Muere Jaime López de Asiaín, uno de los tres 'padres' del microclima de la Expo92

El catedrático, arquitecto e investigador Jaime López de Asiaín (Madrid, 1933), premio nacional de arquitectura y uno de los expertos mundiales en arquitectura bioclimática, ha muerto este lunes en Sevilla a los 89 años. Era esposo de la arquitecta Pilar Alberich Sotomayor y deja dos hijas: Ana y María López de Asiain Alberich.

La ciudad lo recordará siempre por ser uno de los 'padres' del microclima de la Expo92 junto con los también catedráticos Valeriano Ruiz (Higuera la Real, Badajoz, 1943), de Termodinámica; Ramón Velázquez (Sevilla, 1941), de Termotecnia. Su aportación fue facilitar el canon del bioclimatismo urbano con el doble propósito de reducir la temperatura del recinto de la Cartuja y aumentar su confort.

Se implicó de lleno en proyectos como la construcción del edificio de la antigua comisaría de la Gavidia. Jaime López de Asiaín estuvo en la dirección de obra y Ramón Montserrat fue autor de su diseño.

Como vecino de Heliópolis, también luchó con el movimiento ciudadano para que el Parque del Guadaíra se construyera sin la carretera que lo cruzaba en origen de un extremo a otro.

Llegó a Sevilla en los 60 para enseñar en la Escuela de Arquitectura y ya se quedó para siempre, pese a algunos descansos en Berkeley, Arizona, Lisboa, Roma o Milán. Diseñó edificios como la antigua Escuela de Ingenieros de Reina Mercedes.

Responsable de la bioclimatización de la Expo, López de Asiaín ha escrito numerosos libros de investigación y ha merecido varios galardones, entre los que destaca el Premio Nacional de Arquitectura (1969) por su proyecto para el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. Obtuvo el premio a la mejor casa bioclimática de Sevilla en 2005, su estudio en el centro de la ciudad que no tiene aire acondicionado.

La Red Sevilla por el Clima concedió en 2017 un reconocimiento a los tres catedráticos que fueron los padres del microclima de la Expo la Red Sevilla por el Clima quiso reconocer su contribución a uno de los principales estandartes de la Expo, el más reconocido; el más olvidado en la ciudad, el más exportado a otras ciudades del mundo: el famoso microclima, nos contaba en 2017 nuestro compañero Paco Correal.