De 1982 a 2030: de Naranjito a Magallanes
Calle Rioja
La noticia del Mundial a tres bandas (España, Portugal, Marruecos), con el preámbulo del tiralíneas americano (Argentina, Uruguay, Paraguay) ha coincidido con el comienzo de la cumbre de la Unión Europea en Granada. Ciudad donde nace el Renacimiento tras el paseo del poeta Juan Boscán y el embajador Andrea Navagiero por los jardines del Generalife. En 1492 los Reyes Católicos organizaron un Mundial de tres continentes: 781 años después, los invasores llegados de África, capitaneados por Boabdil, entregaron las llaves de la ciudad y en el mismo escenario Colón obtuvo con las Capitulaciones de Santa Fe los avales para la empresa del Descubrimiento de América.
El Mundial de 2030 podría llamarse Trofeo Magallanes: van a compartir la organización el país donde nació el almirante que capitaneó la Flota de la Mar Océana camino de las islas de las Especias; el país donde resultó herido en hecho de guerra que le dejó la secuela de una cojera de por vida; y finalmente el país que lo contrató. Magallanes portugués, marroquí y español, que además da nombre a un Estrecho al sur de Argentina, en los territorios donde en 1930, el mismo año que muere Primo de Rivera, se organizó el primer Mundial, el primero de los dos que ganó Uruguay.
La elección de los tres países (Marruecos eliminó a los otros dos en el último Mundial de Qatar: la eliminación de España la vi en el hotel de Jaén Condestable Iranzo) coincide con un Gobierno en funciones después del doble envite electoral de mayo y de julio. La FIFA sigue sus ritmos. La elección de España para organizar el Mundial de 1982 tuvo lugar en plenas exequias del dictador Francisco Franco. La candidatura fue elegida durante la asamblea de los rectores del fútbol mundial en Guatemala a finales de noviembre de 1975. Todo un acierto, una intuición. El Mundial se celebró con Leopoldo Calvo-Sotelo en la Presidencia del Gobierno, tres meses antes del triunfo del PSOE de Felipe González por mayoría absoluta. Es una incógnita saber qué será de España el año 2030, en vísperas del centenario de la Segunda República. Lo único seguro es que Lamine Yamal, el canterano del Barça nacido en Esplugas de Llobregat, tendrá 22 años.
Cuando muere Franco, España había faltado a dos citas consecutivas del Mundial, la de México 1970 y la de Alemania 1974. La última de Pelé y la primera (y única) de Johan Cruyff. Qué pena que no se cruzaran sus caminos, como Boscán y Navagiero en el Generalife, para asistir a la cuna del Renacimiento del fútbol moderno. Los que recuerdan el fallo de Cardeñosa en el partido contra Brasil (la aparición del gigante Amaral) en el Mundial de Argentina, deberían saber que si no es por el Flaco no hubiéramos disputado ese campeonato y la sequía habría sido de 16 años: su pase casi imposible a Rubén Cano en el Maracaná de Belgrado el día del botellazo a Juanito propició la clasificación de España. Pirri, superviviente del Madrid yeyé, es el único que disputó un Mundial en vida de Franco (Inglaterra 1966) y después de su muerte (Argentina 1978, el año que se promulga la Constitución española). La de Pirri sí que es una Transición.
Sevilla fue una de las sedes del Mundial que tuvo en Naranjito a su mascota. Cuatro décadas después, acude a jugar al estadio de la Cartuja la selección de Escocia, una de las que jugó alguno de sus partidos en Sevilla. Vimos en el estadio el vibrante Brasil-Escocia. Ganaron los brasileños 4-1 y ambas aficiones confraternizaron en una fiesta que recorrió al final del partido la avenida de la Palmera, el paseo Colón para terminar en el patio de san Laureano. Entre los muchos escoceses que vieron el partido en el Benito Villamarín estaba George Lovell, hispanista que aprovechó su estancia en Sevilla investigando en el Archivo de Indias para animar a sus compatriotas. Ese mismo día se hizo bético, equipo con los colores del Celtic de Glasgow.
