría del distrito Triana, que estaba haciendo una ronda por la calle Matemáticos Rey Pastor y Castro, muy cerca del Antique, escuchó un fuerte acelerón de un vehículo, un Seat Altea de color negro. Acto seguido, una decena de personas recriminaron al conductor su conducta, puesto que había estado a punto de atropellar a algunos de los viandantes.
Los agentes se bajaron del patrullero y vieron que el conductor del coche se mostraba agresivo con las personas a las que había estado cerca de atropellar. Los dos agentes se acercaron al vehículo, cada uno por una puerta. Mientras uno de los policías se intentaba entrevistar con las partes, el otro le hacía señas para que parase el motor. El conductor se negó y el policía abrió la puerta del coche para impedir una posible fuga del sospechoso, mientras que su compañero se intentó introducir por la ventanilla del copiloto para extraer la llave del contacto, sin conseguirlo.
En ese momento, el conductor hizo una maniobra brusca marcha atrás, aprisionando a uno de los policías con la puerta abierta y arrastrándolo hacia atrás. El Seat Altea impactó contra otro turismo que estaba aparcado. El policía quedó atrapado entre los dos coches, con el sospechoso que seguía sin frenar. Al no poder seguir marcha atrás porque estaba obstaculizado por otro vehículo, el conductor aceleró de nuevo, esta vez hacia delante, una maniobra que liberó al funcionario.
El coche se dirigió entonces a una multitud de personas que se encontraban en medio de la calle haciendo una botellona. Uno de los policías dio el alto a gritos al conductor, pero éste hizo caso omiso. No llegó a atropellar a nadie porque los jóvenes que se encontraban allí lograron apartarse en el momento justo. Aun así, continuó la marcha a toda velocidad. Uno de los policías tuvo que sacar su arma reglamentaria y disparar cinco veces a la rueda trasera derecha del coche, desde una distancia cercana. El sospechoso siguió acelerando hasta que el coche colisionó contra una valla, que estaba puesta allí para cortar la calle al paso de vehículos. Llegó incluso a derribar la valla y a pasar por encima de la misma.
El Seat Altea avanzó todavía unos sesenta metros más, pero quedó ya inutilizado por las colisiones que sufrió contra otros vehículos aparcados y la valla. El conductor se bajó y continuó la fuga a pie, dirigiéndose hacia la orilla del río bajo el puente de la Barqueta. El hombre se metió en la maleza de la orilla y el policía que lo perseguía lo perdió de vista. Solicitaron entonces refuerzos y hasta el lugar de los hechos llegaron varios agentes más, que se unieron a la búsqueda del fugitivo por la margen del río.
Después de una búsqueda que se prolongó durante unos veinte minutos sin éxito, uno de los policías fue avisado por un testigo que se encontraba en las inmediaciones y aseguraba haber visto a una persona saliendo del agua. La Policía localizó después a esta persona, que resultó ser el conductor del vehículo que había intentado atropellar a la multitud un rato antes.
El hombre quedó detenido y fue trasladado al centro de salud del Cachorro para que recibiera atención médica. Después fue llevado a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, en la avenida de Blas Infante, desde donde pasará a disposición judicial. El arrestado es un joven de 25 años identificado mediante las iniciales S. G. C. Su coche quedó intervenido y fue trasladado por la grúa municipal a las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, para que fuera inspeccionado por la Policía Científica.
Los dos agentes que intervinieron resultaron lesionados, uno de ellos con una herida por abrasión en el cuero cabelludo, que se hizo al rozar la cabeza con el marco de la puerta del coche cuando el detenido aceleró bruscamente hacia atrás. Su compañero también sufre un fuerte dolor en el tobillo y contusiones en varias partes del cuerpo. En total, además del que conducía el detenido, resultaron dañados cinco coches más, contra los que el vehículo del sospechoso fue chocando en su huida. Todos ellos presentaban numerosos desperfectos en los laterales o paragolpes, contra los que el Seat Altea conducido por el sospechoso fue chocando a medida que intentaba huir de la Policía.
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