La Plaza de Armas ya luce vallada

Urbanismo

El cerramiento con horario de apertura y cierre busca impedir las ‘botellonas’ y los actos vandálicos

Urbanismo ratifica la construcción de otro mamotreto en la Palmera

El vallado ya está colocado en la zona de la plaza que mira a calle Torneo.
El vallado ya está colocado en la zona de la plaza que mira a calle Torneo. / Antonio Pizarro

Comienza a levantarse el cerramiento en la Plaza de Armas que impida las botellonas y los actos vandálicos. Tras varias peticiones que han llegado a la sede de la Gerencia de Urbanismo, los operarios se encuentran instalando esta semana un vallado que acote un espacio privado para uso público que afecta a las calles Torneo, Marqués de Paradas y San Laureano.

El modelo a seguir será similar al que el Ayuntamiento mantiene con la Autoridad Portuaria en el Muelle de las Delicias, en el que se encuentran la terminal de cruceros, el Acuario, restaurantes y zonas de paseo. El espacio cuenta con un cerramiento con horarios de apertura y cierre. Otros ejemplos de espacios privados con uso público que cierran por las noches son el Parque Magallanes o los Jardines del Parlamento de Andalucía, pero en estos dos casos no son gestionados por los empleados municipales.

Urbanismo ha recibido varias peticiones para su cercado en los últimos años

Aunque se planteó meses antes de su estreno, la plaza no fue vallada para protegerla de actos vandálicos y de los efectos de las botellonas que sufre todas las semanas. Incluso los vecinos del entorno solicitaron al Ayuntamiento por escrito que no autorizase ese cierre al entender que sería casi privatizar un espacio público.

Después de 25 años, la ciudad recuperó esta plaza a finales de 2016 para el disfrute de todos sus vecinos, fundamentalmente para los del entorno de Marqués de Paradas y los Humeros, que llevaban muchos años reclamando al Consistorio inversiones en esa zona céntrica. La reurbanización fue realizada por Mercadona, que también abrió por un nuevo supermercado en superficie en la misma plaza. La única duda en ese momento era cuánto tiempo resistiría este nuevo espacio a los actos vandálicos.

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