La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
El desfase presupuestario del proyecto Metropol Parasol -el centro comercial que Sacyr construye en la plaza de la Encarnación gracias a una concesión municipal que durará 40 años- no cesa. No dejan de aparecer nuevos datos oficiales que confirman que el ex concejal de Urbanismo de Sevilla, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, fue bastante heterodoxo -por ser diplomáticos- cuando a inicios de este año dijo que las setas de la Encarnación -el nombre con el que popularmente se conoce a este complejo, aún en obras- presentaban una desviación económica de "18 millones de euros". Entonces Celis -ahora responsable único de la política de vivienda de la Junta de Andalucía tras su salida del gobierno local, donde sus opciones para suceder a Monteseirín no fueron respaldadas ni por el PSOE de Sevilla ni por la dirección regional del partido- dijo que el "Parasol de la Encarnación era un proyecto imposible de construir".
La realidad numérica del Parasol es totalmente diferente a la única cifra que entonces hizo pública el máximo responsable del urbanismo sevillano. De hecho, tal y como en febrero ya publicó este diario en una serie de reportajes especiales, el sobrecoste de la Encarnación es notablemente superior a los 18 millones de euros que admitió Celis. La cifra global supera los 25 millones de euros, según consta en los informes elaborados por los servicios técnicos de Urbanismo. Nunca hubo error ni malentendido alguno en relación a este dato. Sencillamente lo que paso es que el anterior edil de Urbanismo sólo contó una parte de toda la verdad.
El ajuste final de los números, además, ha provocado que esta cantidad -los citados 25 millones de euros- vuelva a incrementarse hasta los 30 millones. Cinco más de los que, hasta ahora, se sabía. El motivo no es otro que las variaciones finales introducidas por Urbanismo en el expediente abierto para autorizar el pago a Sacyr. La Gerencia no ha facilitado ningún dato sobre esta circunstancia, al igual que cuando Celis anunció que era necesario hacer un segundo modificado del Parasol dio una rueda de prensa sin suministrar a los periodistas ni un solo documento escrito con las cifras del proyecto. Un recurso para que no quedaran pruebas documentales de que el dato parcial que iba a reconocer ante la prensa en realidad no era más que una parte mínima del sobrecoste presupuestario total.
Los citados ajustes suben el importe del modificado en cinco millones más. ¿La razón? Que en los cálculos iniciales de los servicios técnicos de la Gerencia no se habían incluido ni el IVA ni otros conceptos menores relacionados con la obra. Sólo el pago del Impuesto sobre el Valor Añadido supondrá un gasto extraordinario de 4 millones de euros. El resto de los conceptos son los llamados "gastos generales" del proyecto y los denominados "beneficios industriales", no incluidos en el cómputo inicial. En total la segunda desviación es de casi 30 millones de euros.
Este dato se refiere únicamente al segundo modificado del proyecto original del arquitecto berlinés Jürgen Mayer. La pregunta clave es otra: ¿cuánto ha costado la Encarnación en su totalidad teniendo en cuenta que el proyecto en cuestión no está ni mucho menos acabado? La respuesta a este interrogante depende de cómo se hagan las cuentas; en función del criterio de cálculo que se adopte, el resultado será uno u otro.
El nuevo delegado de Urbanismo, Manuel Rey, que se ha hecho cargo de la delegación tras la marcha de Gómez de Celis a la Junta, dijo el miércoles -en una comparecencia pública para explicar cuáles van a ser sus prioridades- que el coste global aproximado de la reforma de la Encarnación ya va por los 89 millones de euros. Es la primera vez que un responsable municipal se atreve a dar una cifra sobre la materia. Celis, en sus comparecencias, siempre alegó una obviedad: "El coste definitivo de la obra sólo se sabrá cuando se termine". Evidentemente, esta prudencia indicaba que el dato no era ni mucho menos bueno.
