Pineda: Una barriada caída en el olvido
urbanismo
Los vecinos denuncian dejadez y desatención por parte del Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa, propietario de las viviendas
Dos grandes solares con arbustos y matorrales de casi un metro de altura separan Los Bermejales de Ciudad Jardín de Pineda, una barriada propiedad del Ministerio de Defensa que nació a finales de los años 40 del siglo XX y en la que hoy sólo viven 47 vecinos en régimen de alquiler, la mayoría viudas de militares y ningún militar en activo.
Menos de cien metros separan Los Bermejales, "un barrio con infraestructuras envidiable", de Pineda, una barriada sin aceras, calles sin asfaltar, y en las que sí lo están abundan los boquetes y baches, y un tendido eléctrico con farolas de los años 50 que ofrecen una iluminación lúgubre por las noches. La primera imagen que ofrece esta barriada a los visitantes es un edificio de dos plantas tapiado y una farola rota.
El principal problema que presenta esta zona es que el suelo pertenece al Ministerio de Defensa, por lo que el Ayuntamiento de Sevilla no se considera responsable de su mantenimiento. La mayor incongruencia se encuentra en la calle María Galiana, antes Sargento Manuel Olmo Sánchez, donde una acera pertenece al Consistorio y la otra a Defensa. Como consecuencia, una cuenta con farolas municipales y la otra con luminarias de los años 50, algunas de ellas rotas.
Los vecinos llevan años denunciando "dejadez, desatención y descuido" por parte del Ayuntamiento de Sevilla y del Ministerio de Defensa. "Ninguno de los dos entes prestan los servicios mínimos a los que cualquier barrio de Sevilla tiene derecho", comenta José María Ruiz de Lemus, hijo de padre militar y que nació en esta barriada. "Para limpiar, baldear y podar no, pero para cambiar el nombre de una calle sí que entra el Ayuntamiento en el barrio", añade Enrique Dorronzoro, presidente de la Asociación de Inquilinos Ciudad Jardín de Pineda. "Mira el descampado. Eso es del Ayuntamiento y no vienen a limpiarlo. Cualquier día sale ardiendo".
Cuando Dorronzoro, militar retirado natural de Cádiz, llegó hace casi 40 años a la barriada Pineda, las calles eran de albero y el agua de pozo. "Estábamos en medio de la nada, Los Bermejales no existía, pero el barrio estaba decente y limpio", comenta. "Esto era idílico", recuerda Francisco Agredano, también militar retirado natural de Melilla y vecino de la zona desde hace 30 años. "Había bancos y un parque con columpios".
Del antiguo parque de columpios sólo queda la huella de una ruleta de piedra en el suelo. Además, la fuente de la calle principal de la barriada, de la que antes brotaba agua y estaba adornada con tres ranas de piedra, ahora está seca, llena de grietas y ladrillos rotos. "Hay un grupo de jóvenes que vienen por la noche a beber. Se ha convertido en un botellódromo, es una vergüenza", explica José María Ruiz al mismo tiempo que señala varios botellines vacíos de cerveza tirados en el suelo. Además, numerosas losas están sueltas, rotas o levantadas por las raíces de los árboles.
Sólo se pueden beneficiar de los contratos de alquiler de estas viviendas el personal militar o su cónyuge en el caso de que el primero fallezca, y los hijos de estos tienen hasta dos años para marcharse una vez que mueran sus dos progenitores. Hace tiempo que no entran vecinos nuevos en estas viviendas y conforme fallecen los inquilinos, se sellan las puertas y ventanas de las casas con ladrillos. "Están esperando que no muramos todos para no hacer nada", señala de repente una vecina que escucha la conversación.
La barriada también sufre problemas de alcantarillado, que provoca fugas de agua de hasta el 70%, según aseguran los vecinos. Además, alrededor de las viviendas cerradas crece maleza de forma descontrolada, "un foco de incendio que atrae bichos de todo tipo", explica José María Ruiz de Lemus. Aquí no sólo hay cucarachas, también ratas. "En verano tenemos plagas de ratas que circulan como malabaristas por los cables del tendido eléctrico", explica. Los vecinos reclaman una mejora de la barriada y la posibilidad de comprar sus casas a Defensa como ha sucedido en otras zonas con viviendas militares de la ciudad, como Tablada o Reina Mercedes.