En el otro estadio de la ciudad, el Sánchez Pizjuán, se disputó uno de los mejores partidos del Mundial. Las semifinales entre Francia y Alemania. Países representados en Sevilla en las calles Alemanes y San Luis (de los Franceses). El Mundial lo ganó Italia, el tercero en su palmarés. La Real Sociedad la Liga y García Márquez el Nobel de Literatura. Los periodistas brasileños se alojaron en el hotel Inglaterra. La ciudad simpatizó con el equipo carioca de Zico, Sócrates, Junios y Toninho Cerezo. Jesús Quintero organizó un Mundial Cultural en el parque de María Luisa, que incluía una carpa gigantesca en la plaza de América donde todas las noches sonaba el piano de Paco Aguilera.
Los fotógrafos Fernando Salazar y Ángel Bajuelo han recordado sus vivencias en el Mundial de España 82. Un hincha neozelandés les hizo esta fotografía que acompaña la crónica durante el partido Brasil-Nueva Zelanda. Les acompañaba Pepe Carrera. El partido se disputó en el Benito Villamarín. Ganó 4-0 Brasil (Zico dos goles, Serginho y Falcao).
Si hay un pionero de esta novedosa fórmula tripartita del Mundial, se llama José María Asprón. Al frente de la selección de fútbol de periodistas (el Aspron Villa), consiguió patrocinio para disputar una serie de partidos en Portugal y en Marruecos. Viajes a esos países y partidos de vuelta para hacer de anfitriones de ambas delegaciones.
El portugués Neto Gomes y el marroquí Abas Lahrichi fueron los interlocutores de Asprón en la organización de esos partidos. Nuestra primera visita al Algarve tuvo como destino Vilamoura. En algunas de esas visitas nos acompañaron dos mundialistas, Julio Cardeñosa, de Argentina 78, y Gabriel Humberto Calderón, que disputó con Argentina los de España 82 e Italia 90, no siendo convocado por Bilardo para el México 86, el que ganaron el verano de la mano de Dios y la muerte de Borges.
La visita a Fez fue memorable. Salimos el 1 de marzo de 1993 junto al bar Iberia. Toda la ruta del Toro estaba nevada. La nieve caía sobre Tarifa cuando cogimos el barco hasta Tánger. Y no dejaba de nevar cuando nos alojamos en el hotel Volubilis de la bellísima ciudad de Fez. El partido se disputó en el estadio Mohamed V. Fueron unos anfitriones espléndidos en sus atenciones culturales y gastronómicas. Hubo un segundo partido en Mekhnés para no perder la costumbre.
En su visita a Sevilla, visitaron el palacio de San Telmo y la Basílica del Gran Poder. El partido se disputó en el campo del Coria. El saque de honor lo hizo el pintor marroquí afincado en Sevilla Ahmed ben Yessef y arbitró Alfonso Garrido, ex gobernador civil. Los llevamos a comer a Bodegas Campo, en Córdoba, y estando en Medina Zahara nos confirmaron que podrían ver a Diego Armando Maradona, que entonces jugaba en el Sevilla y estaba concentrado con el equipo en el Andalusí Park, hotel de Benacazón. El argentino que disputó cuatro Mundiales, desde España 82 hasta Estados Unidos 94.
Los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz diseñaron el estadio de la Cartuja donde España recibe a Escocia el día de la Hispanidad. Los mismos arquitectos cuyos planos se han conocido para el monumental estadio que se quiere construir en Casablanca. La ciudad donde se erigió la mayor mezquita del mundo. También viajamos a Francia (a Nantes, cuna de Julio Verne), pero ese país no organiza el Mundial. Ya organizó uno y lo ganaron. Lo verde (del césped) termina en los Pirineos.
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