OBITUARIO
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Muere en el hospital el Tapón, el hombre que recibió siete tiros hace un año en Torreblanca

Fue tiroteado cuando estaba en su coche a plena luz del día en la calle Torrelaguna, el 19 de noviembre de 2022

Desde entonces permanecía en el hospital en estado vegetativo y con lesiones irreversibles

La juez rechazó poner en libertad a los detenidos por el crimen, que estaban procesados por asesinato antes de que se certificara la defunción

Un conflicto amoroso entre dos familias fue el origen del tiroteo

Dos policías nacionales trabajan en una zona acotada donde se produjo el tiroteo. / Juan Carlos Vázquez

José C. B., de 40 años y conocido con el sobrenombre del Tapón, murió la mañana del martes en el hospital en el que se encontraba en estado vegetativo desde hace casi un año. Este hombre recibió siete disparos de escopeta el 19 de noviembre de 2022 en la calle Torrelaguna, en el barrio de Torreblanca, en un suceso que estuvo motivado por un conflicto amoroso entre los hijos del presunto autor de los disparos y de la víctima.

El Tapón sufrió lesiones muy graves e irreversibles y ha permanecido casi un año en coma hasta que finalmente ha fallecido. Será enterrado este jueves en el cementerio de San Fernando de Sevilla. La muerte de este hombre ha provocado cierta inquietud entre los vecinos de Torreblanca, pues ya aquel tiroteo derivó en la quema de dos casas y en la expulsión de muchos de los residentes en una zona del barrio y la ocupación de sus pisos.

Cinco meses después de los hechos, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional detuvo al presunto autor de los disparos, José Antonio N. N., alias el Yaki, y a dos hermanos de éste. Los sospechosos habían huido a otras ciudades españolas y a Portugal, por lo que la investigación se demoró en el tiempo. Una vez arrestados, el juzgado de Instrucción 13 de Sevilla aceleró las gestiones y concluyó el pasado verano la investigación del caso.

Vivienda incendiada con un cóctel molotov tras el tiroteo. / David Arjona / EFE

La juez dictó un auto en el que procesaba a los tres presuntos autores del crimen por asesinato, un delito castigado con entre 15 y 20 años de cárcel, pues la víctima ya nunca podría "ofrecer su versión de los hechos" dadas las lesiones irreversibles que tenía. Una vez certificada la muerte, poco cambiará por tanto para la resolución judicial del mismo.

En el relato de los hechos, la juez recogía que de la investigación practicada aparecen indicios de que el día de autos los tres procesados abordaron a la víctima en el momento en que ésta se introdujo en su vehículo, "conduciendo y, por tanto, sin posibilidad de escapar o defenderse, sirviéndose además de su superioridad numérica para acorralarlo".

El Tapón, que tenía numerosos antecedentes por delitos de todo tipo, recibió siete tiros de escopeta, como consecuencia de los cuales sufrió múltiples lesiones al impactarle numerosos perdigones en el tórax y en el abdomen. La juez imputa también a los autores del crimen un delito de tenencia ilícita de armas. Las defensas de los tres acusados habían solicitado la puesta en libertad de los mismos, pero la juez se opuso a tal medida argumentando los indicios que hay contra ellos.

Esta acusación se basa en en las "consistentes manifestaciones de los testigos presenciales" de los hechos, las evidencias halladas en el registro domiciliario inmediatamente posterior a los hechos, relacionadas con las armas empleadas para la ejecución y los partes de asistencia y tratamiento y valoración médico forense de las lesiones de la víctima.

La juez no daba credibilidad a la "interpretación subjetiva y totalmente sui generis" de los hechos que hacía el principal investigado, que ella creía que había sido compuesta "a conveniencia justo en el momento" en el que el informe forense puso de manifiesto el estado vegetativo permanente del Tapón, quien por tanto ya "nunca podrá ofrecer su versión".

"Esta instructora no aprecia la contradicciones de los testigos ni entre los testigos que se alegan por las defensas ni aprecia fisuras en el atestado e informe policial del Grupo de Homicidios", argumentó de forma contundente el auto, que descartó la existencia de motivos que justificasen la modificación de la prisión provisional acordada en su día.

De la misma forma, la magistrada rechazó la práctica de una prueba consistente en la reconstrucción de los hechos y en el auto que procesaba a los tres hermanos les imponía una fianza de 500.000 euros por la responsabilidad civil que pudiera corresponderles por las lesiones y secuelas causas a la víctima.

El tiroteo supuso una verdadera conmoción en Torreblanca, pues se produjo a las 12:15 del mediodía de un sábado, con la calle llena de gente y con numerosos testigos presenciando los hechos. En los días siguientes ardieron varias casas en una especie de represalia o venganza. Los autores de esos incendios lanzaron cócteles molotov, si bien nadie resultó herido al estar las viviendas vacías.

El deterioro de la convivencia en Torreblanca ha ido a mayores desde entonces. El pasado mes de septiembre hubo otro tiroteo en las inmediaciones de la plaza del Platanero, con diez personas heridas y un detenido. Este incidente no tiene nada que ver con el del Tapón, aunque también estuvo relacionado por un asunto sentimental, pues fue por la oposición de una familia a una relación lésbica de una de sus miembros con otra mujer.

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