Muere Manuel Ortiz, un sevillano de Madrid que fue gobernador civil en Barcelona

Manuel Ortiz Sánchez nació en Madrid el 20 de abril de 1934, el segundo abril de la Segunda República, y murió en esa misma ciudad el pasado 17 de febrero, viernes, de un infarto. Pero entre los guarismos madrileños de ese paréntesis (1934-2017), en esos 82 largos y provechosos años de vida hay una intensa relación con Sevilla, ciudad en la que nacieron sus hermanos Fernando, el poeta, y José Javier, que fuera director del teatro Lope de Vega. Completaba el cuarteto de hermanos Maruja, también fallecida.

Sevillano nacido en Madrid, fue, en palabras de su sobrino José Manuel Benot, "uno de los actores de reparto principales de la Transición". Amigo personal de Adolfo Suárez, fue secretario de Estado para la Información y portavoz del Gobierno, cometido que entonces tenía rango de secretario de Estado y hoy de ministro. Acompañó a Suárez en la doble aventura política de la UCD y del CDS -con este último fue candidato por Sevilla- y reivindicó la figura de su líder político en el libro Adolfo Suárez y el bienio prodigioso. 1975-1977, que publicó Planeta en 2006.

Ortiz Sánchez fue gobernador civil de Huelva y de Barcelona, embajador en Cuba y presidente de Aviaco. Ejerció tareas diplomáticas en París, Lisboa, Rabat y Caracas. En estas dos últimas ciudades, le traducían lo que se publicaba sobre España en la prensa marroquí y venezolana.

Sevillista confeso, vino con su familia a Sevilla en 1935, el año que el Betis gana la Liga. Sevilla, capital del sur, fue el norte de sus inquietudes afectivas e intelectuales. Aunque se doctoró en Derecho en la Universidad de Barcelona, se licenció en Sevilla. Estudios que completó con la diplomatura en Historia de América por la Universidad Hispano-Americana de Santa María de La Rábida, donde adquirió formación que le fue muy útil en sus destinos americanos.

Hijo del periodista Manuel Ortiz Sánchez-Pozuelo, fue profesor de la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid y de la de Relaciones Públicas de Barcelona, así como del Centro de Estudios Universitarios y de la Facultad de Ciencias de Información de Madrid. Llegó a ser subdirector general de Prensa. Adolfo Suárez le encomendó que tendiera puentes con los partidos de la izquierda, todavía en la clandestinidad, para normalizar la Transición. Un secundario muy principal. Deja una hija, Belén.