El PSOE y su idea de hacer gobierno desde la oposición

El grupo de Espadas se muestra aún poco cohesionado, pero más tutelado por el partido

María José Guzmán

19 de mayo 2013 - 05:03

El papel que juega la oposición en el actual gobierno municipal también marca el ecuador del mandato. Hasta ahora, la ausencia de una crítica agresiva o una labor de fiscalización continuada y amenazante ha hecho que el equipo de Juan Ignacio Zoido se sienta igual o más cómodo dos años después de arrasar en las urnas. De entrada, IU no suponía ninguna amenaza, tras quedarse con un portavoz amortizado, que habla más en las redes que en la Plaza Nueva, y sólo una concejal que también arrastra ya una herencia anterior. Pero el PSOE, tras un primer año de absoluta discreción en el que aguardó a que las críticas a sus antecesores se calmaran, sigue sin imponer un estilo claro.

La actual coyuntura política, con un PP en horas bajas a nivel nacional, y la económica brinda en bandeja a los socialistas la oportunidad, si no de recuperar la Alcaldía, pues el respaldo logrado por Zoido es demasiado amplio, desgastar al rival para ir colocándose en una línea de salida.

Hace ya meses que la dirección del partido dio el primer aviso para rediseñar una estrategia nueva ante el poco avance experimentado también en la oposición. Espadas, que presumió de equipo independiente, ha sufrido también algunas bajas: dos concejales, Eugenio Suárez Palomares y Mercedes de Pablos, y varios asesores. Los dos ediles incorporados, Juan Carlos Cabrera y Miguel Bazaga, tienen otro perfil, adscrito a agrupaciones socialistas. Podría decirse que Espadas ha ganado ediles para librar la batalla en la calle -además con un perfil muy sevillano e instalado en las claves de la ciudad más profunda- y ha sumado asesores de la cuerda de la actual dirección provincial del partido.

De hecho, el portavoz socialista se ha visto reforzado por la secretaria general del PSOE de Sevilla, Susana Díaz, que se adelantó hace meses para señalarle en público como candidato para las elecciones de 2015. Esto ayuda a mejorar la imagen de cohesión de un grupo municipal donde conviven concejales del antiguo mandato, concejales incluso críticos con la actual dirección e independientes con escasa experiencia política. Espadas, de hecho, cuenta con dos portavoces adjuntos, se supone que uno de corte más político y otro más técnico. Pero comparece mucho más con el segundo, Antonio Muñoz, que con Alberto Moriña. Quizás u reparto más equitativo ayudaría a sumar esfuerzos y rentabilizar el trabajo.

El PSOE cuenta con la mitad de ediles que el PP, pero diez no son pocos, sobre todo si se complementa su labor con el apoyo que la militancia hace en los barrios. Aunque, hasta ahora, la propia personalidad del líder socialista -Zoido y él son la cara y la cruz- merma su grado de notoriedad entre el pueblo. Espadas ha centrado su táctica en la interlocución con los agentes sociales y económicos, con sus famosos grupos de trabajo y su contacto directo con la calle ha sido, hasta hace meses, poco frecuente.

Espadas tiene muy clara que su forma de hacer oposición es distinta y pretende acabar imponiéndola. Así, se ha marcado también como hoja de ruta aprovechar su condición de senador para controlar al gobierno local desde la Cámara Alta, denunciando su escasa exigencia con el Gobierno central, en contrapunto con su confrontación con la Junta de Andalucía.

El Grupo Socialista se ha marcado el empleo y la vivienda como temas estrella, claves para los sevillanos, a pesar de que no cuenta con demasiada ayuda por parte de la Junta de Andalucía -donde Sevilla no es una prioridad- para sacar los colores al gobierno de Zoido. Espadas se resiste a recurrir al enfrentamiento verbal o a la denuncia diaria, pues sigue convencido de que no hay una sociedad civil dispuesta a enjuiciar con crudeza al gobierno del PP. La oposición de Espadas es constructiva. Es una forma de hacer gobierno desde la oposición proponiendo planes y pactos con la esperanza de que acaben marcando la agenda de Sevilla. Quedan dos años. La memoria es frágil, para todos.

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