La muralla de Sevilla cuida de su colonia de vencejos

Fauna urbana

La restauración de la muralla de la Macarena respetará los nidos de los vencejos

La asociación Ecourbe, especialista en fauna urbana, asesora a Urbanismo sobre cómo actuar en los huecos donde crían estas aves protegidas

Los trabajos de recuperación de la muralla en una imagen tomada este miércoles.
Los trabajos de recuperación de la muralla en una imagen tomada este miércoles. / Antonio Pizarro

Buena noticia para la gran colonia de vencejos que habita en la muralla de Sevilla, sobre todo en la cara interna más próxima al arco de la Macarena. La asociación Ecourbe, que trabaja para la conservación del medio ambiente urbano, especialmente de la fauna que vive en la ciudad, ha logrado colaborar con la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla para que la restauración de la cerca almohade se efectúe respetando los nidos de esta ave urbana protegida.

Se tapa parcialmente la oquedad dejando una entrada selectiva para el vencejo

La entidad que preside la bióloga Elena M. Portillo ha elaborado un informe para Urbanismo que incluye las instrucciones para que la conservación de los nidos sea efectiva, a modo de asesoramiento externo. "No existe una única regla para conservar los nidos, cada oquedad tiene una casuística y hay que mantener un diálogo entre los especialistas en restauración y los especialistas en fauna para poder llegar a una solución útil para el vencejo y respetuosa con el monumento”, explica la presidenta de Ecourbe.

Fernando Sánchez Navarrete, director de la obra junto con el aparejador Gonzalo Sánchez Caballos y el arqueólogo Francisco Óscar Ramírez Reina son los autores de este proyecto de restauración que respetará la biodiversidad. Los trabajos se han iniciado en la cara interna de muralla para que la veintena de nidos que hay en esta zona esté libre de obstáculos en primavera, cuando llegan los vencejos.

Oquedad de la muralla donde cría el vencejo.
Oquedad de la muralla donde cría el vencejo. / Antonio Pizarro
Un nido de vencejo semiabierto tras la actuación recomendada por Ecourbe.
Un nido de vencejo semiabierto tras la actuación recomendada por Ecourbe. / Antonio Pizarro

La primera clave de la actuación es tapar los huecos dejando una entrada selectiva para el vencejo o la especie que se quiera proteger. "Pero llevar a cabo esta acción con éxito y que el vencejo no rechace su nido tras encontrar la reforma ni se eche a perder la nidada por algún error en el diseño del nido, requiere de un profundo conocimiento de la biología de la especie", advierte la experta.

El segundo requisito que debe seguir la obra es acelerar la retirada de andamios en esta cara interior de la muralla junto al arco y que no haya obstáculos para los vencejos a finales de este mes de marzo. A partir de marzo ya no se tocarán los huecos de los nidos que se encuentren en los tramos que quedan hasta el final de la obra.

"Llevar a cabo esta acción con éxito y que el vencejo no rechace su nido tras encontrar la reforma ni se eche a perder la nidada por algún error en el diseño del nido, requiere de un profundo conocimiento de la biología de la especie", advierte la experta Elena M. Portillo

El vencejo, nombrada ave del año 2021 por SEO/Birdlife, es una especie emblemática de las ciudades que habita nuestros edificios y uno de sus hábitats predilectos son las murallas. Portillo explica que cuando se anunció la obra de muralla de la Macarena en 2019 muchos ciudadanos contactaron con Ecourbe mostrando su preocupación por el destino de la colonia.

Procedimiento para semisellar un nido dejando hueco para el vencejo.
Procedimiento para semisellar un nido dejando hueco para el vencejo. / Ecourbe

"El temor está justificado, ya que la principal amenaza del vencejo es la destrucción de sus lugares de cría. Las oquedades donde ellos establecen sus nidos tras volver de África se tapan sistemáticamente en cada obra y reforma, impidiendo la reproducción. En España, el vencejo común ha experimentado un declive del 27,2% en los últimos 22 años", relata Portillo.

La asociación agradece a la directiva de la obra su interés por la conservación de los vencejos. “Desde el el principio Fernando fue muy sensible con el tema y pudimos sentar las bases para una colaboración. Es todo un ejemplo de que el Patrimonio Histórico y Patrimonio Natural son igual de importantes y deben ir de la mano”, destaca la bióloga.

A final de este mes no puede haber andamios cerca del arco porque llegan los vencejos

Ecourbe ha podido revisar cómo han quedado algunos nidos tras las actuaciones, pero no así los de la parte superior de la cerca al no formar parte del proyecto. Por ese motivo, de cara a próximas intervenciones en la parte externa de la muralla ha recomendado al Ayuntamiento que incluya a un especialista como parte del equipo que intervenga en las obras, de forma que el seguimiento de la situación de la fauna afectada sea más exhaustivo.

La entidad explica que actualmente no existe una normativa firme sobre la conservación de nidos de especies protegidas en restauración, por lo que Ecourbe está llevando a cabo acciones para mejorar la situación, al menos a nivel autonómico. "Además de la pérdida de biodiversidad que la destrucción de nidos supone, conlleva desencuentros legales por parte de empresas constructoras que, por desconocimiento o dejadez, infringen la ley llevando a cabo obras o restauraciones en edificios o monumentos con colonias de especies protegidas, como los vencejos", señala la bióloga.

El aspecto de la muralla no cambiará

El director de la obra ha explicado a los responsables de Ecourbe que, tras la reforma, la muralla seguirá teniendo el mismo aspecto con oquedades que podemos contemplar actualmente, ya que no se trata de borrar la identidad del monumento sino de que nos cuente la historia del paso del tiempo. "Los vencejos, que llevan cientos de años habitándola, seguirán haciéndolo. Ningún monumento transmite lo mismo al visitante si le quitamos la experiencia sensorial que proporciona la fauna y el ambiente que lo envuelve, por eso tenemos que preservar nuestros monumentos vivos”, explica Elena M. Portillo, presidenta de Ecourbe.

La erosión en las caras exteriores de la muralla, al ser de tapial, "puede producir una impresión de gran deterioro, aunque no suponga un problema estructural de la muralla”, afirma Fernando Sánchez Navarrete, director de la obra

Sánchez Navarrete relató a la entidad que la muralla de Sevilla no está construida con piedra natural, como en otras ciudades, sino con hormigón de cal apisonado en cajones, por el procedimiento constructivo denominado tapial (tierra del lugar, cal y árido rodado), dado que en la ciudad de los siglos XI y XII no había canteras próximas y se buscaba un procedimiento fácil y rápido de ejecutar por personal no especializado, debido a la premura y tamaño del perímetro amurallado. “Esto hace que con el paso del tiempo hayan desaparecido casi por completo los revestimientos exteriores que protegían el núcleo de la masa de material, y esto ha hecho que se produzca erosión en dichas caras exteriores, lo que puede producir una impresión de gran deterioro, aunque no suponga un problema estructural de la muralla”, afirma el director de la obra.

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