La Policía Local descubre un sistema para trucar taxímetros en los taxis.
Los agentes investigan un taller mecánico que instalaba el sistema para cobrar de más a los clientes
La investigación está abierta y ya hay dos conductores denunciados
Sevilla/La Policía Local ha denunciado a dos taxistas que habían trucado presuntamente los taxímetros para cobrar de más a los clientes. La investigación continúa abierta y no se descartan más denuncias en los próximos días. Los agentes están investigando un taller concreto de la ciudad, que ya tienen localizado, en el que se practicaban estas manipulaciones de los contadores. El Ayuntamiento de Sevilla informó este miércoles en un comunicado de que la investigación continúa abierta y aclaró que se ciñe sobre un "grupo reducido" de taxistas que contaban con un sistema para alterar el precio final de cada carrera.
La investigación la está llevando la unidad de la Policía Local especializada en los controles a taxistas y otros asuntos relacionados con el transporte de viajeros, el SETI (acrónimo de Servicio Especial de Transporte e Intrusismo), un grupo que precisamente no figura en la nueva reordenación del cuerpo en la que trabaja la delegación de Movilidad y Seguridad..
El sistema consiste, según la nota del Consistorio, "en un sofisticado y sutil aparato electrónico que aumentaba la velocidad del taxímetro al accionarse un dispositivo mecánico que, a su vez, enviaba distintos impulsos electrónicos con capacidad para modificar y alterar el display del taxímetro del frontal del vehículo". De hecho, la investigación lleva el nombre de Operación Botón. El taxímetro se alteraba de manera exponencial en función del número de veces que el taxista le daba al botón con el dedo.
Los policías descubrieron que este grupo reducido de taxistas situada un botón o interruptor al lado de la palanca de cambios, debajo del guardapolvos para que el cliente no pudiera verlo. Así, los conductores, cada vez que situaban la mano sobre la palanca de cambios, podían apretar el botón que alteraba el taxímetro. El interruptor mandaba un impulso a una tarjeta electrónica que actuaba a modo de tapa de potencia y lanzaba los impulsos electrónicos a través de un complejo sistema de cableado escondido entre la palanca de cambios y el salpicadero del taxi.
La investigación comenzó hace meses. En un primer momento, la Policía Local localizó un taxi con el contador trucado e hizo una comprobación de cómo funcionaba el sistema. Luego se llevó el vehículo a una estación de ITV para verificar el resultado. Allí, con el taxi en un banco de pruebas, se hizo una especial para certificar la manipulación. Se corroboró que el artilugio podía manipular los valores de kilómetros en un 1.400% y de horarios en un 3.200%. Las pesquisas permitieron también descubrir que el sistema se basaba en un circuito electrónico de pequeñas dimensiones para facilitar su ocultación. El precio de la tarjeta electrónica oscilaba entre los 20 y los 30 euros. Se han localizado algunos establecimientos y webs en las que se vendían.
A raíz de esto se inspeccionó un segundo taxi que los agentes sospechaban que también podía tener alterado el taxímetro. La Policía Local localizó entre la guantera y el salpicadero cableado e interruptores, pero en el momento de la inspección no estaba instalada la tarjeta electrónica. Los cables habían sido cortados, aunque el propio taxista admitió haber tenido el sistema instalado. Esta práctica podría constituir un delito de alteración del precio de las cosas y también otro de estafa. Además de las diligencias policiales, el Instituto del Taxi ha abierto los correspondientes expedientes para determinar con exactitud la dimensión del fraude. "No se trata de un fraude masivo, sino reducido a un pequeño colectivo que ha actuado contra los clientes, cobrándoles en demasía, y contra la profesionalidad que se le presupone a la inmensa mayoría de los taxistas de la ciudad", explicó el delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Carlos Cabrera.
La operación Botón generó este miércoles una auténtica oleada de indignación en el sector del taxi de Sevilla. El Ayuntamiento, haciendo caso a las asociaciones mayoritarias, dejó de obligar a los taxistas a pasar las revisiones físicas de los taxímetros hace más de una década. Actualmente sólo se pasan revisiones documentales. Esto, que en un principio fue bien visto por la mayoría de taxistas, que evitaban el engorro que suponían las continuas revisiones de sus vehículos, ha supuesto para algunos una barra libre a la hora de alterar o trucar los taxímetros. "Realmente hay que hacer revisiones, debería ser algo obligatorio por parte del Instituto del Taxi", opinaba este miércoles un profesional del sector. Igual que ocurre con los taxímetros pasa con las tarjetas de transporte, ya que hay algunos taxistas que no cuentan con ella y por tanto no podrían prestar servicios interurbanos.
Otros taxistas eran partidarios de que se tomen ya medidas drásticas contra los dos denunciados. Varios de los conductores solicitaban al Ayuntamiento que retire las licencias a los dos profesionales implicados y a todo aquel que sorprendan realizando la misma práctica. "Si retirasen hoy mismo estas dos licencias, se acababa con el problema inmediatamente", expresaron algunos taxistas.
Facua pide que se retiren las dos licencias
La organización de consumidores Facua Sevilla solicitó ayer la inmediata retirada de las licencias a los dos taxistas denunciados por manipular sus taxímetros. A través de un comunicado, la asociación reclamó además al delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, "transparencia" en relación al número de inspecciones realizadas en el sector para detectar este fraude. La asociación abogó por una "revisión completa" de toda la flota para evitar más manipulaciones, debido a "la gravedad de los hechos".
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