En todo caso, Manuel Rey no explicó el miércoles cómo calcula esta cifra. Lo único cierto es que existe constancia documental de que la construcción de Parasol implicará un gasto presupuestario muy superior a los 120 millones de euros. Lo que hasta ahora ha puesto el Ayuntamiento, de una u otra manera, en metálico o en especie, podría rondar los 123 millones de euros. Y eso, con el proyecto a medio hacer. Esta cifra, obviamente, es espectacularmente más elevada de lo que en su día se dijo que iba a ser el coste oficial: algo más de 51 millones de euros, que era el presupuesto oficial de la licitación. Más del doble.
Las cuentas que se hicieron para calcular la inversión necesaria permiten una primera aproximación al asunto. Según el presupuesto oficial del proyecto, el valor global de la inversión del Parasol iba a ser de 63,2 millones de euros. La primera fase de las obras -sin incluir los gastos derivados de la paralización del proyecto anterior, que el PA contrató gracias a los votos del PSOE, con el que gobernó entre 1999 y 2003- se cuantificó entonces en 5,3 millones de euros. El precio de licitación -los trabajos de ejecución adjudicados a Sacyr- se cifraron en 57,9 millones de euros. La suma de ambas cantidades arroja un total de 63,2 millones de euros. Después vinieron los modificados del proyecto: el primero, cifrado en 8,4 millones de euros; el segundo, todavía por tramitar, se eleva a casi 30 millones. Las desviaciones implican 38,4 millones. Si esta cifra se suma a los 63,2 de la inversión inicial, el resultado es de 101,6 millones de euros. Éste iba a ser el coste mínimo para las arcas públicas tras la decisión de construir el proyecto de Jürgen Mayer.
Otra cuestión es cuánto dinero ha puesto ya el Ayuntamiento. En este caso es necesario analizar el plan de financiación aprobado en su día y actualizarlo con el coste de los dos modificados. El dinero que se le pagó en concepto de indemnización, lucro cesante y otras compensaciones a la anterior unión de empresas -el consorcio formado por Martín Casillas y Ficoán-, a la que el PA encargó el antiguo proyecto, alcanzó los 9 millones de euros. Posteriormente se adjudicaron unas obras de emergencia en el solar de la Encarnación -necesarias para consolidar los muros pantalla de hormigón mientras se tramitaba el concurso de ideas para elegir un nuevo proyecto- que se presupuestaron en 5,3 millones de euros. El contrato se lo llevaron, casualmente, Martín Casillas y Ficoán, por lo que su indemnización, en sentido amplio, es bastante superior a la cifra oficial. A estos gastos previos hay que sumar además los honorarios del arquitecto -5 millones de euros- y las dos vías que eligió Urbanismo para equilibrar la concesión de Sacyr. La primera fue la aportación en metálico de una subvención a fondo perdido para hacer rentable (un 7%) la concesión por 40 años. Una inyección directa de dinero: 25 millones de euros que fueron pagados de los presupuestos de la Gerencia en dos anualidades y que necesitaron una autorización especial del interventor. La segunda aportación fue en especie: a Sacyr, junto a los espacios comerciales a explotar de forma directa, se le entregaba también el edificio municipal de la delegación de Hacienda para su transformación en hotel y oficinas. Esta parte del contrato aún está por cumplir, pero, al existir un compromiso escrito, en cualquier caso supone la entrega a la empresa de patrimonio municipal. ¿Cuánto valen estos espacios lucrativos? Según la valoración oficial hecha en 2005, hasta 32,2 millones de euros. El proyecto arqueológico está presupuestado en 8,5 millones.
Una parte de los fondos (indemnización, obras de urgencia) fueron por tanto para Martín Casillas-Ficoán antes de que Sacyr entrara en escena. La concesionaria ha cobrado 25 millones de subvención, tiene por gestionar un patrimonio municipal de 32,2 millones, cobró los 8,4 millones del primer modificado y tramita el segundo, de 30. La suma total sitúa el gasto global en 123,4 millones de euros.
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