Manuel: "Mi madre me dio la vida, mi hermana me la ha devuelto"
Bella Valiente. Pocos nombres definen a una persona de manera tan certera. Madre de dos hijos, esta mujer de 45 años no lo dudó. Su hermano Manuel estaba a punto de entrar en diálisis a causa de una larga enfermedad renal que tenía en jaque a su familia. "Es un gran privilegio tener la oportunidad de hacer algo para que un ser querido pueda seguir adelante. En muchas ocasiones, cuando tenemos a un familiar gravemente enfermo solemos sentirnos muy impotentes; e incluso llegamos a desear estar en su lugar. Donar es un privilegio. Con una actuación mínima, puedes dar calidad de vida a un ser querido. No lo pensé. Le di un riñón a mi hermano. Estoy perfectamente, sin limitaciones; sólo me someto a una revisión anual".
Con estas palabras Bella Valiente recuerda los momentos en los que dio el paso para donar un riñón a Manuel. Fue el 24 de octubre de 2012. Desde entonces Manuel Valiente celebra dos cumpleaños: el día que recibió el riñón de su hermana y el día que nació, un 6 de noviembre. "Mi madre me dio la vida y mi hermana me la ha devuelto", explica este sevillano padre de tres hijos, Ana, Manuel y Patricia. La más pequeña tiene poco más de tres años, Patricia. Nació dos años después de que su padre se sometiera al trasplante. Es el final feliz de un largo proceso de enfermedad que comenzó para Manuel cuando apenas tenía treinta años: "En varias revisiones médicas de empresa, que me hacía cada dos años, me detectaron sangre en la orina. Acudí al médico y al urólogo, pero en principio no me diagnosticaron ningún problema.
En una nueva revisión me volvieron a detectar niveles altos de sangre en la orina. El diagnóstico de la enfermedad renal me llegó cuando me sometí a unas pruebas de anestesia para una intervención quirúrgica. Me volvieron a salir los mismos resultados en los análisis. Los médicos me explicaron que no era normal y fue entonces cuando investigaron hasta dar con el diagnóstico. Es una enfermedad autoinmune que provoca un deterioro progresivo en los riñones hasta terminar en la disfunción renal". Los años transcurrieron con dietas muy estrictas y medicación, pero la enfermedad continuó progresando. "Mi única solución era un trasplante. Me encontré a un paso de entrar en diálisis cuando los médicos me propusieron la posibilidad de someterme al trasplante. Tenía dos opciones: entrar en lista de espera de un donante cadáver o la posibilidad de la donación en vivo de un familiar compatible. Primero lo intentó su padre, Manuel Valiente, quien se sometió a varias pruebas médicas para ceder a su hijo un riñón. "Mi padre se encontraba en el límite de edad, pero aún así se sometió a varias pruebas. Estaba muy bien de salud, pero en una prueba le detectaron una pequeña piedra en el riñón". Un cálculo renal impidió al padre convertirse en donante de su hijo. Fue entonces cuando Bella dio el paso. No se lo pensó siquiera. "Claro que tuve miedo pero es una de las decisiones en mi vida de la que más orgullosa me siento", dice. En el momento de la donación sus hijos tenían cinco y tres años. Para esta madre donar un riñón a su hermano es: "un riesgo mínimo para la mayor de las recompensas: dar calidad de vida a su ser querido". Palabras llenas de humanidad que definen el gesto de los donantes en vivo, héroes anónimos.
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