La Magdalena se pone a punto
patrimonio
El Arzobispado firmará un convenio con Sevillana Endesa para renovar la iluminación del templo donde fue bautizado Murillo
Prosiguen los trabajos de restauración de sus altares
Andamios van y vienen. La parroquia de la Magdalena es un trasiego estos días de profesionales de la restauración. Pocos templos pueden presumir en Sevilla del nivel de conservación que se consigue en esta iglesia, uno de los referentes del barroco. Su párroco, Francisco Román, atribuye este logro al apoyo de la feligresía y a las "circunstancias coyunturales" que propician la financiación de los trabajos en una época de escasa boyantía económica. "Por desgracia, resulta difícil en estos tiempos encontrar patrocinios para el patrimonio", asegura este sacerdote. Este martes concluyó la restauración de los retablos del Nazareno de las Fatigas y de la Virgen del Buen Consejo. Aún prosigue el del Calvario, mientras que el camarín de la Virgen del Amparo se acabó de remozar en junio. Y todo después de que hace cuatro años se acometiera la restauración del retablo principal, el segundo de mayor dimensión de la archidiócesis, tras el de la Catedral.
La comunidad parroquial, lejos de cruzarse de brazos ante el futuro, ya tiene puesta la mirada en el próximo proyecto: la iluminación del templo. Con tal fin, a mediados de este mes el Arzobispado de Sevilla firmará un convenio de colaboración con la Fundación Sevillana Endesa para mejorar el sistema eléctrico. En palabras del párroco de la Magdalena, "no se trata de mejorar sólo la luz artística, sino de toda la red, pues cuando se entra en esta iglesia la iluminación, en general, resulta insuficiente". Una vez que se rubrique el acuerdo, se procederá a su licitación y luego se adjudicarán los trabajos a una empresa especializada.
La intención es que la nueva iluminación ya esté colocada en 2018, cuando se celebra el Año Murillo, ya que fue en esta iglesia donde se bautizó el célebre pintor y buena parte de su familia. Se intentará que los trabajos, según precisó el párroco, no alteren demasiado el horario de apertura del templo, uno de los que más tiempo permanecen abierto a diario de la ciudad. Este nuevo juego de luces permitirá contemplar con mayor claridad las pinturas murales que decoran los paramentos y pilares, obra de Lucas Valdés.
Se trata del próximo objetivo incluido en el programa de conservación de uno de los puntales del patrimonio arquitectónico y religioso de Sevilla. Las última restauración se ha acometido en los altares del Nazareno de las Fatigas y de la Virgen del Buen Consejo. Dicha intervención se ha podido acometer gracias a un convenio entre el Arzobispado de Sevilla y la Universidad de Sevilla, que ha permitido que una docena de alumnos del grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Facultad de Bellas Artes la desarrollen durante un mes. Los trabajos los han dirigido Agustín Martín de Soto y Antonio Gamero Osuna, licenciados en Bellas Artes y especializados en la referida modalidad. Los dos retablos en los que se ha intervenido son del siglo XVIII, de un marcado estilo barroco y atribuidos ambos a Cristóbal de Guadix.
Las principales causas del deterioro de estos retablos eran la humedad y los cambios bruscos de temperatura que sufre el templo. Para ello, se ha procedido a eliminar el polvo y los depósitos naturales asentados en la madera policromada. Se han "rastreado" todas la piezas que se encontraban inestables. Entre otros trabajos, se han eliminado los elementos metálicos que presentaban un alto grado de oxidación. Se han fijado también la policromía y los dorados en aquellas zonas donde se habían producido levantamientos. Dentro de esta labor de conservación, se han eliminado los depósitos de cera, los repintes y los barnices oxidados. Por último, se ha aplicado un tratamiento preventivo contra los insectos xilófagos.
El resultado se pudo comprobar: dos retablos que han recuperado brillo y esplendor, como en su día ocurrió con el del altar mayor. El convenio entre la autoridad eclesiástica y la institución académica incluyó también la restauración de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús -de escaso valor artístico- que se encuentra repuesta al culto desde este martes.
Otra de las restauraciones de importancia que se acometen estos meses en la Magdalena es la que concierne a la reja y al retablo de la capilla del Calvario, una intervención sufragada por la corporación de la Madrugada y llevada a cabo por un equipo de especialistas integrado por Ana Marín López, Teresa González García, Nieves Álvarez Centeno y Carlos Peñuela Jordán. El retablo también está atribuido a Cristóbal de Guadix. Las principales patologías que presentaban eran la acumulación de polvo y hollín, la abertura de ensambles, el ataque de xilófagos y los daños por la humedad, que han causado "podredumbre" en zonas de la madera. Para garantizar una mejor conservación se procede estos días a fijar los estratos, consolidar los soportes y eliminar los depósitos de suciedad. Los trabajos suponen un desembolso superior a los 40.000 euros.
Por último, hace poco más de un mes concluyó la reparación del camarín de la Virgen del Amparo. Este trabajo ha constado de dos fases. Por un lado, la restauración de las pinturas, labor llevada a cabo por Manuel Ruiz Berdejo y Antonio Díaz Arnido. Por otro, el embellecimiento con un fondo cerámico que complementa las piezas con la que ya contaba la capilla y que ha corrido a cargo de Antonio Hermosilla Caro. Además, se ha colocado una nueva instalación électrica y se ha habilitado un columbario. Esta mejora ha costado a la hermandad de gloria 17.000 euros.
Trabajos de restauración que se verán completados con la nueva iluminación de una iglesia que alberga importantes obras de arte y sin la cual resulta imposible comprender la magnitud del barroco en la Sevilla del XVIII.
El privilegio de lo efímero
Quienes visiten estos meses la parroquia de la Magdalena podrán disfrutar de una estampa inusual. Los titulares de las hermandades del Calvario y Montserrat se encuentran expuestos al culto en lugares distintos a los habituales. El Crucificado que tallara Francisco de Ocampo y la Virgen de la Presentación se han colocado a un lado del prodigioso altar mayor debido a las labores de restauración que se acometen en el retablo y la reja de su capilla. Previamente se instalaron delante del retablo de ánimas.
Por su parte, la corporación del Viernes Santo se vio obligada a abandonar su capilla -a pocos metros de la parroquia- debido a la reforma de la casa hermandad, anexa a su sede canónica. El Cristo de la Conversión y la Virgen de Montserrat se encuentran ubicados en uno de los brazos del crucero, conformando un altar efímero que llama la atención de cuantos lo visitan. En él se recrea un calvario, conformado por el imponente Crucificado de Juan de Mesa -del que se cumplirán cuatro siglos en 2019-, la Dolorosa atribuida al círculo de Martínez Montañés y las imágenes secundarias de San Juan, la Magdalena y los dos ladrones. Aquí permanecerán hasta bien entrado el otoño.
Las obras de restauración en la capilla del Amparo también propiciaron otra imagen inédita durante una semana: la Virgen atribuida a Roque Balduque se colocó en la capilla sacramental, donde habitualmente se encuentra la imagen de la Inmaculada que sale en procesión en el Corpus de la parroquia, uno de los más solemnes de cuantos se celebran el domingo en el que se conmemora dicha festividad sacramental
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