Operada antes de nacer

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La pequeña Meca Renée, que significa 'nacido de nuevo', es la bebé número 14 que nace libre de espina bífida en el Hospital Virgen del Rocío con cirugía intrauterina gracias a las unidades de Medicina Fetal, Neurocirugía y Anestesia

Nace un nuevo bebé libre de espina bífida en el Hospital Virgen del Rocío

Elena y Juan José junto a la pequeña Meca Renée, en el hospital.
Elena y Juan José junto a la pequeña Meca Renée, en el hospital.

No es ciencia ficción. Los bebés pueden nacer dos veces y la pequeña Meca Renée es un ejemplo de ello. Su nombre no es casualidad. Meca, por la procedencia de sus padres, Los Caños de Meca, en Cádiz; y René, porque significa nacido de nuevo. Y así es, precisamente, cómo sus padres, Elena Corona y Juan José Ramos, explican la llegada a este mundo de la pequeña el pasado día 21 de junio.

Meca René fue diagnosticada de espina bífida durante el control rutinario del embarazo de las 20 semanas de gestación. En la 25 fue intervenida dentro del vientre de su madre y hace apenas diez días nació sin mayores complicaciones. "Nuestro caso es uno entre otros muchos, por eso animo a las madres a que vean la luz si la vida los sorprende con esta papeleta. La ciencia avanza y la operación y el resultado es como un milagro. Al principio todo es un mundo, pero el resultado no tiene precio", relata a este periódico la madre, quien destaca la "humanización" del trato recibido durante la intervención y posterior alumbramiento.

Nuevo hito de la sanidad andaluza

Detrás de la alegría de Elena y Juan, un nuevo hito de un equipo de profesionales del Hospital Virgen del Rocío que suman ya catorce intervenciones intrauterinas para la corrección antes de nacer de la mielomeningocele, la forma más frecuente de espina bífida, y que supone una grave malformación del sistema nervioso central que afecta en países desarrollados aproximadamente a uno de cada 3.500 recién nacidos vivos y que que conlleva graves secuelas de por vida. Esta enfermedad puede acarrear acumulación de líquido en el encéfalo (hidrocefalia) y retraso cognitivo, entre otras secuelas.

Aunque ahora todo es felicidad, el camino hasta llegar no fue fácil. Elena cuenta que, tras el shock del diagnóstico, y las pocas posibilidades que le dieron el hospital de Cádiz en el que le estaban siguiendo el embarazo, se acordó de haber visto en un programa de televisión que esta patología se podía corregir con cirugía intrauterina.

"Nos pusimos a buscar por internet y vimos que el mejor sitio para hacerla era el Hospital Virgen del Rocío y nuestro hospital nos derivó a él. El equipo médico nos llamó. Nos lo explicaron todo muy bien e, incluso, me pusieron en contacto con otras madres que ya se habían sometido a esta intervención. Todo fueron facilidades. Y, partir de ahí, todo fueron buenas noticias. Nos dieron muy buen pronóstico y hoy podemos decir que fue todo un acierto", destaca la mujer.

Cirugía fetal abierta

El equipo médico durante la intervención en el Hospital Virgen del Rocío.
El equipo médico durante la intervención en el Hospital Virgen del Rocío. / M. G.

La técnica empleada, denominada cirugía fetal abierta, consiste en abrir el útero de la madre, extraer la parte del feto por donde se va a realizar la intervención y, una vez concluida ésta, reintroducirlo en el vientre materno. Guillermo Antiñolo, director de la unidad de genética y reproducción y jefe del servicio de ginecología y obstetricia, destaca que se trata de una cirugía "muy compleja", pero que ofrece "una perspectiva a los padres en un momento complicado".

Junto a él, personal de la unidad de Neurocirugía del Virgen del Rocío, con los doctores Javier Márquez y Mónica Rivero a la cabeza, y un equipo completo de unos 15 especialistas médicos y de enfermería de Medicina Fetal, Neurocirugía Pediátrica y Anestesiología y Reanimación.

Sana y salva al nacer

Tras la intervención, Elena quedó hospitalizada, para un mayor control y vigilancia de la gestación, hasta la semana 33 cuando se le practicó una cesárea y Meca Renée nació sana y salva, como estaba previsto. Pesó 1,630 kilos, midió 40 centímetros y está completamente sana. "Nació perfecta, con los pulmones madurados y la movilidad sin problemas", destaca la mamá.

"Para el bebé es un cambio de vida. Muchos de los defectos que corregimos intraútero no se pueden corregir al nacer. Entonces, ya no tienen solución. Esto no es una cirugía que cure, pero es una cirugía que corrige. Esos defectos en la columna suelen acompañarse de hidrocefalia o malformaciones en el cerebro que una vez fuera del útero no se pueden corregir. Y el tiempo idóneo para intervenir es entre la 24 y la 26 porque en ese tiempo es cuando la lesión se puede revertir en gran parte", añade el doctor Antiñolo.

El equipo de profesionales explica que para este tipo de intervenciones, antes de entrar en quirófano se realiza una valoración preoperatoria muy exhaustiva, que incluye ecografía fetal muy detallada donde se valora la morfología y biometría del feto, se localiza la placenta, y se determina la altura, el tamaño y la morfología de la lesión.

Igualmente, los profesionales detectan el tamaño de los ventrículos cerebrales, la posición de los pies, la movilidad de los miembros inferiores, y excluyen otras anomalías fetales asociadas. Los estudios se completan con la medición de la longitud del cuello del útero y un estudio genético. Con los resultados, se valoran con la familia los riesgos y beneficios de la cirugía fetal.

Procedimiento complejo

La intervención, que tiene una duración de entre dos y tres horas, aunque varía en función del defecto, requiere que la madre reciba anestesia general junto con un catéter epidural para seguir controlando el dolor tras la cirugía. Este es un procedimiento anestésico complejo, que necesita controles intraoperatorios adicionales. Asimismo, resulta vital durante la operación fetal mantener el volumen uterino para minimizar el riesgo de desprendimiento de placenta, de contracciones uterinas y la consiguiente expulsión del feto.

Tras el tiempo adecuado, en el que se permite al feto recuperarse en el mejor entorno posible como es el vientre materno, se realiza una cesárea para extraerlo. El bebé es posteriormente evaluado por un equipo de neonatólogos y neurocirujanos al nacer.

"Para nosotros es siempre motivo de satisfacción el poder ayudar a las madres y a las familias que llegan a nosotros en un momento que apenas ven luz a final del túnel. Que sepan todas las embarazadas que nosotros siempre estamos aquí y preparados para atender a mujeres con este y otros problemas y que existe esta posibilidad de intervenir desde dentro del útero. Que sepan que en Sevilla, y Andalucía, tenemos uno de los 34 centros en el mundo que hacen este tipo de intervenciones", concluye el doctor Guillermo Antiñolo.

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