La Policía Local tendrá un grupo para el aeropuerto y Santa Justa
El Ayuntamiento quiere incluir la unidad en el nuevo organigrama del cuerpo, en el que aún se está trabajando. Actualmente el servicio se cubre con una dotación mínima.
La Policía Local de Sevilla tendrá una unidad específica para el aeropuerto de San Pablo y la estación de Santa Justa. La intención del gobierno municipal presidido por Juan Espadas es la de crear este grupo e incluirlo en la nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Policía Local, que la delegación municipal de Movilidad y Seguridad lleva ya casi un año preparando y aún no tiene fecha de aprobación. Esta nueva unidad es un viejo anhelo del Ayuntamiento sevillano, que hace años ya contaba con un grupo de policías para estos destinos pero que finalmente se terminó disolviendo, principalmente porque los agentes que ejercían estas funciones eran ya veteranos y se fueron jubilando sin que la Jefatura encontrara los recambios adecuados.
Actualmente la Policía Local de Sevilla mantiene una presencia continuada en el aeropuerto de San Pablo y en la estación de Santa Justa, si bien la dotación es mínima. Sólo hay una pareja por turno en cada uno de los puntos y a veces ni siquiera están durante toda la jornada, dependiendo de las necesidades del servicio y del número de agentes disponibles en la calle. Este mismo miércoles, por ejemplo, durante más de una hora en el turno de mañana no había ningún policía local en el aeropuerto. En jornadas como la de ayer, los agentes suelen estar cubriendo varios servicios y se desplazan al aeródromo puntualmente para comprobar que no hay problemas de tráfico en la entrada a la terminal.
Este trabajo lo desempeñan agentes adscritos a la unidad de Tráfico-Motoristas, el grupo más numeroso de la Policía Local de Sevilla, que se encarga principalmente de la regulación del tráfico en la calle. No hay un personal específico para el aeropuerto y Santa Justa, sino que los agentes van rotando. Tiene su explicación. Ambas terminales no son un destino apetecible para los policías locales de la unidad de Motoristas, ya que éstos cuentan con una serie de compensaciones por el riesgo que implica el trabajo diario a bordo de una motocicleta de gran cilindrada. Por convenio, los agentes de esta unidad tienen dos días más de descanso al mes que los policías de otros grupos. Al no existir este riesgo en el trabajo del aeropuerto o en la estación de tren, si los agentes destinados en estos puntos fueran siempre los mismos, no tendrían derecho a esos días de descanso. Por ello, suele ser destinos en los que va rotando todo el personal de la unidad.
El trabajo consiste básicamente en regular el tráfico en las inmediaciones de la terminal y garantizar que no se formen embotellamientos. En el aeropuerto el problema con la mafia del taxi -expresión utilizada por el ex Defensor del Ciudadano, José Barranca, en una de sus memorias, en las que definió a un colectivo de taxistas que prestan servicio en San Pablo como uno de los principales problemas de la ciudad- es perenne. Ningún gobierno local ha podido acabar con el poder que tiene este grupo de taxistas, agrupados en torno al sindicato Solidaridad del Taxi, que periódicamente ha protagonizado altercados en la terminal.
En los últimos años, se han sucedido los ataques a otros taxistas ajenos a este colectivo que iban al aeropuerto a recoger a un cliente que había contratado previamente el servicio. Ésta es una práctica habitual de los hoteles y empresas, que trabajan con una serie de taxistas con los que conciertan previamente la recogida. Es una práctica absolutamente legal y existe un área delimitada para estos taxistas en el aeropuerto de San Pablo. Sin embargo, estos conductores sufren con frecuencia lanzamientos de huevos y piedras, pinchazos en los neumáticos y amenazas para que no recojan a sus clientes y éstos tengan que recurrir obligatoriamente a los taxistas del aeropuerto, respetando la cola establecida.
No sólo los profesionales del gremio son víctimas de este tipo de presiones. También las han sufrido los conductores de Tussam que realizan el servicio ordinario al aeropuerto de San Pablo. Los vehículos de esta línea han sido apedreados en más de una ocasión. Pese a que el Ayuntamiento anunció una investigación tras los últimos incidentes, ocurridos el pasado mes de marzo, nada ha trascendido del resultado de aquellas pesquisas. Los taxistas y conductores de Tussam han solicitado reiteradamente una presencia policial fija en el aeropuerto, que el Consistorio parece que ahora quiere imponer. Si ésta es la solución para acabar con el eterno problema que representa el grupo de taxistas que presta servicio en la terminal, requerirá desde luego de algo más que una pareja por turno.
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