El PP anuncia ahora descuentos para la zona azul calificados en 2013 de ilegales

Las medidas para sofocar críticas se rechazaron dos veces Las nuevas calles de Bami siguen vacías, pero el gobierno niega la polémica

Calle de Bami con estacionamientos regulados por la zona azul prácticamente vacíos.
Calle de Bami con estacionamientos regulados por la zona azul prácticamente vacíos.
M. J. Guzmán · Agencias

21 de junio 2014 - 05:03

La polémica por la ampliación de la zona azul en la capital sigue viva. Mientras el gobierno de Juan Ignacio Zoido habla de consenso en barrios como el de Bami, las protestas de comerciantes y trabajadores continúan y las nuevas calles reguladas con este sistema de aparcamientos son un desierto incluso en las horas punta.

Las medidas anunciadas por el Ayuntamiento de Sevilla para responder a las críticas no han servido por ahora para sofocarlas. Es más, según alegó el propio gobierno local el año pasado, no están establecidas legalmente, por lo que los afectados desconfían de su puesta en funcionamiento. En concreto, según la respuesta dada por la propia delegada de Hacienda, Asunción Fley, en el Pleno del pasado mes de octubre, las bonificaciones y exenciones solicitadas por los grupos de la oposición y otras entidades ciudadanas no podían establecerse en un marco legal. Y, de hecho, se desestimaron las alegaciones presentadas a la tasa de zona azul. En otro Pleno, en el pasado diciembre, volvieron a desestimarse las peticiones de la oposición sobre los beneficios fiscales solicitados y que consistían básicamente en incluir en las tarifa especial de este tipo de estacionamiento a los comerciantes, trabajadores y estudiantes de las zonas de influencia. También llegó a plantearse que los 15 primeros minutos de aparcamiento fuesen gratuitos y se desestimó.

Según el gobierno local, las peticiones de la oposición eran contradictorias pues si la exención del pago durante ese primer cuarto de hora pretendía potenciar el comercio, el hecho de pedir el tratamiento de residente para comerciantes, estudiantes o trabajadores haría que la clientela de los negocios de estos barrios no encontrase plazas libres. Es más, Fley recordó que el objetivo de la zona azul no es que todo el mundo pueda usar el espacio público de manera gratuita.

A pesar del rechazo inicial del gobierno municipal a revisar la medida, los afectados de Bami -que se están constituyendo en una plataforma- esperan una respuesta después de que el delegado de Movilidad, Juan Bueno, asegurase esta semana que se dialogaría con ellos y días antes, el delegado del distrito Sur, José Luis García, anunciase la creación de una mesa de negociación y adelantara que se iba a facilitar a los comerciantes no residentes en la zona, pero que necesitan el vehículo para su trabajo, una tarjeta para aparcar como lo podrán hacer los vecinos . Esta bonificación habría sido solicitada por más de 70 comerciantes, según el gobierno local, que garantizó una respuesta en unos diez días.

El plazo expira la semana que viene y las protestas de los comerciantes continúan. Según denunció ayer Juan Manuel Bellido, comerciante de Bami, si la medida no se revisa muchos negocios están abocados al cierre. "La mayoría estamos ya al límite, cerrarán bares, tiendas de moda, peluquerías... porque nuestro Ayuntamiento no nos facilita ningún tipo de facilidad para poder trabajar", apuntó. Su negocio es una cristalería y asegura que el primer día de implantación de la zona azul en Bami la clientela ya bajó un 50%. "Yo no puedo pagar 70 céntimos cada hora, ni los trabajadores del hospital, que son 4.000, más los familiares y usuarios, pueden renovar los tickets continuamente".

Los vehículos que antes se estacionaban en estas calles de Bami, en el entorno de los hospitales, se han ido desplazando estos días hacia la explanada de Renfe y también a barrios como El Porvenir o incluso Las Letanías, según algunos usuarios.

Fuentes del gobierno insistieron ayer en que sí que hay consenso en esta zona y minimizó las dos concentraciones de protesta celebradas esta semana, donde apuntaron que muchos de los manifestantes eran gorrillas. No obstante, el alcalde, Juan Ignacio Zoido, reiteró que, aunque son "una minoría" los ciudadanos que se oponen a esta medida, "hay que hablar con todo el mundo".

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