Plaza de San Francisco, un palco a la ciudad
LAS PLAZAS MÁS BONITAS DE SEVILLA
Fue durante siglos el corazón de la ciudad, algo que recupera durante la Semana Santa
El convento de San Francisco, que ocupó hasta el siglo XIX la actual Plaza Nueva, da nombre al que ha sido hasta precisamente esa época el indiscutible corazón de Sevilla: la Plaza de San Francisco. En ella han ocurrido y ocurren las principales tradiciones del centro de la ciudad. Desde los autos de fe en tiempos de la Inquisición a los palcos de la carrera oficial de la Semana Santa, que cada primavera cruza esta plaza desde la calle Sierpes hacia la Avenida de la Constitución.
La Plaza de San Francisco, anterior a la reconquista de Sevilla en 1248, ha sido testigo de los diferentes regímenes que España ha tenido. En 1812 le cambiaron el nombre por el de Plaza de la Constitución y dos años después por el de Plaza Real de Fernando VII. Poco después, en 1820, volvió a ser constitucional y Plaza del Rey en cuestión de meses. Ya en el siglo XX, durante la II República, se rebautizó como Plaza de la Libertad y de nuevo como Plaza de la Constitución. Y de 1936 a 1980 como Plaza de la Falange, recuperando hace cuatro décadas su nombre original.
La apropiación nominal de este punto da buena cuenta de la importancia que siempre ha tenido. En él se encuentran el Ayuntamiento, el Banco de España, la antigua Audiencia y varios edificios de valor arquitectónico. La fachada del Consistorio, del siglo XVI y de estilo plateresco, es lo más destacado de la plaza por su dimensión y esplendor. Aunque la antigua Audiencia, actual sede de la Fundación Cajasol; o el regionalista Edificio Laredo, de 1919, también conforman bellas estampas.
El Corpus Christi probablemente sea la festividad que resalta más a la Plaza de San Francisco, que se transforma para acoger esta tradicional celebración. Las portadas y la alfombra de juncía y romero decoran esta plaza que el resto del año es lugar de paso y nexo entre las calles más comerciales de Sevilla y la Avenida.
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