Plaza de la Magdalena, la tumba de Martínez Montañés
LAS PLAZAS MÁS BONITAS DE SEVILLA
Fue construida tras el derribo de la iglesia de Santa María Magdalena, de la que tomó su nombre
Hasta 1811, en la Plaza de la Magdalena estaba la iglesia de Santa María Magdalena, que se derribó durante la ocupación francesa y se trasladó al cercano convento de San Pablo. Esa destrucción permitió crear la plaza actual y sepultó la tumba de un ciudadano ilustre de la época: el escultor Juan Martínez Montañés. Su lápida, ubicada en un edificio ahora en obras, recordaba que allí se enterró al artista jiennense.
La nomenclatura de la plaza también refleja la historia de la ciudad. Desde su inauguración, a mediados del siglo XIXI, ha recibido varios nombres. Primero fue Plaza de la Libertad, luego Plaza del Pacífico y Plaza del Cristo del Calvario. En 1936, la Guerra Civil hizo que se rebautizará como Plaza del General Franco, nombre que se mantuvo hasta los años 80, en que recuperó su nombre original.
La plaza, que se ha modificado en varias ocasiones a lo largo de los siglos XIX y XX, tiene una bella fuente dodecagonal de mármol en el centro que data de 1844. Dos hileras de setos con bancos de hierro la rodean, además de algunas plantas trepadoras como buganvillas o jazmín del cabo, ubicadas junto a palmeras taladas. Dos jóvenes magnolios flanquean los accesos a un recinto pavimentado con una clásica combinación de losa de Tarifa y enchinado.
No obstante, el aspecto actual de la Plaza de la Magdalena será próximamente modificado de nuevo. Un proyecto de semipeatonalización está preparado para llevarse a cabo en cuanto las obras de dos edificios de la plaza finalicen. Esta remodelación, aparte de ampliar el perímetro de la plaza, incluirá nuevo arbolado e iluminación. Por tanto, este lugar sigue siendo historia viva de Sevilla.
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