Mafia del taxi en Sevilla: una investigación por acoso, amenazas y daños materiales

La investigación que desde hace varios años lleva a cabo la magistrada Reyes Flores trata de esclarecer si los ataques a otros taxistas y VTC estaban organizados por una de las asociaciones

Un furgón policial junto a un taxi en el aeropuerto de Sevilla.
Un furgón policial junto a un taxi en el aeropuerto de Sevilla. / Víctor Rodríguez

El auto de la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla que ha confirmado la protección de los dos testigos en esta causa recuerda que la investigación intenta, entre otras cuestiones, acreditar el "monopolio que tratan de imponer fuera de la normativa la asociación investigada" -la Asociación Hispalense Solidaridad del Taxi- con "acciones conjuntas de acoso, amenazas, causando daños materiales, infundiendo a la competencia un temor basado en la consumación de las conductas referidas, y como todo taxista o conductor contrario a la forma de actuar lograrían ser víctimas de sus represalias".

Estos ataques, prosigue la Audiencia, pudieran ser "no discriminados sino organizados", por lo que los investigadores de la Policía intentan esclarecer los hechos no sólo desde el punto de vista de la estructura, sino "por las decisiones adoptadas, reuniones, manifestaciones organizadas".

Y según se describe en diferentes denuncias, "el modo de limitar los movimientos de ciertos taxistas miembros de la asociación investigada, la forma de castigar la invasión de sus zonas marcadas de trabajo, motiva que ante los agentes de la Policía los presuntos perjudicados declinen declarar sobre lo sucedido por el miedo a sufrir las consecuencias en su persona, en la de su familia o en sus bienes".

La Sala añade que en el marco de una presunta organización o grupo criminal como el que se investiga en torno al taxi, la necesidad de contar con testigos protegidos por el temor para la vida o su libertad de convertirse en "posibles objetivos" de éstos, resulta "esencial en los inicios de las investigaciones" otorgar la protección al testigo que "pueda facilitar hechos relevantes que eviten la impunidad de hechos supuestamente delictivos".

Así, continúa señalando que en un largo periodo anterior al inicio de la causa constan diferentes denuncias tantos de "conductores de un vehículo VTC, como de taxistas de otras asociaciones -de las cinco existentes en esta ciudad- así como de conductores de Tussam" que trabajan en la línea del aeropuerto, al igual que "al parecer la Asociación Hispalense de Solidaridad del Taxi ha tratado de monopolizar la recogida de viajeros en el aeropuerto donde pudiera mantener una organización o planificación sobre quién puede o no llevar a cabo el servicio de recogida de pasajeros, no sólo respecto de otros conductores de otras asociaciones o de VTC que fechan el servicio de recogida de pasajeros del aeropuerto, sino de sus propios afiliados de su asociación que sólo pueden llevar a efecto la recogida en unas condiciones que establece la directiva previo abono de una tasa".

Relata la Audiencia en el auto que en las múltiples denuncias de diferentes taxistas se denuncian "ruedas pinchadas en los vehículos, daños en la pintura de los autotaxi o vehículo VTC o autobuses, excrementos en las puertas de domicilios particulares de algunos taxistas o conductores, pintadas, lanzamientos de piedras, acciones dañosas muchas de ellas realizadas entre varios individuos al parecer pertenecientes a la asociación investigada".

Y también se denuncian amenazas de muerte: "Estáis jugando con el pan de mis hijos, a través de las matrículas de los coches vamos a averiguar vuestros domicilios y os vamos a matar", "hijo de puta, te voy a mater, bájate del coche, pringao...", añade la Audiencia.

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