La Policía detiene a 49 personas por robar cobre en lo que va de año
Los agentes sorprenden a varios empleados desleales de Telefónica y compañías subcontratadas sustrayendo hilo telefónico y vendiéndolo luego en chatarrerías, cuyos dueños también son imputados
La Policía Nacional ha detenido a 49 personas en lo que va de año en la provincia de Sevilla por robar cobre. Entre ellas hay varios trabajadores de Telefónica o de empresas subcontratadas por esta compañía, ya que la mayoría del material sustraído es hilo telefónico. De hecho, de las 72 denuncias recibidas en la Jefatura en el primer semestre de 2010, 43 correspondieron a cable de telefonía. Sólo durante el pasado verano, al menos tres empleados fueron arrestados por la Policía por vender material perteneciente a Telefónica en distintas chatarrerías de la provincia.
La última operación policial ha sido la detención de cinco personas, dos de ellas menores, en Alcalá de Guadaíra, donde fueron sorprendidos dentro de una caseta de transformación eléctrica del polígono industrial Cuchipanda. Junto a este transformador había una furgoneta con las herramientas que habían empleado para fracturar la puerta de acceso de la instalación y el material robado, concretamente un bombín, un generador, dos cuadros de baja tensión, dos ampliaciones de estos cuadros y dos rejillas de ventilación.
El robo de cobre es uno de los delitos que más se ha incrementado en el último año en Sevilla. Prueba de ello es que en los primeros nueve meses de 2010 la Policía ha recuperado más de 38.000 kilos de cobre sustraído. Este dato supone un incremento de proporciones descomunales si se compara con la cantidad intervenida en el segundo semestre de 2009, que sólo fue de 500 kilos. Es decir, el montante de cobre recuperado por las Fuerzas de Seguridad se ha multiplicado por 74 en el plazo de un año.
Los expertos de la Policía calculan que han podido intervenir aproximadamente la mitad de lo sustraído, lo que significa que en Sevilla han desaparecido unas 80 toneladas de cobre entre enero y septiembre de 2010. Al día son, por tanto, más de 300 los kilos de este metal que se sustraen sólo en el territorio competencia de la Policía Nacional, que comprende Sevilla capital y las poblaciones de Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, San Juan de Aznalfarache, Camas, Morón de la Frontera, Coria del Río y Écija. De todas ellas, la localidad más afectada por estos robos es Alcalá de Guadaíra, dado el elevado número de polígonos industriales situados en su término municipal.
La mayoría de los grupos de delincuentes especializados en el robo de cobre proceden del este de Europa, casi siempre de Rumanía. Aunque generalmente roban de noche y tratan de hacerlo en zonas en las que no hay vigilancia, en el último año se han dado dos casos de agresiones violentas a vigilantes de seguridad, uno de los cuales falleció como consecuencia de las heridas.
Entre las últimas operaciones policiales contra el robo de cobre está la detención de una persona que fue sorprendida con 207 kilos de este metal. El juez encargado del caso pidió a la Policía que investigara todas las ventas que había hecho este hombre en chatarrerías y se descubrió que había llegado a vender 23.936,5 kilos de cobre desde principios de año. Con estas ventas llegó a obtener 7.700 euros.
En los últimos meses también han sido imputados los dueños de varias chatarrerías como autores de un delito de receptación. El 29 de junio fue imputado un chatarrero por comprar 330 kilos de cable de telefonía valorados en 2.182 euros. También este verano fue imputado otro chatarrero, en una operación en la que fue arrestado un trabajador de Telefónica por vender 570 kilos de hilo telefónico, por los que el dueño de la chatarrería pagó 3.287 euros.
Otro de los productos codiciados por los delincuentes son las baterías de las estaciones repetidoras de Telefónica, que contienen cobre. El 10 de agosto fueron detenidas en Alcalá de Guadaíra tres personas por robar 24 de estas baterías, cada una de las cuales pesan entre 30 y 50 kilos y está valorada entre 300 y 600 euros. Un mes después, el 6 de septiembre, fue arrestado un empleado de Telefónica por robar 12 de estas baterías y venderlas por un precio de 2.400 euros.
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