Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
OBITUARIO
Cuando coincidió con Hugo Galera Davidson en la Asociación de Béticos Veteranos, Francisco de Asís Arcas Lucena (1942-2022), Paco Arcas para todos los trianeros, el que fuera y todavía es conocido como el alcalde de Triana, le decía al médico y académico que fuera presidente del Betis que "socialista pegador de carteles y bético sufridor es difícil de morir".
Y debe ser verdad. Dicen que Paco Arcas ha muerto. Pero tenía tantas vidas que más de uno pensará que cuál de esas vidas es la que ha terminado por apagarse. La del cartero, la del camarero transoceánico, la del tabernero de Las Golondrinas, la del aventurero, la del presidente del Triana Club de Fútbol, la del concejal que en las municipales de 1983 iba de número 14 del PSOE y salió elegido en la mayoría absoluta de Manuel del Valle en la primera de sus dos legislaturas.
Paco Arcas puso a Triana en el mundo. Un barrio clave en el cante, en la cerámica y también en la aviación. Y en el cine. Hasta Hollywood llegaron muchas hijas de este barrio, desde Antoñita Colomé hasta Paz Vega. Se podía hacer un concurso de baile con Matilde Coral, Pepa Montes y Manuela Carrasco. Paco Arcas se ha ido con la calle Betis cortada por obras y el puente de Isabel II, vulgo de Triana, con el primer alumbrado de la próxima Velá, la primera después de dos años de abstinencia por la pandemia.
En la calle Antillano Campos hay un hipódromo por el que corren los caballitos de jamón, una de las especialidades de este bar legendario del que Paco Arcas se hizo cargo, con la ayuda de su familia, a la vuelta de hacer muchas veces las Américas. Con 18 años se embarcó por primera vez. Salían los barcos de Marsella o Barcelona, con escalas en Cádiz o Algeciras, con destino a Río de Janeiro o Buenos Aires y desde allí cruceros a la Patagonia o a las Malvinas. Subió el Misissipi como en el viejo Oeste en busca de pienso animal y madera, atracó en ciudades míticas como Boston o Nueva Orleans.
Una placa recuerda sus méritos en la Plaza del Altozano junto a la de Andrés Martínez de León, el dibujante coriano conocido como Oselito. Como concejal, organizó concursos exóticos como el del Beso, después imitado en toda España, o el de Tiradores de Cerveza. Nació en el Corral del Conde, hijo de un imaginero, pero muy pronto cruzó el puente.
En busca del Arcas perdido. Fue el titular que me regaló como periodista con todas sus andanzas, incluidos los años de bohemio en París. Fue muy amigo de Alberto Jiménez-Becerril. El concejal asesinado por la ETA el 30 de enero de 1998 fue también delegado de Triana. Detrás de su imagen de figurante de Casablanca, el concejal Paco Arcas consiguió que el Ayuntamiento adquiriese la Casa de las Columnas, hoy un Centro Cívico; la Casa de los Mensaque; remató la recuperación del Hotel Triana iniciada por Ortiz Nuevo y negoció la apertura del Instituto Hispano-Cubano, a dos pasos del lugar del que salieron las cinco naves de Magallanes, aquel precursor de Paco Arcas.
Padre de cuatro hijos: Francisco de Asís, Mercedes, Juan Carlos y José. Abuelo de cuatro nietos. En la próxima Velá, muchos imaginarán un trapo negro en la cucaña en señal de duelo por este hombre que siempre iba con una sonrisa en los labios y que quedará para los restos como el alcalde de Triana.
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