Mejor reformar que clausurar

Trabajadores, comerciantes y usuarios de la estación apuestan por revitalizar las instalaciones por su céntrica localización

J. Muñoz

02 de septiembre 2012 - 05:03

Ni los trabajadores ni los comerciantes ni los usuarios aceptan la clausura de la estación de autobuses del Prado. Todos apuestan por reformar y revitalizar unas infraestructuras que destacan por su céntrica localización y la comodidad para los usuarios. Entre los perjudicados por el posible cierre se encuentran los negocios ubicados en la estación. La familia de Lucía regenta un quiosco desde los años 50 y considera una "barbaridad" que cierren una estación que es "céntrica y cómoda para los sevillanos y los extranjeros". Esta joven, que lleva ahora el negocio en el que han trabajado su madre y su abuela, cree que si los ingresos de la estación son insuficientes es porque la gestión de la misma ha sido deficiente, dado que se han ido sacando de forma progresiva líneas de autobuses que antes paraban -como las de Los Palacios, Mairena del Alcor, El Viso, Carmona, Dos Hermanas o Alcalá de Guadaíra- y se mantiene fuera la línea del aeropuerto. "Ha habido un desmantelamiento progresivo al ir sacando estas líneas. Si cierran somos los mayores perjudicados, porque perdemos el negocio y no nos han avisado".

El capataz de la estación, Antonio Leonardo, cree que el cierre es "contraproducente" para los usuarios, los empresarios y para el recorrido de los autobuses, puesto que se va a incrementar el tráfico en la ciudad. "Habrá perjuicios para muchos usuarios, como los estudiantes, a los que saldrá más caro el desplazamiento al tener que coger otro medio de transporte más", comenta el capataz, que considera "falso" que quieran reducir gastos porque esta estación es "productiva". Cerrarla sería además "gravísimo" para los conductores, que van a ver limitado su tiempo de descanso, y además la estación de Plaza de Armas quedaría "colapsada", asegura Leonardo, que trabaja en el Prado desde 1993.

Otra trabajadora que lleva 16 años vendiendo billetes coincide en que la ubicación "es muy buena" y considera que las empresas van a perder con el traslado. Esta trabajadora denuncia la situación de deterioro de la estación. "No tenemos vigilancia, hay seis indigentes que casi viven en la estación, y hay días, como hoy, en que la ventanilla de información a los usuarios está cerrada desde las 14:30".

Inmaculada Mancha, conductora de una línea de Cádiz, coincide en que la ubicación es muy buena pero cree que la estación requiere ya una reforma, puesto que está "bastante anticuada y no le pega a una capital: la gente se vuelve loca porque no hay paneles informativos y los servicios públicos son tercermundistas".

Los usuarios tampoco quieren el cierre. Umbelina Pérez cree que es "una pena" que la quiten y apuesta por una reforma profunda. María Ángeles López, que ha llegado desde Las Cabezas de San Juan, tampoco le parece bien el cierre "por la comodidad que suponer para ir al centro o al médico". Adrián, que viene desde Morón, comenta que Plaza de Armas le queda más lejos y tendría que coger otro autobús. Otra usuaria, Laura, lamenta la "dejadez y descuido" y también piensa que es mejor reformarla. "Creo que una ciudad es como una empresa y hay que saber gestionarla y optimizar los recursos".

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