La Policía busca a más víctimas del depredador sexual de Sevilla
El sospechoso mide 1,85 y tiene una cojera muy pronunciada
Lleva libre año y medio desde que salió de la cárcel en octubre de 2018
Un depredador sexual violó a una joven en su casa de Triana, tras mantenerla retenida durante tres horas y provocarle cortes con un cuchillo o navaja pequeña. Después se dio a la fuga y fue detenido por la Policía Local de Sevilla cuando se disponía a huir de la ciudad.
El detenido, Fernando Alejandro G. S., de 57 años, ha pasado casi media vida en prisión por delitos similares al que cometió en Sevilla. El caso vuelve a poner de manifiesto la nula reinserción de los depredadores sexuales, que a menudo reinciden por muchos años que hayan permanecido en prisión.
En el caso del martes, Fernando Alejandro G. S. estuvo preso más de 26 años, la mayoría de ellos por cometer otra violación. La última vez que ingresó en una cárcel fue el 16 de octubre de 1998 y no salió en libertad hasta el mismo mes de 2018. El último centro penitenciario en el que estuvo fue el de León.
Desde entonces está libre. Antes de esos veinte años que pasó encerrado estuvo otros seis en la cárcel por otros delitos. Es natural de Linares y tiene su domicilio en Villanueva del Arzobispo, en la provincia de Jaén. La tarde del martes estaba en Córdoba y se desplazó a Sevilla para elegir una mujer al azar y violarla. Así lo admitió a los agentes que lo detuvieron.
Lo hizo en el barrio de Triana. Vio a una chica por la calle y la siguió hasta que llegó a su domicilio. La abordó cuando estaba entrando en el portal, se abalanzó sobre ella con el cuchillo y la obligó a entrar en la vivienda. Una vez en el interior del piso, le quitó el teléfono móvil, cerró la cerradura por dentro y se guardó el juego de llaves en el bolsillo.
Durante tres horas estuvo agrediéndola sexualmente. Una vez que terminó, se marchó de la vivienda, mientras que la víctima llamó a la Policía para denunciar los hechos. La mujer sufrió varios cortes en los brazos y las manos, muchas de ellas heridas de defensa producto del forcejeo con el autor de la violación.
La Policía activó el protocolo de agresiones sexuales y la víctima fue trasladada en una ambulancia del 061 al Hospital de la Mujer del Virgen del Rocío. Allí la atendieron y le curaron las heridas, al tiempo que le hicieron una serie de análisis para tratar de obtener un vestigio o perfil biológico del agresor, por si el ADN del mismo coincidía con alguno de los que estuviera en las bases de datos policiales.
La chica aportó a los agentes una minuciosa descripción del sospechoso, que fue pasada a todas las unidades de la Policía Nacional y la Policía Local que había de servicio durante la noche, por si encontraban al depredador por la calle.
La mujer hablaba de un hombre de aproximadamente 1,85 metros de altura, de complexión fuerte y con una cojera muy pronunciada, de piel morena y pelo castaño. Iba vestido con una sudadera o camiseta roja de la marcada Adidas, unos pantalones vaqueros, unas zapatillas de deportes de color negro y un abrigo o chaqueta oscura. Todas las patrullas disponibles hicieron una serie de batidas por las inmediaciones del lugar de los hechos buscando al sospechoso. Una de ellas dio sus frutos.
Tres horas después de la llamada de la víctima, a las cuatro menos cuarto de la mañana, una patrulla de la Policía Local vio a un hombre que respondía a la descripción del sospechoso en la calle Arjona, muy cerca de la estación de autobuses de la Plaza de Armas.
El hombre llevaba una actitud normal en todo momento, sin que variara su conducta en el instante en que se le acercó el patrullero, según indicó el portavoz de la Policía Local, Mario Domínguez Osuna. Sin embargo, cuando le dieron el alto sí que opuso una fuerte resistencia. Los policías tuvieron que reducirlo para detenerlo.
Una vez arrestado, fue trasladado a la inspección de guardia conjunta, por donde pasan todos los detenidos de Sevilla, en el cuartel de la avenida de Blas Infante. Allí permanecía a la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas. Durante la detención también se le intervino el pequeño cuchillo de la marca Pallarés Solsona con el que intimidó e hirió a la víctima.
El hecho de que fuera apresado muy cerca de la estación de autobuses hace indicar a la Policía que el presunto violador quería huir de la ciudad en el primer autobús que saliera. La investigación ya depende de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM), el grupo de la Policía Nacional que se encarga de todos los delitos sexuales.
Esta unidad tomó declaración durante la mañana del miércoles 29 de enero a la víctima, y está previsto que haga lo propio con el detenido. Éste en principio habría admitido a los agentes que lo detuvieron que se había desplazado desde Córdoba a Sevilla para escoger a una mujer al azar y violarla.
Investigación abierta
Queda también una ardua investigación por delante para averiguar si el sospechoso atacó a alguna otra mujer en el año y medio que lleva en libertad desde que salió de la prisión de León. En Sevilla no han trascendido recientemente denuncias por violación que encajen con el modus operandi empleado por este delincuente.
Se investiga si el hombre ha podido atacar a otras mujeres en otras provincias andaluzas o incluso fuera de la comunidad en el tiempo que lleva libre, desde octubre de 2018 hasta el pasado martes. La conducta de este violador es muy específica.
Son pocos los delincuentes de este tipo que se comporten de esta manera, seleccionando a sus víctimas por azar y siguiéndolas hasta abordarlas y conseguir su objetivo. En Sevilla ha habido algunos casos en los últimos años, como Miguel Ángel Fernández Delgado, el violador del Tamarguillo, que agredió sexualmente a una joven en el parque del mismo nombre y también mató y quemó a una prostituta cuyo cadáver arrojó envuelto en unas sábanas en el Parque Amate.
La Policía Local hizo un llamamiento en sus redes sociales para que cualquier persona que haya podido ser víctima de una agresión sexual por parte de este hombre avise al número de telefóno de la Policía Nacional, el 091, y lo comunique. La fuerza municipal difundió también un retrato robot, aunque con el rostro difuminado, del sospechoso.
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