Pañales ecológicos: ¿por qué son buenos para el culito del bebé y para el medio ambiente?
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Los pañales ecológicos están en auge. La sostenibilidad del medio ambiente demanda cada vez soluciones más respetuosas con los ecosistemas. Sin duda, esta clase de pañales parece la mejor solución para nuestros bebés y para el planeta. En su confección no se emplean plásticos ni ingredientes cuya toxicidad se encuentre en entredicho.
Por lo tanto, si se considera esta opción para atender la exigente demanda diaria de pañales del bebé, es conveniente saber que se estará liberando al planeta de ingentes cantidades de plástico. Así, ¿sabías que un pañal tarda aproximadamente unos 500 años en descomponerse en un vertedero?
En concreto, la cifra puede resultar bastante estremecedora para el entorno si se tiene presente que, de media, un niño gasta cinco o seis pañales diarios y no aprende a manejar sus esfínteres hasta los dos años y medio, aproximadamente. Esto supone que un único bebé puede gastar unos 5.400 panales durante este corto periodo de su existencia. Sin duda, todo un varapalo medioambiental.
Los pañales desechables se empezaron a comercializar en 1951. Hasta esa fecha, la solución imperante de resolver estas contingencias la proporcionaban los pañales de tela, que actualmente parecen regresar de su ostracismo. Actualmente no es necesario poner lavadoras repletas de pañales sucios porque hay otras fórmulas, como las que encontramos en los pañales ecológicos, que conviene tener muy en cuenta.
Estos, aunque son de usar y tirar, entrañan una pequeña ayuda al medio ambiente, dado que están elaborados con materiales como: celulosa procedente de bosques sostenibles, o plásticos de base vegetal, que culminan su descomposición en cuestión de pocos meses.
Además, muchas de estas marcas apuestan por energías renovables durante la fabricación de los pañales. De esta manera, se reducen las emisiones de CO2 responsables del cambio climático. Estos fabricantes también buscan participar en proyectos de reforestación, que permitan ofrecer un legado de naturaleza a las nuevas generaciones que ahora crecen con sus pañales.
Menos agresivos con la piel del bebé
Estos pañales, asimismo, destacan por su respeto con la piel del bebé, pues prescinden de químicos y sustancias que en algunos casos provocan reacciones dérmicas, causando irritaciones o molestias.
Por lo tanto, al optar por pañales que no contienen plástico ni derivados del petróleo, estarás haciendo un grato favor al planeta. Sin duda, si se desea lo mejor para los hijos, este tipo de pañales casan perfectamente con la conciencia ecológica, sin que ello suponga renunciar a la comodidad.
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