La Plaza Nueva pierde otro negocio y acumulará cinco locales vacíos

La tienda de tejidos Canales echa el cierre. En los escaparates de este conocido comercio ya se exhiben los carteles que anuncian la liquidación total. La Plaza Nueva perderá en breve uno de sus grandes referentes. El negocio decano de la plaza es la sastrería O'Kean, que lleva en el mismo local desde 1957. A los pocos meses de que el abuelo y el padre de Francisco O'Kean -que hoy dirige el negocio- se asentaran en tan privilegiado lugar del centro de la ciudad, abrió en la misma manzana la joyería Shaw. Y el tercer lugar por antigüedad de entre los establecimientos en activo corresponde a este comercio de tejidos. Con el inminente cierre de Canales, la Plaza Nueva quedará con cuatro locales sin actividad.

La Plaza Nueva no ha dejado de perder negocios desde el comienzo de la crisis. En otoño de 2008, el grupo comercial El Caballo anunció la venta de su local a Loewe, que se instaló en la plaza hace ahora 48 años. Después le llegaría el turno a Tommy Hilfiger, que abandonó la tienda que ahora ocupa Nespresso. Ya en 2009 la empresa sevillana Agua de Sevilla anunciaba el cierre de su negocio donde ahora se encuentra abierto el bar de copas Capitol. Los últimos abandonos han sido los de los diseñadores sevillanos Victorio y Lucchino, General Óptica y Blunauta, cuyos locales siguen sin actividad. Hay que sumar un local de 471 metros cuadrados que se alquila en la manzana del Hotel Inglaterra. A estos cuatro locales sin actividad habrá que añadir en breve el de Canales, que dejará una Plaza Nueva con cinco bajos comerciales sin negocios, una estampa que contrastará con una Plaza Nueva que hace pocos años se convirtió en la milla de oro de la moda, con negocios de primeras marcas enfocados para una clientela de alto poder adquisitivo.

El último estudio detallado sobre la evolución de los precios en alquiler de los locales del centro de la ciudad, elaborado por la consultora Inerzia, establece el precio por metro cuadrado en la Plaza Nueva durante 2012 en 71 euros. Ahora mismo habría evolucionado ligeramente a la baja para situarse entre los 60 y los 70 euros. La Plaza Nueva figura en este estudio en la cuarta posición entre las vías comerciales más cotizadas. En primer lugar aparece, como es habitual, la calle Velázquez con un precio medio de alquiler de 111,5 euros por metro cuadrado en 2012 y una tasa de disponibilidad del 1,7%, lo que revela que hay determinadas calles que resisten a la crisis económica y que tienen hasta cola de espera de grandes firmas para hacerse con un local. La segunda calle más cotizada el pasado año, según el mismo estudio, es Rioja, con un precio de 95,5 euros por metro cuadrado en alquiler y una tasa de disponibilidad por debajo del 7%. En tercer lugar dfigura la Avenida de la Constitución, donde se pagan 75 euros por metro cuadrado en alquiler y donde la disponibilidad de locales libres es ínfima, del 1,7%. Ya en cuarto lugar aparece la Plaza Nueva, donde la disponibilidad sube al 16%. Y en quinto lugar, la calle Sierpes con una cotización de 62,5 euros por metro cuadrado y una tasa de disponibilidad que se aproxima al 10%.

Según la consultora Inerzia, las calles comerciales del centro, en especial las más demandadas, siguen registrando los precios medios de alquiler más altos. Y aunque en la media de los precios de alquiler de la zona centro hay un mínimo repunte de precios del 1,5%, las rentas de calles tan comerciales como Sierpes o la Plaza Nueva no han sido ajenas a la crisis, pudiendo observarse tanto un descenso de precios respecto a 2011 (por encima del 10%), como a un aumento sensible en la disponibilidad de locales ubicados en ellas. "En el caso de la Plaza Nueva, muy significativo, el 16% de los locales está disponible".

Según expertos en el alquiler de oficinas y locales comerciales, la Plaza Nueva sufre los efectos de tener demasiado lejos la parada del Metro (la más próxima está en la Puerta de Jerez) y es evidente que ha fracasado como lugar de comercios de moda de alto nivel. "Sigue siendo un buen sitio, pero para otros negocios del sector servicios". El problema radica en la casi imposibilidad de obtener una licencia para un bar, que es el negocio refugio en esta crisis.