Urbanismo tumba una noria panorámica de 27 metros en la Puerta de Jerez
el área propuesta para ocupar en pleno centro era de 177 metros cuadrados
El proyecto no cumple con la ordenanza ya que la atracción turística supera el 50% de la altura de las fachadas de los edificios
Un cine al aire libre, atracciones y barras en el Parque Vega de Triana
Una noria de casi 30 metros en la Puerta de Jerez. La Gerencia de Urbanismo ha rechazado un proyecto presentado por una empresa sevillana que pretendía ocupar uno de los enclaves monumentales de Sevilla con una atracción turística entre el 16 de marzo y el 24 de abril. El gobierno socialista le ha dado calabazas debido a que la elevación no debe sobrepasar el 50% de la altura media de las fachadas de los inmuebles que componen ese espacio protegido de la ciudad.
En el análisis realizado por los técnicos de la Gerencia se indica que la altura de la noria es de 27 metros sobre rasante en un espacio que está incluido en el conjunto histórico declarado, por lo que debe aplicarse la ordenanza reguladora de la Ocupación de los Espacios Públicos del Conjunto Histórico con Actividades y Eventos que fue aprobada por el Pleno el 16 de noviembre de 2007 y establece que “la altura de las instalaciones no sobrepasará el 50% de la altura media de las fachadas urbanas que conforman el espacio protegido. No obstante, excepcionalmente y de forma puntual podrán admitirse alturas superiores, siempre que ello quede debidamente justificado”.
El informe del servicio de licencias e inspección urbanística expone que el proyecto de la noria panorámica supera con sus 27 metros el 50% de la altura de las fachadas. Por tanto, concluye que en aplicación de la ordenanza reguladora esa ocupación de la Puerta de Jerez se considera no autorizable. Urbanismo recuerda que contra el acuerdo, que no agota la vía administrativa, podrá interponerse un recurso de alzada ante el Consejo de Gobierno en el plazo de un mes a partir del día siguiente de la notificación.
En la memoria del proyecto denegado para instalar durante la Cuaresma y la Semana Santa una noria en un entorno que cuenta con un nivel de protección como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Casa Real de la Moneda y la Muralla histórica, se detalla que la actividad denominada panorámica consiste básicamente en una estructura montada sobre un remolque y formada por una columna central y doce brazos unidos solidariamente a una corona circular, en cuyos extremos se sitúan las cabinas. Cada una de ellas cuentan con un aforo máximo de seis personas, por lo que el tope de la atracción turística es de 72 pasajeros.
La empresa Bañuls Fair S. L. expone en el documento que cada cabina está equipada con una única puerta de acceso que también actúa como salida, en el sentido de que primero se debe dejar salir a los pasajeros que han finalizado su viaje y luego se puede acceder a los nuevos. “El cierre y la apertura de la cancela solo puede realizarse desde el exterior por personal competente y cualificado que debe estar siempre en una zona segura, pero en todo caso cerca de la zona de carga y descarga”, añade.
En el escrito rechazado por Urbanismo se detalla que el área que iba a ocupar la noria panorámica era de 177 metros cuadrados, con 17,7 de fachada por diez de fondo. La taquilla expendedora se situaba en la parte frontal de la actividad y era a su vez el punto desde donde se controla la puesta en marcha y avisos de comienzo de funcionamiento de la atracción. “Su puesta en marcha tiene lugar de forma manual previo aviso acústico mediante bocina, ejecutándose la parada de forma automática una vez transcurrido el tiempo programado”.
No es el único proyecto de ocio que ha sido frenado por el gobierno socialista en los últimos meses. El evento presentado para instalar en el Parque Vega de Triana un cine al aire libre, varias atracciones para niños, distintas zonas de restauración con barras y un pequeño espacio para actuaciones se quedó parado. La intención del promotor era que el espacio de entretenimiento estuviese funcionando durante todo el otoño.
El evento contemplaba un cine al aire libre para que los sevillanos y turistas puedan visualizar películas durante octubre y noviembre. Además, se iban a instalar cuatro atracciones infantiles, una zona hostelera con barras, mesas y sillas, y un espacio reducido en los que celebrar actuaciones. El promotor entendía que ya no se trataba de una gran zona dedicada al ocio nocturno, ya que el proyecto fue redimensionado con un enfoque familiar.
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