La fachada del Pabellón de Perú recuperará sus elementos ornamentales

Los elementos ornamentales de la fachada del Pabellón de Perú van a ser limpiados y restaurados con la intención de acabar con los problemas de disgregaciones y pérdidas de masa por fragmentación y arenización como consecuencia de la infiltración de agua en el sistema poroso de la piedra artificial. Ésta es la tercera fase del proyecto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para rehabilitar un inmueble construido a finales de los años veinte para la Exposición Universal de 1929 que cuenta con un plazo de ejecución de siete meses y un presupuesto de 640.306 euros (IVA incluido).

Tras estudiar el edificio y realizar una campaña de ensayos sobre la actual Casa de la Ciencia, los expertos proponen la limpieza de las superficies de ladrillo y de los elementos de mortero y hormigón; el relleno de juntas y fisuras (que se realizará con inyecciones de resina liquida) y sellado posterior con mortero de color similar al existente; y la reintegración volumétrica de las molduras de las fachadas.

Durante la intervención, y como medida preventiva, se fijarán todas las molduras y elementos escultóricos adosados a la fachada mediante anclajes con barras de fibras de vidrios. Los arquitectos aconsejan en el pliego sustituir las gárgolas fragmentadas y rotas; realizar una reintegración de los rejuntados en mal estado de conservación, tanto en la piedra artificial como en los ladrillos, mediante mortero de color y textura similar a la existente; aplicar un tratamiento preventivo de biocida indicado para exteriores contra los agentes atmosféricos, lo que ofrece una protección duradera en el tiempo ante líquenes, bacterias, hongos y algas; y tratar las superficies con el hidrofugante elegido tras realizar pruebas con tres productos diferentes para evaluar su durabilidad. En el proyecto se recoge la construcción en la primera planta de dos aseos, uno adaptado para personas con movilidad reducida y otro infantil necesario para las actividades que se desarrollan en el pabellón.

El principal problema encontrado por los expertos en las fachadas son las disgregaciones y pérdidas de masa por fragmentación y arenización como consecuencia de la infiltración de agua en el sistema poroso de la piedra artificial, tanto por filtraciones desde las cubiertas como por las salpicaduras y chorreados procedentes de las gárgolas que recogen agua de las azoteas y las vierten al patio exterior. La insuficiente longitud y la fragmentación de estas gárgolas afectan al caudal y la fuerza del agua que se inserta en el interior de los morteros, llegando con frecuencia a la armadura de acero que los sustenta provocando su oxidación con el consiguiente aumento de tamaño. El empuje de esta alteración provoca fisuras y grietas, lo que fragmenta los morteros. Además, en determinadas zonas del inmueble las palomas anidan en los huecos y ensucian con sus corrosivos excrementos los elementos ornamentales de las zonas altas.

En todas las inspecciones realizadas no se detectaron fisuras ni otros síntomas que puedan apuntar a que existan patologías que afecten al sistema estructural del edificio, fruto de un proyecto del arquitecto Manuel Piqueras Cotolí, que cuenta con una fachada en la que se aprecian balconadas de madera procedentes del colonialismo con reminiscencias mudéjares.