Miguel Carcaño acepta someterse de forma voluntaria al test de la verdad

El asesinato de Marta

La Policía sigue sin realizar ninguna petición al juez y éste desmiente que haya tomado una decisión.

El asesino confeso de Marta, Miguel Carcaño, en los juzgados cuando acusó a su hermano del crimen.
El asesino confeso de Marta, Miguel Carcaño, en los juzgados cuando acusó a su hermano del crimen.
Jorge Muñoz

07 de febrero 2014 - 05:03

El asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, ya ha aceptado someterse a la prueba neurológica P300, conocida como el test de la verdad, aunque el juez sigue sin haber recibido ninguna petición de la Policía Nacional doce días después de que trascendiera que los investigadores pretenden realizar esta prueba para corroborar que su última versión de los hechos es verdad y que los restos de Marta están enterrados en la finca Majaloba.

Miguel Carcaño aceptó someterse a la práctica del test de la verdad, pero esta autorización no ha sido entregada aún por la Policía al juez que cinco años después del crimen mantiene abierta la pieza separada para la búsqueda de los restos, según confirmaron a este periódico fuentes del caso.

Precisamente este jueves el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) emitió una nueva nota de prensa en la que el juez de Instrucción número 4 de Sevilla, Francisco de Asís Molina, desmentía, por segunda vez en los últimos días, que haya recibido petición alguna para hacer el denominado test de la verdad a Miguel Carcaño.

En una escueta pero contundente nota de prensa, el TSJA aseguró que el magistrado "NO ha recibido -las mayúsculas son del propio comunicado- ningún tipo de petición para la práctica de nuevas pruebas a Miguel Carcaño".

El instructor tampoco ha recibido "ninguna autorización firmada por el condenado por la muerte de Marta del Castillo dando su aprobación para la realización de dicha prueba", precisó el TSJA, que añadió que, a la vista de que sigue sin recibirse ninguna petición expresa ni formal, el titular del juzgado de Instrucción "no ha autorizado nada" al respecto en esta causa.

La prueba neurológica que la Policía va a solicitar al juez para tratar de determinar si Miguel Carcaño ha dicho la verdad con su última declaración tiene un coste cero y una fiabilidad de entre el 85% y el 95%, según el doctor José Ramón Valdizán, jefe del servicio de Neurofisiología del hospital Miguel Servet de Zaragoza y pionero en la aplicación del Potencial Evocado Cognitivo, la P300 .

En el caso de Carcaño, la prueba serviría para "decir lo que es verdad y lo que no es", ya que se le expondrían otros lugares en los que aseguró que habían arrojado el cuerpo, como el río o el vertedero, añadió el neurofisiólogo. Para la práctica de la prueba a Carcaño se plantearían dos tipos de estímulos -fotos y textos- según lo que quieran averiguar los investigadores policiales.

La Policía defiende que esta prueba no supone la violación de ningún derecho personal de Carcaño, sino que busca comprobar que el sujeto que se somete a ella tiene recuerdos sobre las cuestiones que se le plantean, en este caso, el lugar en el que abandonó el cuerpo de Marta del Castillo.

En principio, Miguel Carcaño, como persona que está penada cumpliendo la condena de 21 años y tres meses en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), es una persona "libre" para someterse a este tipo de pruebas, incluso a la "hipnosis" o a cualquier prueba siempre que acceda voluntariamente, explicaron las fuentes.

La prueba de la P300 ya ha sido probada en la investigación de otro asesinato, el cometido presuntamente por Antonio Losilla, que está acusado del asesinato de su mujer, cuyo cuerpo sigue sin aparecer. En este caso, Losilla fue expuesto de forma pionera en España durante dos horas a la exhibición de 13 tandas de tres imágenes y 21 de frases, y teóricamente su respuesta cerebral determinará qué lugar le despierta recuerdos, lo que podría apuntar dónde están enterrados los restos de su mujer, Pilar Cebrián, de 52 años, que desapareció en la localidad zaragozana de Ricla en marzo de 2012.

El test de la verdad se practicó a este acusado por orden del juzgado que investiga el asesinato y el resultado del mismo no se ha hecho público porque esa parte de la investigación ha sido declarada secreta. El abogado defensor de Antonio Losilla se opuso a la misma y el caso está pendiente del recurso que presentó ante la Audiencia de Zaragoza, dado que la defensa considera que la práctica de esa prueba vulnera la presunción de inocencia del acusado y porque las leyes españolas garantizan que ningún imputado puede ser obligado a declarar contra sí mismo y tiene incluso el derecho a mentir, por lo que esta prueba que capta una onda eléctrica involuntaria podría ir contra esas garantías legales de los detenidos y acusados.

En el supuesto de Miguel Carcaño, la Fiscalía no se opondría a la posibilidad de que el juez acceda a practicar el test de la verdad siempre que Carcaño se someta voluntariamente, algo a lo que Carcaño no ha puesto ningún reparo puesto que lleva un año colaborando con la Policía y ha sido excarcelado ya en cuatro ocasiones para tratar de aportar datos sobre la posible ubicación del cadáver de Marta en los terrenos de la finca Majaloba.

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