El 'capotazo' de la Junta a los barrios desfavorecidos de Sevilla

La Junta de Andalucía no tiene ningún plan concreto para combatir la pobreza en los barrios más desfavorecidos de Sevilla y esquiva cualquier pregunta sobre si implantará o no alguna medida o destinará una partida presupuestaria para luchar contra la desigualdad en estas zonas a lo largo de 2019.

Son seis los barrios en los que se vive al límite en la capital y otros ocho en el resto de la provincia. Así consta en la Estrategia regional andaluza para la cohesión e inclusión social (Eracis), un informe elaborado por la Junta el año pasado, en el que se hace un diagnóstico de zonas desfavorecidas para proceder a intervenir cuanto antes en ellas.

En Sevilla capital los barrios que se incluyen en el estudio son el Polígono Sur, Torreblanca, el Polígono Norte (al que también añade el Vacie), Tres Barrios-Amate, El Cerezo y el área comprendida entre La Plata, Padre Pío y Palmete.

El diagnóstico también hace referencia a otros ocho barrios de la provincia que están en condiciones de pobreza extrema. Son la zona norte de Alcalá de Guadaíra; Ibarburu, Cerro Blanco y Los Montecillos en Dos Hermanas; El Rancho en Morón; Los Palacios y Villafranca; Santa Isabel en San Juan de Aznalfarache; Las Viñas en Lora; el Lucero en Coria y La Pañoleta y Caño Ronco en Camas.

Basándose en este informe, la diputada de Adelante Andalucía Maribel Mora hizo una pregunta parlamentaria al Gobierno andaluz. Le planteaba qué medidas específicas tenía previsto poner en marcha el Consejo de Gobierno en cada una de estas zonas y si pensaba incluir en el proyecto de ley de presupuestos de la Junta para 2019 alguna partida concreta para llevarlas a cabo.

La respuesta, firmada por la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, consta de dos páginas en las que no se desgrana ni un solo proyecto concreto para mejorar la situación de esos barrios. Lo que podría calificarse, aprovechando el símil taurino acorde con la Feria de Abril, de un capotazo con el que la consejera esquiva cualquier compromiso o plan medianamente tangible en las zonas más desfavorecidas de la ciudad.

La consejera hace un repaso de lo que es la Eracis y sus líneas básicas, un diagnóstico que ha servido para "identificar las zonas desfavorecidas en las que se actuará mediante el desarrollo de planes locales elaborados" por los distintos ayuntamientos. Habla de una serie de líneas de actuación, una primera para subvenciones destinadas al diseño de esos planes locales, que los ayuntamientos han presentado ya en la Consejería.

Luego explica que la segunda línea de acción "se destina a subvenciones para la implantación, ejecución y desarrollo" de estas estrategias, a "a través del refuerzo de personal en los servicios sociales comunitarios, con un periodo de ejecución de las actuaciones aprobadas en cada uno de los planes locales de intervención de cuatro años aproximadamente".

"El objetivo de estos planes es diseñar un conjunto de actuaciones que, implementadas de manera coordinada por las diferentes áreas de servicios públicos y entidades privadas presentes en estas zonas, logren mejorar la calidad de vida y disminuir las situaciones graves de exclusión social", añade la consejera.

La meta del proyecto es "mejorar la inserción de las personas en situación o riesgo de exclusión social a través de la activación de itinerarios integrados y personalizados de inserción, con un enfoque integral y comunitario que facilite el acceso a los sistemas de protección social a las personas residentes en estas zonas desfavorecidas".

Es decir, la Junta sólo habla de los objetivos del plan, algo que ya se sabía cuando se elaboró el Eracis. No dice si incluirá ninguna partida específica contra la pobreza en estas zonas en las cuentas andaluzas ni tampoco si pondrá en marcha alguna concreta con carácter urgente. Lo único que se limita a añadir es un enlace a la página web del Ayuntamiento de Sevilla, en la que se detalla el plan elaborado por el gobierno de Juan Espadas para recuperar los seis barrios más afectados por la marginalidad.