Plaza Nueva, el punto de encuentro
LAS PLAZAS MÁS BONITAS
Considerada la plaza mayor de Sevilla, en ella se celebran manifestaciones o feria durante todo el año
"Nos vemos en la puerta del Ayuntamiento". Hay pocas formas más efectivas de citar a alguien en un sitio que utilizando esa frase. En Sevilla, eso significa quedar en la Plaza Nueva. Un espacio cuadrangular en el que se escribe diariamente la historia de la ciudad. Si un colectivo quiere reclamar algo, en ella se concentra. Por ello, es posiblemente el lugar más transitado de Sevilla.
Este ajetreo que ahora vive no fue tal en el pasado. Por los terrenos donde se asienta la Plaza Nueva pasaba un brazo del río Guadalquivir y se conocían como la laguna de la Pajería. Más tarde, en el siglo XIII, la orden franciscana levantaría allí un imponente convento, que estaría en pie hasta 1848. De este edificio religioso se conserva, en un lateral de la plaza, la capilla de San Onofre.
Los siglo XIX y XX sirvieron para acondicionar la plaza y darle el aspecto actual. Este proceso vino acompañado de numerosos cambios nominales. Comenzó como Plaza de la Infanta Isabel, en honor a la hija de los Duques de Montpensier. Pero en 1873 comenzó a ser reflejo del sistema político imperante de cada momento. Con la I República se llamó Plaza de la República y Plaza de la República Federal. Con la Restauración, en 1875, fue Plaza de San Fernando. En 1931, la II República la bautiza por primera vez como Plaza Nueva, pero en 1936 vuelve a ser de Plaza de San Fernando, aunque nunca se cambiaron las placas. Finalmente, con la democracia recuperó su nombre actual.
Además de la capilla de San Onofre y el Ayuntamiento de Sevilla, en la Plaza Nueva resaltan otros elementos. El más visible y central es el monumento al rey San Fernando, ideado por Juan Talavera. A la estatua ecuestre de San Fernando, obra de Joaquín Bilbao, le acompañan otras cuatro de personajes relacionados con la conquista de Sevilla: el rey Alfonso X El Sabio, el caballero Garci Pérez de Vargas, el almirante Ramón Bonifaz y el obispo Don Remondo. O el rojizo Edificio Telefónica, también obra de Juan Talavera, con decoración neobarroca inspirada en detalles de las iglesias de San Luis de los Franceses, San Pablo y del Palacio de San Telmo.
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