URBANISMO
Las dos rotondas infernales de Eduardo Dato y Kansas City

Plaza del Cristo de Burgos, un bosque en el centro

LAS PLAZAS MÁS BONITAS

Recibe el nombre del crucificado de la vecina hermandad, ubicada en la iglesia de San Pedro

La Plaza del Cristo de Burgos iluminada por la noche. / Antonio Pizarro
Álvaro Ochoa

02 de diciembre 2019 - 10:36

Cuatro árboles con lianas tiene la plaza como cuatro faroles de plata el paso del cristo que le da nombre. La Plaza del Cristo de Burgos es sinónimo de cofradías y abundante vegetación. Los plátanos de sombra, las palmeras, los naranjos o los jazmines son testigos del paso de muchas cofradías cada primavera. Y, entre ellas, la Hermandad del Cristo de Burgos, vecina de la plaza y ubicada en el interior de la iglesia de San Pedro.

Esta plaza, creada en el siglo XVI tras la unión de la calle Morería y la plazuela del Mesón del Rey, fue hogar de la comunidad judía, posteriormente de la musulmana y, finalmente, con marcada presencia cristiana. El convento de los Descalzos, situado en la esquina con la actual calle con ese nombre, dio a la plaza su primer nombre conocido. Más tarde y con motivo del nacimiento de Alfonso XII, recibe el de Príncipe Don Alfonso. Con la primera República fue de Argüelles, en 1938 pasó a Plaza de la Virgen del Pilar y en 1951 recibe el nombre actual.

Un niño monta en bicicleta por la Plaza del Cristo de Burgos. / Víctor Rodríguez

El aspecto actual se debe al proyecto que realizó Balbino Marrón en 1865 y que después ha sido modificado hasta nuestros días por, por ejemplo, el ensanche de la calle Imagen, que comienza en ella hasta la Encarnación. El Colegio de Arquitectos y la iglesia de San Pedro son los edificios más reconocibles de esta plaza, que también cuenta con numerosas casas señoriales y establecimientos hosteleros muy populares. Uno de ellos fue visitado por el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Las pequeñas glorietas que forman las plaza son otra estampa reconocible. Los niños juegan en el centro de ellos ante la atenta mirada de sus cuidadores desde los bancos de hierro forjado salpicados en los laterales. La plaza tiene mucha vida y es un bello paso desde la Alfalfa a la Encarnación o a Santa Catalina, las tres zonas vecinas.

1 Comentario

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

Mufasa: el Rey León | Crítica

El hiperrealismo mató a la fabula