La Policía Local precinta el café Central por exceso de aforo

Los responsables del local aseguran que los propios agentes provocaron la saturación del bar.

El café Central, en la Alameda de Hércules, cerrado ayer por la tarde.
El café Central, en la Alameda de Hércules, cerrado ayer por la tarde.
Fernando Pérez Ávila

10 de marzo 2015 - 05:03

La Policía Local de Sevilla cerró el pasado fin de semana el café Central, uno de los bares más conocidos de la Alameda de Hércules. El motivo de este precinto fue el exceso de aforo durante la noche del sábado al domingo. Los agentes contaron hasta 144 personas en el interior del local, que tiene una capacidad para 83. Los responsables del establecimiento aseguran que fue la propia Policía la que introdujo en el bar al público que había en la calle. Luego, según su versión, los agentes impidieron que saliera nadie y se produjo la inspección y el cierre por exceso de aforo.

La noche antes, la del viernes al sábado, la Policía había denunciado al café Central por sobrepasar el horario estipulado para el cierre, que está fijado a la una de la madrugada. El local fue desalojado a la 2:45. La noche siguiente, la Policía inspeccionó el local a la 1:45 y comprobaron que había "un gran número de personas en el interior del establecimiento", según indicaron a este periódico fuentes municipales.

Por ello, la Policía desalojó el bar y lo precintó, quedando la actividad clausurada a las 2:30. Desde entonces, el negocio sigue cerrado y a la espera de que la delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento emita su resolución y la cuantía de la multa. Los dueños del local pedirán este martes el desprecinto y ya han anunciado que emprenderán acciones legales contra el mando de la Policía Local que dirigía el dispositivo.

Su versión es bastante distinta de la que ofrece el Consistorio. Según el encargado del bar, Miguel Castro, la Policía llegó a las inmediaciones del café Central sobre la 1:25, unos veinte minutos antes de lo que dice el informe. El local tiene permiso para permanecer abierto hasta la una de la madrugada y, según el encargado, la barra ya estaba cerrada a esa hora y sólo quedaban algunos clientes. Fuera sí había bastante público. Muchos jóvenes hacían botellona en la Alameda a esa hora. Según la versión del encargado, la Policía llegó y obligó a la gente que estaba en la calle a entrar en el bar. "Les decían que se metieran para dentro o los multaban con cien euros", apunta Castro.

Los responsables del bar añaden que el jefe del dispositivo no sólo obligaba a la gente a entrar, sino que rompió varios vasos en la calle y ordenó a los empleados de Lipasam que barrieran toda la zona con máquinas sopladoras. En su denuncia contra el agente de la Policía Local que mandaba el dispositivo, los propietarios del café Central aportarán los vídeos de las cámaras de seguridad del bar. Esta grabación muestra el interior del local, ya que está prohibido grabar la calle. En las imágenes se aprecia que el bar se llena por completo en cuestión de minutos. A la 1:26 hay aproximadamente 40 personas en el interior y a la 1:31 el bar ya hay más de un centenar. A la 1:36 la grabación muestra que el local está a rebosar de público. Según los dueños, en estos diez minutos fue cuando la Policía obligó al público que había en la calle a entrar en el establecimiento. Los dueños han puesto el caso en manos de la asociación de bares de Sevilla.

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