Oleada de robos en comercios y hostelería del centro de Sevilla: "La situación es bastante mala"

Los comerciantes de la calle Francos advierten de diversos hurtos en los últimos días y aseguran que no se sienten seguros

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La céntrica calle Francos, objeto de robos en los últimos días.
La céntrica calle Francos, objeto de robos en los últimos días. / Juan Carlos Muñoz

“No nos sentimos seguros”. Esta frase se un comerciante de la calle Francos resume el calvario que viven debido a la oleada de robos de los últimos días. En esta céntrica vía, conformada principalmente por comercios tradicionales sevillanos, han visto cómo varios de ellos han sufrido hasta dos hurtos en apenas unos días. Los cacos actúan de madrugada y suelen llevarse directamente la caja registradora.

Aunque el botín es escaso debido a que la recaudación del día suele estar a buen recaudo. Pero no sólo las tiendas de Francos han sido objetivo de los amigos de lo ajeno. En San Lorenzo o la Arjona han robado en establecimientos de hostelería. La manera de proceder es muy similar. Un vecino captó las imágenes de los ladrones. Dos jóvenes que iban en bicicleta.

Con la llegada del verano comerciantes de la calle Francos no sólo tienen que hacer frente a el descenso lógico de las ventas, pese al gran número de turistas que se pasea por allí. También se enfrentan a unos ladrones que han identificado esta calle como una de sus predilectas para llevar a cabo sus fechorías.

Su carácter peatonal y las numerosas bocacalles la hacen ideal para actuar y huir con impunidad. Al menos dos comercios han sufrido robos en los últimos días. Uno, una tienda de ropa infantil próxima a la Plaza del Pan.

La otra tienda afectada ha sufrido dos robos en poco tiempo. El último, el pasado viernes. La manera de actuar en ambos ha sido la misma. Rompen el cristal con una piedra y acceden al interior para llevarse el dinero o directamente la caja registradora. Van buscando dinero. No suelen llevarse artículos u otros objetos.

Turistas pasean por la calle Francos.
Turistas pasean por la calle Francos. / Juan Carlos Muñoz

El autor del robo producido el pasado vienes fue detenido por la Policía Nacional poco después pero no antes de haber reventado otros comercios en la zona. En este caso fue fundamental la actuación de la propietaria de esta tienda. Al saltar la alarma y recibir los avisos en el teléfono móvil se puso en contacto con la Policía que detuvo al individuo gracias a las imágenes. Sin embargo, el mismo sábado fue puesto en libertad por el Juzgado.

También hay robos a plena luz del día

“La situación es bastante mala. Nos levantamos por la mañana pensando que los próximos podríamos ser nosotros”, explica Javier propietario de un establecimiento de la calle. Los robos se producen principalmente de madrugada debido a que la actividad en la calle decae por completo. De hecho, muchas tiendas ya cierran desde el mediodía porque por las tardes hay poca actividad.

Los ladrones que robaron en el restaurante Taplato de San Lorenzo.
Los ladrones que robaron en el restaurante Taplato de San Lorenzo. / D. S.

Pero los robos no sólo afectan a las tiendas de la calle y no sólo son por la noche. A plena luz del día han podido constatar la presencia de ladrones que tratan de robas en los bolsos o las mochilas de los despistados y confiados turistas. En una tienda de conveniencia también se han colado estos mismos días para robar alcohol. “Se están dando cuenta que por la noche poco se pueden llevar, aunque nos causas muchos destrozos, por lo que ya no tienen problemas en actuar a plena luz del día.

Si la mayoría de los comercios de Francos son locales no se puede decir lo mismo de los residentes. Apenas quedan vecinos y los pisos y apartamentos están dedicados al turismo. Este hecho supone que no hay nadie que pueda dar la voz de alarma o llamar a la Policía cuando se produce un robo.

La desesperación de los comerciantes es tal que han llegado incluso a plantearse la posibilidad de contratar seguridad privada para que vele por sus intereses durante las noches. Cuando han contactado con alguna empresa del ramo les han comunicado que eso no es posible porque la seguridad ciudadana es competencia de la Policía. Y precisamente es eso lo que reclaman: mayor presencia de agentes. Más vigilancia nocturna que sirva para disuadir a los ladrones.

Rescatar la figura del sereno

El cristal de la puerta de La Paella roto.
El cristal de la puerta de La Paella roto. / M. G.

El alcalde, José Luis Sanz, visitó la pasada semana la calle Francos para informar sobre las ayudas para el comercio. En este encuentro, los comerciantes le trasladaron de primera mano los problemas de limpieza y seguridad en la zona. El alcalde les explicó que el Ayuntamiento está trabajando para resolver esta problemática. Sanz reveló en estas conversaciones que tiene intención de implantar la figura del sereno para que patrulle las calles por las noches y de seguridad a vecinos y negocios. Los de Francos han recibido esta idea del alcalde con expectación, aunque no saben más detalles de cómo se implantaría y cuáles serían sus funciones exactas. Por ello, piden que su implantación se agilice o que se incremente la presencia policial en la zona.

Además de estos comercios, los establecimientos de hostelería también están sufriendo robos este verano. Es el caso de La Paella, local enclavado en la calle Albuera, entre Marqués de Paradas y Arjona. También ha sido atacada en dos ocasiones. Las similitudes son también grandes.

Entran en el local tras romper el cristal con un adoquín y se llevan la caja registradora. En el último robo hace apenas unos días, la luna quedó manchada con sangre del ladrón. La Policía científica ha recogido las muestras para iniciar la investigación.

Piedra con la que rompieron el cristal de La Paella.
Piedra con la que rompieron el cristal de La Paella. / M. G.

En el barrio de San Lorenzo también ha habido un robo. El afectado ha sido el establecimiento Taplato. En este caso un vecino grabó a los ladrones. Dos chicos jóvenes que iban en bicicleta. Las imágenes muestran cómo rompen uno de los cristales del local hacia la calle Teodosio. Por el menudo hueco en una de las esquinas inferiores penetra uno de los jóvenes que lleva el rostro cubierto y una gorra. El otro permanece en el exterior vigilando. Tras un breve periodo de tiempo en el interior, el ladrón abandona el establecimiento y junto a su compañero huye del lugar en bicicleta.

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