La Policía Local no patrullará sola en las zonas conflictivas de la ciudad
La Jefatura ordena que, al menos, dos vehículos policiales intervengan en las actuaciones que se realicen en Torreblanca, las Tres Mil, Su Eminencia, Madre de Dios, Los Pajaritos, Las Candelarias y en Parque Alcosa
La paliza que recibieron dos policías locales el pasado sábado en el mercadillo de Torreblanca porque las transmisiones fallaron ha provocado un auténtico terremoto en el seno de la Jefatura de la Policía. No sólo han sido movilizados mandos que se hallaban de vacaciones, sino que ayer mismo se publicó una nueva orden del Cuerpo que establece un protocolo de actuación ante situaciones de riesgo.
La orden, a la que tuvo acceso este periódico, comienza por delimitar las siete zonas conflictivas que, a juicio de la Policía Local, requieren una atención especial y que son Torreblanca, las Tres Mil Viviendas y dentro de ella la calle Hermano Pablo, Su Eminencia, Madre de Dios, Los Pajaritos, Las Candelarias y Parque Alcosa, sobre todo en la calle Taiwán y del edificio El Parchís.
La instrucción cursada ayer por la Policía Local, según explica la propia orden interna, consiste en establecer un protocolo de "seguridad y autoprotección" para las actuaciones policiales que entrañen cierto riesgo, ya sea por la zona donde se va a desarrollar o por la naturaleza del operativo policial. La Policía Local entiende que antes de llevar a cabo los servicios es necesario analizar factores como la dificultad o complejidad del mismo, la mayor o menor concentración de personas, la zona de la ciudad y la previsión de apoyos necesarios que debe valorar el Centro de Control de Transmisiones de la Policía Local. La norma recuerda que la tipología de hechos susceptibles de generar violencia es múltiple y entre ellas pueden considerarse los "robos con violencia e intimidación, violencia de género o riñas tumultuarias".
El procedimiento que ha diseñado la nueva orden del Cuerpo, que se ha dictado tan sólo tres días después de la agresión a los dos agentes en el mercadillo de Torreblanca, establece una secuencia de acciones que tiene como eje principal y coordinador al Centro de Control de Transmisiones. El primer paso que deben dar los agentes que vayan a actuar en una de las ocho zonas de especial dificultad consiste precisamente en informar al Centro de Control de Transmisiones de la actuación que se va a desarrollar, si el servicio no parte de la Central. La instrucción determina que el oficial de Sala "garantizará la disponibilidad de un canal" de comunicaciones para el operativo que intervenga en el servicio y se "cerciorará" de que las patrullas que se dirijan al mismo se encuentren en el mismo canal.
Como segundo paso, la norma acuerda que serán dos patrulleros con cuatro agentes, entre los que deberá ir preferentemente un oficial, los que se dirijan al lugar de los hechos. Y el tercer aspecto, no menos importante, consiste en que el oficial "valorará el riesgo" con los datos y variables de que disponga, teniendo en cuenta que antes de intervenir debe informar a la Central sobre "lo que sucede, si necesita apoyos y la intervención que se prevea acometer", señala la instrucción del Cuerpo, que añade que si el oficial tiene alguna duda, requerirá a un mando de la Escala Ejecutiva.
La orden deja claro que, en todo caso, la intervención policial debe seguir la secuencia de "seguridad, orden y rapidez".
El protocolo de intervención diseñado para la Policía Local tiene una mención especial para las actuaciones que se lleven a cabo en los diversos mercadillos que hay en la ciudad. En este caso, la orden determina que tanto la Unidad de Medio Ambiente (UMA), que se encarga habitualmente del control de la venta ambulante, como el distrito territorial al que corresponda el mercadillo combinarán los dos patrulleros que intervendrán en la zona siguiendo el protocolo descrito para "garantizar la seguridad de los agentes".
La nueva orden explica que la comunicación previa que debe hacerse con el Centro de Control de Transmisiones de las patrullas que van a intervenir en el servicio y del lugar en cuestión "asegurarán los apoyos necesarios" por la Central en caso "de no obtener respuesta en un tiempo prudencial".
De esta forma, se pretende evitar lo que paradójicamente sucedió el pasado sábado, cuando los dos policías locales fueron agredidos por unos vendedores ambulantes en el mercadillo de Torreblanca y tuvieron que pedir incluso auxilio a los comerciantes de la zona porque sus equipos de transmisiones no funcionaban, ya que se encontraban en una de las cuatro zonas donde hay problemas de cobertura de la red corporativa de radiocomunicaciones (Secora).
El nuevo protocolo de actuación de la Policía Local viene a ratificar y a extender a todo el territorio de la ciudad una orden interna que ya existía en el distrito Este, de junio pasado, según la cual en las zonas conflictivas como Torreblanca las actuaciones policiales debían prestarse por un mínimo de dos vehículos patrulla.
Esta norma, que no se cumplió el pasado sábado puesto que los dos agentes agredidos se hallaban solos, concluía igualmente que el oficial al mando debía realizar una evaluación previa de seguridad y determinar si había que activar el protocolo, incrementando en su caso el número de policías que debían participar en el operación a tenor de la "naturaleza y peligrosidad del servicio a realizar".
En esta orden cursada por el intendente jefe del distrito Este también se establecía la obligatoriedad de solicitar del Centro de Control de Transmisiones la asignación de un operador "durante el tiempo imprescindible" para que se lleve a cabo el seguimiento de la actuación, "por si fuese necesario solicitar más recursos durante su desarrollo". En el altercado del pasado sábado tampoco se cumplió este requisito, porque no había asignado un operador a la intervención que estaban llevando a cabo los agentes agredidos.
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