Proyecto Lázaro: Sevilla contará con el primer laboratorio de fisioterapia en daño cerebral
Living-lab en Sevilla
Una sala del Hospital San Lázaro se convertirá en un centro de investigación en vivo para reducir las secuelas del ictus, la esclerosis múltiple y la ELA.
Las obras se ejecutarán durante este verano
La Unidad de Neurología del Hospital Macarena contará con el primer laboratorio en vivo, living-lab, para la investigación de nuevas técnicas de fisioterapia en personas con daño cerebral. Se beneficiarán pacientes neurológicos aquejados por severos problemas de salud: ictus, ELA y esclerosis múltiple, principalmente.
“La fisioterapia intensa, precoz y aplicada con diversas técnicas mejoran la plasticidad cerebral de los pacientes que han sufrido daño cerebral, pero desconocemos durante cuánto tiempo la fisioterapia tiene estos efectos. Tampoco conocemos con evidencia científica la efectividad de robots o de las distintas opciones que ofrece la tecnología”, explica el doctor Joan Montaner, responsable de Neurología en el Hospital Macarena.
Los proyectos previstos en el nuevo laboratorio tratarán de obtener resultados definitivos sobre los beneficios de la fisioterapia en pacientes neurológicos, a modo de ensayos clínicos médicos. “Además permitirá testar distintos robots y prototipos para la rehabilitación contando con la opinión y consideraciones de los pacientes”, explica el doctor Montaner.
El Proyecto Lázaro prevé la creación del nuevo laboratorio, que ocupará una sala que albergaba a la antigua lavandería del Hospital San Lázaro y que, en los últimos años, se ha utilizado como almacén. La reforma, que ya se ha licitado, supone una inversión de 70.000 euros. Las obras comenzarán este verano y está previsto que finalicen en septiembre. La nueva sala reformada acogerá la tecnología y a los pacientes inscritos en el proyecto de investigación de Fisevi para la rehabilitación en casos de ELA y Esclerosis Múltiple, que quedó paralizado hace unos meses en el Hogar Virgen de los Reyes, un inmueble municipal.
Para que el Proyecto Lázaro vea la luz, el Hospital Macarena ha cedido una sala del Hospital San Lázaro, mientras que el equipo de Neurología que dirige el doctor Montaner ha emprendido una campaña para captar patrocinadores, de la mano de Fisevi (Fundación Pública Andaluza de la Investigación para la Salud en Sevilla). Además de la reforma, Lázaro también implica un refuerzo de personal específico para desarrollar los distintos estudios de investigación previstos.
“El concepto del laboratorio en vivo o viviente, living-lab, disfruta de una destacable implantación en EEUU y en países europeos, aunque en España es un modelo aún desconocido. Consiste en realizar estudios clínicos en vida real contando con la opinión de los pacientes y los profesionales que reciben y aplican las técnicas de fisioterapia para definir los mejores tratamientos rehabilitadores”, añade el especialista. El laboratorio permitirá a los investigadores utilizar nuevas tecnologías y prototipos robotizados para personalizar los tratamientos de fisioterapia; y comprobar los resultados en la salud de los pacientes, de manera rigurosa.
TECNOLOGÍA PUNTA
Entre otras iniciativas, “hemos solicitado, junto al parque tecnológico vasco Tecnalia, un proyecto que oferta el Ministerio de Economía para testar en Sevilla nuevos robots, que son diseñados en el País Vasco, en sesiones de fisioterapia”, explica Montaner.
La estrategia consiste en unir a los ingenieros implicados en el desarrollo de tecnología sanitaria, a los pacientes, a los fisioterapeutas y a los neurólogos para definir cuál es la mejor tecnología para rehabilitar, en cada caso, a los pacientes que padecen daño cerebral. Se trata de avanzar en tratamientos personalizados. Para ello, el laboratorio viviente Lázaro permanecerá abierto a propuestas de los distintos grupos de investigación que trabajan en este campo en la Universidad de Sevilla. “Con esta idea queremos integrar a colegios profesionales como el Colegio de Fisioterapeutas y el Colegio de Psicología para, además, convertir el laboratorio en centro de prácticas de los especialistas”, añade el responsable de Neurología.
