Marcha masiva contra la reforma
Consignas contra los bancos y Zapatero en la marcha que inundó el centro
Rostros conocidos como el periodista Jesús Quintero y el cantaor José Domínguez El Cabrero se unieron ayer en Sevilla a los miles de manifestantes (50.000 según los sindicatos y 15.000 según la Policía) que, con un rotundo éxito de participación, inundaron el principal eje peatonal del centro de la capital. Hasta los sindicatos se sorprendieron de la cifra de asistentes. Desde un punto fijo, este periódico pudo comprobar que la marcha tardaba en pasar 45 minutos entre los dos extremos de ambas manifestaciones.
Quintero y Cabrero se mezclaron en la segunda manifestación, más dura y reinvidicativa en sus consignas contra el Gobierno de Zapatero, que convocó CGT desde la Plaza Nueva hasta el Prado, media hora más tarde de la marcha de los sindicatos UGT y CCOO a San Telmo.
En la protesta alternativa a los sindicatos mayoritarios, un rapero ovacionado por los más jóvenes ponía letra a la queja colectiva. La consigna más repetida era contra los bancos, acusados de "ladrones" y de causar la crisis económica, y contra el presidente del Ejecutivo central, acusado de "traicionar al obrero". Allí estaban representadas, aparte de CGT y CNT, la "asociación ciudadana contra los bancos", la izquierda capitalista, las juventudes comunistas, la plataforma de parados del Polígono Sur, el colegio Aljarafe, los empleados de Mercasevilla, la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo, IU y el sindicato Ustea, entre otros.
La manifestación alternativa seguía activa por la calle San Fernando a las 13:30, cuando la principal ya había acabado y se dispersaban sus miles de asistentes. En la marcha de UGT y CCOO los mensajes duros se escuchaban únicamente de un grupo de empleados de Correos que, megáfono en mano, encabezaban en solitario la manifestación contra una pancarta donde se leía: "banqueros ladrones. Títeres del capital: Zapatero y Rajoy".
Un espontáneo pensionista, agobiado con el pago de su hipoteca exhibía en un panel casero su rechazo a la reforma laboral y su exigencia de una reforma financiera para solventar su situación. Su pensión no le da para pagar una hipoteca de 3.898 euros de capital y 11.438 euros de intereses. Se unió a la manifestación alternativa.
Una marea humana de banderines y globos rojos, blancos y negros avanzó por la Avenida de la Constitución sobre las doce de la mañana cerrando los pocos comercios que habían abierto por la mañana. El tranvía interrumpió también su recorrido provisionalmente, como sucede cada vez que hay una protesta en la capital.
En el acto central de CCOO y UGT ante el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, sus secretarios generales, Francisco Carbonero y Manuel Pastrana, elogiaron la valentía de los trabajadores que se habían echado a la calle a defender sus derechos y dijeron a Zapatero que no tiene otra salida que rectificar en su reforma laboral, aprobada definitivamente a principios de este mes. "Hoy muchos, el Gobierno, los empresarios, los poderosos, se han llevado una gran frustración (...) esa frustación es la fortaleza del movimiento obrero para decir a Zapatero que rectifica ya o esto no será el punto final de las movilizaciones sino el punto y seguido, porque no vamos a parar hasta conseguirlo", declaró Carbonero.
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