Pasa la vida y sigue pasando
el homenaje
Morón distinguirá a Manuel Garrido el 28-F como hijo predilecto. El autor de las Sevillanas del Adiós firmó en su pueblo ejemplares del libro
“La memoria de los pueblos está llena de olvido”. La frase que pronunció Juan Manuel Rodríguez, alcalde de Morón de la Frontera, tenía ecos de Benedetti. La pronunciaba como preámbulo de una noticia que ha hecho muy felices a sus paisanos: el próximo 28 de febrero, día de Andalucía, Morón distinguirá a Manuel Garrido como hijo predilecto.
A sus 92 años, pletórico, memorioso, divertido, emocionado, Manuel Garrido (Morón de la Frontera, 1924) volvió a su pueblo, al que tanto quiere –“escribí mucho en Morón, muy poco de Morón”– para conocer esta noticia y ser protagonista de un doble acontecimiento: la presentación del libro Pasa la Vida (Samarcanda), con prólogo de José María de Mena y el protagonismo estelar en una de las jornadas del noveno encuentro Historia, Cultura y Patrimonio organizado por la Universidad de Sevilla y el Aula Miguel Cala de Morón.
Pasa la vida, pasa la obra, juntas en un libro que se presentó en la Tertulia Flamenca El Gallo, que en 1970 inauguraron Diego el del Gastor y Alberto García Ulecia. Palabras mayores. Como las que dijo Garrido. Con el gracejo entrañable con el que contó que llegó a conocer a tres autores apócrifos de las Sevillanas del adiós, sus particulares Avellanedas; o la difusión añadida que a sus sevillanas le dio un publicista ungido por el Espíritu Santo llamado Karol Woyjtila y sonaran en la serie Verano Azul, réquiem por la muerte de Chanquete.
Su sobrino Antonio y su sobrina-nieta Leonor acompañaron a Garrido, que aplaudió a rabiar el recital a la guitarra que dio la joven Noelia Bellido, alumna de Paco Delgado. Hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós. Desde Sevilla viajaron a Morón los jóvenes editores, Dani Pinilla y Chema García, y el cronista que por Manuel Melado lo entrevistó en la Campana hace seis años, cuando Garrido le regaló este titular impagable: “Se han olvidado de mí, no me piden nada, pensarán que me he muerto”.
El alcalde citó esa entrevista para dejar bien claro que Morón no se olvida de Garrido, que sólo le van a pedir una cosa, que vuelva el 28-F para recibir ese honor, y que nadie piense que se ha muerto, que pasa la vida y sigue pasando por una cabeza privilegiada, un hombre que nació el mismo año que Chillida y Marlon Brando y tiene el senequismo de un Borges trufado con Belmonte.
Las Sevillanas del Adiós, hermosa metáfora del pañuelo de silencio, se inspiran en un inglés al que conoció en el Rocío. Alegato contra el Brexit a dos pasos de la base americana y de los yanquis que venía a Morón para aprender guitarra con Diego de El Gastor.
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