La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
El óxido ha vuelto a teñir de naranja la fuente de Mercurio, en la Plaza de San Francisco, unos meses después de que este surtidor y otros tantos, como la fuente de Sevilla (Puerta de Jerez) o la de las Cuatro Estaciones (plaza de Don Juan de Austria), permanecieran varias semanas coloreados de naranja debido a un tratamiento de cloro que arrancaba el óxido de las viejas tuberías de hierro y lo expulsaba al exterior, manchando las piezas ornamentales de las fuentes.
El problema ha vuelto a aparecer en este céntrico surtidor, pese a que ya se creía subsanado. Fuentes municipales consultadas por este periódico explicaron que esta fuente, a diferencia de otras que sufrieron el mismo problema, no dispone de un mecanismo de cloración que limpie el agua de manera automática, por lo que el tratamiento del agua debe incorporarse de manera manual. La última vez que se aplicó fue en julio a raiz del anterior episodio. Este tratamiento que se aplica al gua es obligatorio por motivos sanitarios para prevenir la aparición de bacterias como la legionela.
A los técnicos les ha sorprendido que el óxido haya aparecido de nuevo tan rápidamente, por lo que de cara al futuro se estudiará un nuevo modo de actuación. En cualquier caso, se trata de un problema estético, ya que el esto del mineral se puede retirar con facilidad, con agua limpia en la mayoría de los casos, y no causa daños en la piedra.
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