Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Urbanismo
La Real Maestranza de Caballería no quiere apartamentos turísticos junto a su sede, enclavada en el número 12 del Paseo de Cristóbal Colón y obra del arquitecto Aníbal González, principal referente del estilo regionalista andaluz de principios del siglo XX. La institución nobiliaria, que dirige Santiago de León Domecq como teniente de hermano mayor, ha presentado ante la Gerencia de Urbanismo un recurso de alzada al proyecto para construir un complejo de 36 alojamientos para turistas, 24 plazas de aparcamiento y diversos locales comerciales en la parcela colindante al entender que su inmueble se vería gravemente afectado debido a las obras por distintos motivos.
En el escrito de los maestrantes se expone que “el diseño proyectado que ha obtenido licencia afecta gravemente a huecos abiertos (concretamente dos ventanas) que forman parte del diseño original de este edificio catalogado con nivel de protección global B, y se verán completamente cegados por un muro de cerramiento de la nueva edificación proyectado en la linde”. A modo de introducción añade que también afectará al patio de la Sacristía por unos pilares necesarios para levantar los forjados proyectados para la nueva edificación cuya ejecución implicaría afecciones sobre muros propiedad de la Real Maestranza. Por último y en relación con el alzado a la calle Circo, explican que en uno de los informes emitido por la Sección Técnica del Servicio de Licencias e Inspección Urbanística se valora erróneamente como acreditada una servidumbre de huecos, luces, vistas y/o ventilación “cuando en modo alguno existen motivos que lo avale, circunstancia que debería provocar una modificación del alzado del edificio a la calle privada denominada Circo”.
Entre los fundamentos jurídicos se puede leer que “las funciones de asesoramiento e informe que tiene encomendadas la Comisión Provincial de Patrimonio se han visto defraudadas por la presentación por parte del promotor de un documento técnico posterior a su informe que, bajo la ilegítima y oportunista calificación de refundido de proyecto básico, modifica sustancialmente el alzado” de la sede de la institución.
En la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, la Real Maestranza solicita a Urbanismo que anule y deje sin efecto el acuerdo de la comisión ejecutiva impugnado, acordando retrotraer el procedimiento al trámite previo a su adopción para que sean subsanados “los aspectos advertidos en el recurso y emitidos los informes preceptivos que permitan valorar por el órgano consultivo competente en materia de patrimonio histórico la solución finalmente adoptada en el proyecto técnico”.
Los maestrantes insisten en que con la ejecución de las obras objeto de la licencia se provocaría unos daños irreparables a la integridad de los elementos que conforman una edificación catalogada y que serían imposible de restablecer a su estado originario en el caso de que el Ayuntamiento no anule la licencia de obras. Entienden que esos daños podrían evitarse en el caso de que “la administración acordara la suspensión de la ejecutividad del acuerdo hasta tanto se resuelva el presente recurso de alzada, habida cuenta de que la ejecución de las obras objeto de la licencia impugnada podrían continuar en el hipotético caso de que por esta administración se considere que la misma es conforme a derecho”.
Para finalizar, reiteran que la licencia de obras de nueva planta debe ser suspendida hasta que se resuelva el recurso de alzada, “al haber resultado acreditado que tal suspensión no ocasiona perjuicio alguno para el interés público, ocasionando, por el contrario, la no suspensión, unos gravísimos perjuicios tanto a la entidad recurrente como a los intereses públicos tutelados por la administración competente en materia de protección del patrimonio histórico”.
Poco antes de las pasadas navidades, el equipo de José Luis Sanz reculó al aprobar el proyecto para construir un complejo de 36 apartamentos turísticos, 24 plazas de aparcamiento y diversos locales comerciales en la parcela 10 y 11 del Paseo de Colón. La Gerencia dio su visto bueno a conceder licencia de parcelación consistente en la agregación de dos parcelas y permisos de obras para la demolición total del edificio existente y para levantar uno nuevo formado por dos inmuebles. Para frenar un mes antes estas autorizaciones, el delegado Juan de la Rosa argumentó que “tenemos que estudiar la viabilidad y legalidad de esta construcción, ya que la misma no se ajusta a priori al modelo de intervención en el casco histórico que defiende este equipo de gobierno sin perjuicio de que en su caso, atendiendo a la legalidad, tengan que resolverse como correspondan”.
El proyecto de este nuevo edificio de apartamentos afecta a una parcela con una superficie de 1.090 metros cuadrados. La cuestión más controvertida es su afección a la finca colindante, sede social de la Real Maestranza de Caballería y la plaza de toros. Los promotores, conscientes de ello, habían planteado un diseño de fachada con una imagen “unitaria y reconocible”, que guarde esa “composición sobria, con una planta baja de gran altura y grandes huecos, y una planta alta funcional con cubierta de teja a dos aguas”. Ahora toca que Urbanismo se pronuncie sobre el recurso de los maestrantes.
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