Otra de las líneas de trabajo previstas se centra en la telefisioterapia; es decir, en la utilización de las nuevas tecnologías y de las posibilidades que ofrece internet para que los pacientes puedan realizar sesiones de rehabilitación a distancia, sin necesidad de acudir al hospital. “La telefisioterapia puede ser una gran herramienta especialmente para el tratamiento de pacientes que viven en puntos alejados del hospital. A través de internet, los fisioterapeutas p
ueden explicar a los pacientes cómo realizar las sesiones”, asevera el doctor Montaner.
PRIMEROS PASOS
Cuando la nueva sala abra, previsiblemente tras el verano, al nuevo laboratorio en San Lázaro se trasladará la tecnología que, desde hace años, se utiliza en la investigación de técnicas de fisioterapia para pacientes de ELA y esclerosis múltiple, que permanecen el Hogar Virgen de los Reyes.
Además de las investigaciones abiertas, desde hace años, para tratamientos de fisioterapia en enfermos de ELA y esclerosis múltiple, el Proyecto Lázaro también estará dirigido a los afectados por infartos cerebrales (ictus).
Los especialistas ya han constatado los enormes beneficios de la fisiotera
pia tras un ictus inmediatamente después de que el enfermo supere la fase aguda, para reducir, en la medida de lo posible, el impacto en la calidad de vida de los pacientes.
PUNTOS ‘NEGROS’ DEL ICTUS
Sevilla y Huelva son las provincias con mayor tasa de mortalidad por ictus en el territorio nacional, con una tasa que alcanza los 54 casos por 100.000 habitantes; más del doble que en otros puntos de la geografía española. En Barcelona y Madrid, esta tasa del ictus es de 25 casos por cada 100.000 habitantes. “Hemos comprobado que la incidencia del ictus está vinculada a la renta per cápita, de modo que las poblaciones con una renta más baja, sufren más ictus”, explica el doctor Montaner.
Los principales factores de riesgo del ictus son: hipertensión, obesidad, diabetes, fibrilación auricular y el consumo de tabaco, entre otros, vinculados a los hábitos de vida. “Las poblaciones más ricas tienen mayor acceso a una alimentación y a unos hábitos de vida más saludables”, añade el neurólogo e investigador.
La atención de neurólogos especializados en el abordaje del infarto cerebral, unido al tratamiento precoz, se ha constatado como una de las medidas más beneficiosas para la supervivencia de los afectados por los ictus, y para reducir el impacto en su calidad de vida. Se estima que estos pacientes deben recibir el tratamiento médico, que permite eliminar el trombo, en menos de 60 minutos desde que llega al hospital.
La detección de los síntomas a tiempo es crucial para este tratamiento precoz. Las señales de alerta: Pérdida de fuerza o torpeza en la mitad del cuerpo; acorchamiento en la mitad del cuerpo; dificultad para hablar, entender o para que le entiendan; pérdida de visión en uno o ambos ojos; pérdida de visión en un lado del campo visual; desorientación o confusión; mareo con sensación de giro de objetos; visión doble; inestabilidad; y dolor de cabeza intenso.
La implicación de los médicos de familia a la hora de derivar a los pacientes es crucial en el código ictus, el procedimiento que acelera la atención de los accidentes cerebrovasculares. Sólo en el área del Macarena son atendidos 700 pacientes por ictus al año; de los cuales el 50% necesitan fisioterapia. A estos pacientes se suman en torno a 1.500 casos afectados por esclerosis múltiple; y en torno a 30 enfermos de ELA. Para todos ellos está ideado el Proyecto Lázaro.
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