Plaza de Doña Teresa Enríquez: una castellana en San Vicente
LAS PLAZAS MÁS BONITAS
Debe su nombre a una mujer que fundó varias hermandades sacramentales en el siglo XVI
La iglesia de San Vicente es una de las más conocidas de Sevilla. Dos cofradías procesionan desde ella a la Catedral durante la Semana Santa y en su interior se encuentran bellos retablos y valiosas tallas. Pero quizá, en su parte trasera, esté su lugar con más encanto. Se trata de una pequeña plaza a la que una mujer vallisoletana le da nombre.
La Plaza de Doña Teresa Enríquez, enclavada entre las calles San Vicente y Miguel Cid, es un ensanche del entramado urbano del centro de Sevilla que recuerda a una mujer cinco siglos después. Teresa Enríquez, nacida en Valladolid en 1450, era prima hermana de Fernando El Católico, tía de San Francisco de Borja y de San Juan de Ribera. Pero no por eso ha llegado su nombre hasta nuestros días. La fundación de las Hermandades Sacramentales como la de San Lorenzo, del Sagrario, de San Vicente o San Isidoro y el culto al Santísimo la hicieron popular y fue incluso conocida como la loca del sacramento. Falleció en Torrijos en 1529.
Probablemente, no sea la plaza más conocida de la ciudad. No es habitual en las rutas turísticas del centro de Sevilla ni tiene tiendas de souvenirs en sus fachadas. Quizá por eso no ha perdido su encanto y su tranquilidad, sólo interrumpida por la actividad cofradiera de la iglesia de San Vicente, de la que su fachada malva ocupa todo un lateral de la plaza. El otro, de blanco, está compuesto una sucesión de casas particulares. Y, en los extremos, los adoquines de la calzada.
Los naranjos, como en tantos rincones sevillanos, son protagonistas de la Plaza de Doña Teresa Enríquez. Dos hileras flanquean el monumento central de la plaza, que incluye una renacentista Cruz de San Vicente. Es una copia de la original, que se encuentra en el interior del vecino templo y que presidía desde el siglo XVI el cementerio de la parroquia.
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