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Nevada histórica

La nieve cubre municipios del Aljarafe y del área metropolitana de Sevilla en los que llevaba más de medio siglo sin nevar, mientras que en la capital sólo caen minúsculos copos que no llegan a cuajar

La nieve, un juego perfecto para los habitantes de Gerena. Foto: Juan Carlos Muñoz, Manuel Gómez, Antonio Pizarro
Fernando Pérez Ávila

11 de enero 2010 - 06:38

Nunca hasta ayer estuvo Sevilla capital tan cerca de cubrirse de nieve desde aquel 2 de febrero de 1954. La nieve cayó con fuerza en la mayoría de los municipios de la provincia, pintó de blanco la corona metropolitana y pueblos en los que llevaba más de medio siglo sin nevar y se quedó tan sólo a tres kilómetros de la capital. Cayeron pequeños copos en Pino Montano, en el Parque Alcosa, en la Macarena y en el centro, pero no cuajaron. Eran la una y media de la tarde. Se acumuló hielo en los parabrisas de algunos coches y miles de sevillanos aguardaron en las ventanas equipados con sus cámaras digitales para inmortalizar un fenómeno tan extraño como esperado, preparados para sacar a sus hijos a la calle en cuanto el primer copo de nieve se asentara sobre el suelo, empapado después de toda una mañana lloviendo.

Pero la lluvia fue perdiendo fuerza. Dieron las dos y media y apenas llovía ya en la capital andaluza, situada a 11 metros sobre el nivel del mar. Hubo que conformarse con retratar unos minúsculos copos de nieve que apenas se reconocen como tal al ver la imagen en la pantalla de la cámara de fotos. Parecen más una mancha blanca que otra cosa y servirán únicamente para recordar que el 10 de enero de 2010 estuvo a punto de nevar en Sevilla, que cayó una especie de aguanieve, esa nieve derretida y mezclada con agua que cuando cae hace un efecto similar al de la nieve pero que se diluye en cuanto toca el suelo.

Para ver la nieve de verdad hubo que salir de Sevilla, aunque tampoco hizo falta desplazarse a la Sierra Norte, donde las nevadas parecen convertirse ya en una tradición anual. Ayer la nieve se quedó muy cerca de la capital, a tan sólo tres kilómetros, porque cayó con cierta intensidad en varios municipios del Aljarafe, como Camas, Tomares, Bormujos, Gines, Espartinas, Umbrete, Aznalcóllar o Salteras. En este último municipio nevó a primera hora de la mañana y volvió a hacerlo al mediodía, de forma que las casas quedaron cubiertas de nieve durante más horas que en el resto de pueblos en los que nevó.

En el Aljarafe tampoco nevaba desde que lo hizo en la capital, el 2 de febrero de 1954. La mayoría de los vecinos de estos municipios nunca habían visto nevar en sus pueblos. Lo más parecido que habían presenciado había sido alguna helada que había dejado una capa de varios centímetros de escarcha en los coches, tejados y jardines.

Lo mismo ocurrió en otras localidades próximas a la capital. Brenes, Villaverde del Río, Alcalá del Río, Cantillana, Guillena, Gerena, La Rinconada o Carmona, entre otros municipios, comenzaron a recibir pequeños copos de nieve sobre las once de la mañana. Dejó de llover y luego volvió a hacerlo, ya sobre la una, en forma de nieve. En Cantillana, una mujer se asomaba a la ventana de su casa junto a su hija. "Está nevando de verdad", decía una a la otra. La voz se corrió por el pueblo.Tanto que a los pocos minutos sonaron unos cohetes, que los parroquianos de los bares salieron a ver la nieve, que la red de telefonía móvil se colapsó porque decenas de personas querían avisar al mismo tiempo a sus familiares de que estaba nevando delante de su casa. "Tengo una foto del 2 de febrero del 54. Es el año que yo nací y no ha vuelto a nevar desde entonces", decía la mujer, desde el balcón, mientras el termómetro de la farmacia próxima marcaba cuatro grados centígrados.

"Aquí hace mucho que no nieva, la última vez que lo hizo fue el mismo día que nevó en Sevilla. Aquel día cayó nieve en toda la provincia", comentaba otra vecina de Cantillana, municipio situado a 45 metros sobre el nivel del mar. Lo decía mientras miraba el campanario de una iglesia en el que una cigüeña permanecía erguida en su nido ajena al temporal. "A ver si cuaja, ojalá". Donde cuajó fue en un municipio cercano, Alcalá del Río, a tan sólo 13 kilómetros de la capital. Allí un grupo de personas bromeaba a las puertas de un bar arrojándose bolas de nieve. "Aprovecha ahora y te lavas", le decía un joven a otro, a pocos metros de una señal de tráfico completamente congelada. "En Guillena ha nevado mucho, estaba todo blanco", comentaba uno de los jóvenes que jugaban con las bolas de nieve. "Yo vivo en Villaverde y allí había dos dedos de nieve esta mañana", explicaba otro.

Las nevadas más intensas se dieron en la Sierra Norte, una comarca en la que la nieve es un fenómeno común en los últimos años. Pero ayer las nevadas fueron más intensas que de costumbre, de manera que los municipios más septentrionales -Alanís dela Sierra y Guadalcanal- quedaron incomunicados al cerrarse todas las carreteras de acceso. Constantina y Cazalla también recibieron nevadas de las más intensas de los últimos años, que cuajaron y mantuvieron ambos municipios cubiertos de nieve durante toda la jornada. El temporal obligó a cerrar la carretera que une Cazalla y El Pedroso y las cadenas eran obligatorias para circular en la mayoría de las vías de la Sierra Norte. Ya entrada la noche se produjo en la capital la gran incidencia del día: el descarrilamiento de un tren Madrid-Cádiz. Dos viajeros resultaron heridos leves, según explicaron a este periódico fuentes policiales aunque Renfe no lo confirmó. El tren se quedó atravesado en la vía a unos metros de la estación de Santa Justa y bloqueó el acceso a la terminal por el norte.

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