"Hace 18 años se aprobó un Real Decreto para la enajenación de los bienes inmueble de Defensa, lo que permitía a los inquilinos comprar las viviendas que habitaban, pero al ser ésta una zona que no está urbanizada y que no se adecua a los estándares que marca el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Sevilla, las parcelas no se pueden dividir horizontalmente ni enajenarlas", explican desde la asociación de vecinos. "Existe un expediente de parcelación de la barriada en la Gerencia de Urbanismo que inició Defensa en 2009, pero mientras no se resuelva la problemática de la urbanización, responsabilidad de Defensa, todo está paralizado".
Muchos inquilinos decidieron invertir en sus viviendas cuando se anunció el Real Decreto y arreglar los desperfectos, pero ahora dudan de que puedan comprar las viviendas. "Nos resistimos a que esto no sea para nuestros hijos", manifiesta Enrique Dorronzoro. "Todos los políticos se han comprometido durante las campañas electorales a solucionar los problemas de este barrio, pero ningún alcalde lo ha hecho", continúa.
Gracia, la madre de José María Ruiz, cuenta que hace muchos años vendió una casa en propiedad en Bami, más pequeña, para arreglar la vivienda en la que ahora habita, pero los problemas se acumulan y no hay seguridad de que un día pueda adquirirla en propiedad. Los cimientos no son firme, y el suelo se mueve. "Todos los días tengo que poner los cuadros derechos, y no son pocos", asegura la señora, de avanzada edad. Debajo del suelo hay un tipo de arcilla que se contrae en invierno y se expande en verano, según explica su hijo, lo que provoca desniveles en el suelo. La mujer se queja también de que en la última inspección cambiaron la instalación eléctrica pero colocaron todos los cables fuera de la pared, en canaletas, que recorren todo el interior de la casa. "Las cucarachas se meten en las canaletas. Mira, se me ponen los vellos de punta cuando pienso en ellas", indica.
Los vecinos denuncian, por otro lado, la falta de señalización en la carretera. Muchos coches no respetan la rotonda de la entrada y circulan en dirección contraria. "Son calles estrellas con muchos baches y sin aceras, y los coches van a gran velocidad. A mí me han roto el retrovisor de mi coche, que estaba aparcado", comenta Francisco Agredano, tesorero de la asociación de vecinos.
Desde la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Capitán General Julio Coloma Gallegos, situado al final de esta barriada, se quejan de la inexistencia de un acceso peatonal para los alumnos que vienen de la parte sur de Los Bermejales. "Ya han ocurrido varios incidentes. A una mujer que iba con tres niños la golpearon con el retrovisor de un coche", asegura José Antonio Gómez Rivas, presidente del AMPA. "La carretera de acceso por la calle Villa de Peñarroya carece de aceras y está llena de maleza", comenta. "En invierno, cuando llueve, todo es un barrizal", continua. "El Ayuntamiento puso un imbornal pero esto sólo evita que coja altura el agua, no que todo se llene de barro".
Tampoco es fácil el acceso al Centro de Salud de Los Bermejales, situado junto al antiguo Hospital Militar. "La insistencia de la asociación de vecinos de Los Bermejales, que son muy combativos, hizo que el Ayuntamiento construyera un carril de cemento por medio de la plaza, rompiendo la estética de ésta, para que hubiese un acceso peatonal, ya que las calles no tienen acera", cuenta Enrique Dorronzoro. Pero cuando acaba este carril, los pacientes del ambulatorio aún tienen que sortear seis sucios macetones agrietados y una cancela que da a un gran solar lleno de matorrales.
Desde el gobierno local aseguran que se han mantenido conversaciones "en repetidas ocasiones" con Defensa, reclamándole un proyecto de reurbanización con las obras de adecuación de infraestructuras y viarios necesarias para poder recepcionar la barriada. "Aunque el Ministerio ha mostrado su disposición, aún no ha hecho nada", admite el Consistorio.
En abril, el Pleno del Ayuntamiento aprobó una moción del PP que instaba al Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento del Ministerio de Defensa a suscribir un acuerdo con el Consistorio hispalense para que éste pueda recepcionar la barriada y la zona goce de los servicios municipales. También se demandó una reunión con los vecinos y el inicio de los trámites oportunos para la cesión o venta de las viviendas que actualmente habitan, que fueron declaradas enajenables por el Ministerio en 1999.
Tras la moción, y al no obtener respuesta, el Ayuntamiento asegura que ha seguido insistiendo e, incluso, que el delegado del distrito, Joaquín Castillo, ha solicitado una reunión al Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento para abordar la moción y un informe elaborado recientemente por Urbanismo, pero, "de momento, se han negado darle una cita".
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