Pino Montano denuncia el “caos” de los contenedores de recogida neumática

Sevilla/La plataforma vecinal Nuevas Estrellas de Pino Montano ha denunciado “el caos” de malos olores y basura en plena calle que están provocando en el barrio las constantes averías de los contenedores de recogida neumática, un sistema que instaló el Ayuntamiento de Monteseirín allá por el año 2002.

Según su presidente Jesús Gil, lleva año y medio denunciando la situación. El problema, corroborado por varios vecinos de la zona, es que las manivelas con que se maneja la apertura de esos contenedores se queda atascada y no hay manera de abrir la compuerta para echar la basura dentro, con lo que muchos la dejan en la calle junto al contenedor.

La plataforma vecinal ha reclamado una solución a Lipasam y al Ayuntamiento sin que se haya aplicado una alternativa adecuada. “Nos han puesto contenedores de plástico para que se eche allí la basura, cuando fallan los contenedores de recogida neumática, pero los olores son insoportables entre las altas temperaturas del verano y los rebuscadores de basura que lo dejan todo tirado”, se quejaba ayer el presidente de la plataforma vecinal en declaraciones a este periódico.

La solución de las cuadrillas que recogen en ocasiones la basura que se queda fuera tampoco funciona. “Estamos aburridos, hartos y esto no se puede aguantar más, y encima tampoco quitan los residuos más aparatosos, como un frigorífico que lleva seis días junto a la iglesia”, insistía Gil, quien afirma que ha enviado escritos a Lipasam, sin que hayan tenido respuesta, y que ha expuesto personalmente el problema a la delegada del distrito, la socialista Myriam Díaz.

El presidente de la plataforma vecinal sostiene que el problema es de “mala gestión” por parte del Ayuntamiento. Una solución es reparar el sistema de apertura de esos contenedores de recogida neumática o bien sustituir este sistema por uno que de verdad funcione.

La recogida neumática se instaló en 2002 en Pino Montano como un sistema muy avanzado para aquella época que consiste en unas tuberías subterráneas por las que viajan los residuos una vez se echan al contenedor y que permiten dejar la calle limpia. La realidad, sin embargo, es que el sistema no ha dado los resultados esperados.